Eran las 5 de la tarde, el viento llega a el con una ligera brisa, cierra los ojos, sosteniendo la pequeña mano entre la suya.- Tío, hoy iremos a visitar ha papá? Ya sabes, tu estás a cargo y yo quisiera hablarle un poquito..-dice el niño, tratando de convencer al mayor, sonríe con una leve tristeza asomándose el ella.
-No lo sé..- el niño hizo un puchero, sonriendo para si mismo al sentir como ya había visto ese puchero, hace mucho tiempo, se lo piensa mejor-bueno.. esta bien.- celebra en silencio, subiendo un puño al cielo-pero, no le digas a tu madre, Alex, o si no se enojara por no llevarla con nosotros.
-No diré nada- hizo como si tuviera un cierre en la boca.-soy una tumba- dijo aunque no sabía que significaba, el hombre ríe mientras se detienen al lado de la parada de autobús.
Cuando esté llegó, deja que el más pequeño suba mientras pagaba el pasaje y el más joven buscaba donde sentarse, encontrando, según el, el mejor de los asientos, aunque todos eran exactamente iguales a primera vista. Dejo que el mayor se sentará del lado de la ventana y cuando lo hizo, suspiro profundo con sus ojos cansados mirando fuera. Pensamientos corren por su mente, muchos al pasar por lugares conocidos y el apartamento dónde solía vivir. Siente la orilla de sus ojos húmeda, se muerde los labios cerrando los ojos con fuerza.
Y, sin un motivo aparente, es abrazado por el niño que autoproclamó sobrino desde que nació, apesar de no compartir ningún lazo sanguíneo, parecía darse cuenta de cuando estaba mal o feliz aunque no lo demostrará, sonríe ante el gesto, correspondiendo de la misma manera.
—Siempre habrá alguien que te ame, aunque no lo creas, siempre habrá alguien.
Pasaron una, dos, tres y cuatro cuadras, el autobús deteniéndose en cada una de ellas y cuando estuvieron en la última, tomo del brazo al pequeño y bajaron.
Estaban frente a la entrada del cementerio, desde fuera se veía las lápidas bien cuidadas, el pasto verde y las flores que crecían al rededor, enormes robles frondosos dando sombra. Así, los cementerios no le causaban miedo, era casi como se suponía que era, un lugar tranquilo y de descanso eterno.
Suspiro nuevamente, apretando la mano entre la suya– no te alejes de mi.– el niño asintió.
Caminaron entre el pasto, por pequeñas montañas de tierra y se detuvieron en una de esas, no tan lejanos de la salida. Entonces el pequeño se soltó de su mano y camino un poco en otra dirección , casi al lado, mientras George se quedaba parado al lado de una lápida de vidrio con un nombre y fecha de quién se encontraba ahí. Se dejó caer al suelo, sentándose, sin dejar de ver al niño quién hablaba animadamente al aire, con la esperanza de que su difunto padre lo oyera dónde sea que estuviera.
Deja una mano sobre esta– no sabes cuánto te extraño– se muerde los labios agrietados–ojalá hubiera echo más para que siguieras aquí.
—si algo me pasará por solo querer verte feliz, no me arrepentiría de nada.
George ríe recordando las palabras que le dijo y comienza a llorar en silencio.
Creo que después de todo, realmente lo amaba con todas las partes de su destrozado corazón.
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Golpes en la pared° DreamNotFound
FanfictionVivir en un edificio tiene algunas desventajas, como que las paredes sean de papel y escuches a las vecinos pelear o conversar. Aveces es gracioso o algunas otras incómodo. Aveces escuchas como cantan y otras dan golpes a la pared cuando no pueden d...