Vivir en un edificio tiene algunas desventajas, como que las paredes sean de papel y escuches a las vecinos pelear o conversar.
Aveces es gracioso o algunas otras incómodo.
Aveces escuchas como cantan y otras dan golpes a la pared cuando no pueden d...
Dream fue arrastrado hasta una heladería por George.
– Era necesario correr?– asiente rápido con la cabeza, Dream se acaricia el punto de la nariz y luego mira al frente de ellos la puerta de cristal abierta de par en par, un olor dulce y frío llega hasta él.– Entremos.
Caminaron ya más tranquilos dentro del local, o hasta que Dream se da cuenta de que siguen tomados de la mano, la aparta y se aleja un poco de George, no parecía importarle.
Pidieron cada quién un helado, George quizo uno de moras azules, por alguna razón se esperaba que le gustará un sabor diferente, talvez un poco más común y bueno, Dream uno de limón.
Después de unos largos segundos en donde George insistía en pagar su helado y Dream termino pagando a su propia petición, se sentaron en una de las mesas del pequeño lugar al fondo.
– Entonces..– hablo George– Qué hay?– Se ríe en silencio detrás de su helado.
– No mucho la verdad– dijo sincero aunque talvez no demasiado, no quería entrar en detalles– Dime, George, tienes planes este fin de semana?– duda un poco en actuar vacilante, no quiere pasarse de listo y que todo acabe ahí como muchas otras veces, pero lo hace– talvez podríamos hacer un par de cosas juntos, pero que tal si está vez no llevas una navaja?– George mira en otra dirección, dando una que otra probada a su helado. Dream se queda con ganas de decir más, pero sabe que eso no sería muy bueno de su parte.
– Te debo una gran disculpa por eso, Dream..– el volumen de su voz era tan bajo y su mirada perdida en el chocolate del mismo color que sus bellos ojos lo hicieron sentir culpable en cierta forma.
Dream se acercó y se sentó al lado de él sin decir nada. Recarga la cabeza en su mano y lo mira.
– No tienes que sentirte mal por eso..– dijo casi en un susurro para el chico– pero, sabes qué?– por fin le da la cara, intenta verse lo más reconfortante posible– Me gusta pasar el rato contigo, eres agradable y a veces un poco mandón – George se ríe porque sabía que era verdad, una cálida sonrisa aparece en sus labios.
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– Mi nombre es Clay.– dijo el rubio, el británico lo veía y escuchaba con atención.
– Lindo nombre– se deslizó en el respaldo de la banca, estirando los brazos hacia el cielo.
Estaban en el jardín, comenzaba a oscurecer y también comenzaba a nublarse, las nubes pintadas de un gris oscuro, incluso se escuchan truenos de vez en cuando, pronto lo lluvia caería, la gente se estaba yendo, pero ellos no.
Habían pasado un rato en el que se la pasaron preguntando cosas sencillas sobré el otro, con la intención de talvez conocerse un poco mejor.
Todo había ido bastante bien, hasta que tuvo que preguntar lo que estuvo temiendo.
– Y... cómo era tu hermana?– Dream cierra los ojos por un instante– lo siento, no debí-
– Deja de disculparte– interrumpió, George se tensa.– Necesito que me mires, puedes hacer eso?– posó la mano sobre su hombro.
– Si..– Los ojos de George se encuentran con los de Dream, no los aparta porque él se lo pidió.
– Crees que te haría daño, no es cierto? Crees que.. la asesine y que haría lo mismo contigo.– Su voz era tranquila y mantenía su tono bajo, el chico desvía la mirada en silencio y Dream sonríe.– Olvidemos esto por un momento, necesitamos..– se levanta de la banca, siente un par de gotas caer en su cabeza–..distraernos– tomo la mano del más bajo quién aún seguía sentado, jalo de su brazo e hizo que se levantará casi de inmediato, quedando a poca distancia.
Sus miradas se cruzan, sonríen, Dream hace la distancia un poco más larga, pero aún siguen tomados de la mano,piensa en soltarla. No lo hace.
Las gotas comienzan a caer, esta serenando.
Con su otra mano extiende la de George, sus palmas, sus dedos, son tan pequeños a comparación de los suyos. Alza la vista de nuevo a George y el hace lo mismo.
Esta oscureciendo. Las luces tenues del jardín se encienden a su alrededor.
– Hola– le dijo George en cuanto sus ojos se vuelven a encontrar, Dream aprieta el agarre de su mano.
– Hola, George– caminan de apoco hacia atrás, con las manos unidas.
El sereno crece sobre ellos.
Dream da pequeños pasos hacia delante y atrás, como si fuera un baile. George le sigue la corriente.
– No sé bailar
– Yo tampoco sé– confesó, hizo que George se alejará lo suficiente con los brazos estirados, lo jaló de nuevo hacia el, envolviéndolo con su brazo, su espalda choca con el abdomen de Dream– pero, aún así lo estás haciendo bien.
Esta lloviendo. Sus ropas comienzan a humedecerse por el agua.
Hace que de una vuelta en su lugar y luego lo atrae de nuevo a el, sus dedos entrelazados, sus brazos estirados hacia el mismo lugar, una mano en la cintura, otra en su hombro, sus ojos no dejan de mirar a los otros.
– Sabes que la gente está pensando que estamos locos?– dijo George, siguiendo sus pasos.
– No me interesa– se detienen por un segundo
Dream deja caer a George hacia atrás, su brazo es el que lo detiene para que no caiga al piso, George ríe nerviosamente estando en esa posición, sentía que podría caer, la distancia era poca entre sus rostros– George, seamos locos juntos.
Esa noche se sentía en libertad, libre de cualquier cosa junto a él, George.
Se sentían infinitos.
Pero, todo el mundo sabe que después de la lluvia, llega la tormenta. LITERALMENTE.
Lo siento, no soy buena para narrar bailes o algo así.
