Vivir en un edificio tiene algunas desventajas, como que las paredes sean de papel y escuches a las vecinos pelear o conversar.
Aveces es gracioso o algunas otras incómodo.
Aveces escuchas como cantan y otras dan golpes a la pared cuando no pueden d...
Referencia indirecta a violaciones. Sangre, muerte. Recuerdos.
Trato ese tema de abuso violación con todo el respeto del mundo, no busco ofender a nadie que allá sufrido estás cosas pues mi madre también sufrió alguna vez esto así que se que es un tema serio, es una leve mención, espero no se ofendan.
El inicio de un recuerdo es cuando el texto esta de esta manera:
"Hola"
Para que no se confundan.
Casi terminamos. Los quiero.
Los pasos eran largos y repetidos, rápidos, sin detenerse.
Tomaba con fuerza el tubo de metal entre sus manos, apretando cada que escuchaba los pasos de alguien más cerca. Todos sus sentidos alerta. Los ojos mirando en ambas direcciones.
Habían muchas habitaciones, todas casi vacías, a excepción de de estantes, cuerdas y bolsas. Olor a algo podrido. Carne podrida.
Nunca lo admitiré, pero Fundy tenía razón. Atento, se alerta bruscamente al escuchar pasos al rededor, apretando el fierro contra su pecho.
Estaba atrás de él.
Lo tomo del cuello de su camiseta, tirándolo hacia atrás junto con ella. Sus manos eran más delicadas que las de un chico, pero eso no quita las marcas profundas.
—Wow eres tú– suspiro en su oído–escuché que eres tan manso– lame su oreja, un espantoso escalofrío recorrió el estómago del chico. Había olvidado por completo que tenía un tubo en las manos o talvez no quería golpear a nadie.
Parece que aún se resiste a que esto estaba sucediendo.
Siente la cuchilla del cúter en su mejilla, olía raro como metal viejo.
—Tienen razón– su piel comienza a rajarse, clavándose poco a poco, George quería gritar.–y solo te pones a llorar, increíble–quizás era cierto. Encuentra a Dream. Trata de mantenerse quieto, la idea paso por su mente tan rápido como un rayo. Levantó el tubo de metal tomándolo de la parte de abajo.
Apresúrate.
Un disparo se escuchó a unos metros de distancia, eso hizo que la mujer se detuviera por un milisegundo. Era la oportunidad perfecta. Se movió a un lado y golpeó su cara tan fuerte como pudo acostado.
Entonces es dónde pierde el control.
De alguna manera, se sentó en el estómago de la morena, alzó el metal entre sus manos.
—Soy un llorón.– sus palabras están cargadas de resentimiento, odio y enojo, baja tan rápido, el tubo impacta en su frente. Respira como si estuviera corriendo mientras golpea una, dos, tres, cuatro, demasiadas veces su cabeza y rostro, sigue murmurando cosas entre dientes por cada que el palo recaía sobre ella, cada vez más constantes. Descuidados. Descontrolado.
Su rostro probablemente estaba destrozado, pero no se detuvo para comprobarlo.
Alguien lo toma de los hombros y sin pensar, trato de hacer lo mismo que estaba haciendo hace un segundo.
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