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Agosto, qué tiene de bueno agosto?
Un día puede estar haciendo un un calor infernal y al otro estar lloviendo a cántaros, con demasiado viento.
O podría ser una combinación de ambos.

En todo caso, el día era deslumbrado por los fuertes rayos del Sol, eran tan terriblemente calientes, escondiéndose detrás de unas delgadas capas de nubes blancas, eso.., eso lo hacía aún peor. ¿Porqué hace más calor cuando el cielo está así?

Y era aún más peor estando dentro de un auto..

George conducía de regreso a su apartamento después de unas largas horas en la casa de sus padres, horas que fueron largas pero extrañamente agradables.

– Que bueno que tengas buenos vecinos.

Sacude la cabeza, regresando la mirada al frente. Parece que ellos nunca se enteraron de lo que sucedió y así seguirá siendo, no quiero que lo sepan.

Pasa una mano por debajo del cabello que cubre parte de su frente, apartando el sudor que se había acumulado mientras se estaciona.

Cierra el coche, dando una respiración profunda mientras comienza a dirigirse a las puertas del edificio. Cuando entra, siente un cálido viento rozar en su brazo, erizando la piel blanquecina.
Era el pequeño ventilador de Daniela, solo lo usaba en días calurosos y este parecía ser uno de ellos.

Antes de llegar a el elevador, escucha el crujido de las puertas y después pasos rápidos que se dirigen junto a él,
apenas se da cuenta cuando Dream comienza a precionar el botón con insistencia hasta que llega, entrando rápidamente,
le sigue, parecía que lo dejaría afuera si no era rápido.
Ya estando dentro, George lo mira con curiosidad y una pizca de confusión.

– Tenemos prisa?– pregunta, Dream dirige su atención hacia el. Tenía una ligera capa de sudor desde su frente hasta -probablemente- debajo de esa ropa, sus mejillas están coloreadas de un tono
rojizo, parecía como si estuviera sonrojado, pero en realidad eran quemaduras hechas por el Sol gracias a estar bastante tiempo bajo este.
Estaba usando la misma sudadera con la que lo había visto por primera vez.

– Mmm, lo siento por eso– dice– solo quiero llegar a casa pronto, no quiero dar una mala impresión en- Dream se detiene abruptamente. Un rastro de curiosidad se vuelve a asomar por el rostro de George.

– En...?– sin querer, de sus labios se resbala esa única palabra cuando pone más atención en lo que Dream hacia quién toma el borde de la sudadera, comenzando a sacarla por la cabeza, su camiseta se levanta junto a ella, dejando al descubierto su abdomen bien trabajado cubierto por esa delgada capa de sudor.

Los ojos de George revolotean por su torso, su mano se estira involuntariamente como si quisiera recorrer cada línea con la yema de los dedos,
deslizarse en el salado sudor y sentir la cálida piel de él contra la suya. Qué?. Se da cuenta de su error rápidamente, baja su mano apresuradamente,
el calor sube hasta la cabeza, una gota de sudor resbala por su mejilla. Espera que Dream no se haya dado cuenta.

– Tengo que recoger a alguien en el aeropuerto en una hora– ya se había acomodado la camiseta, la sudadera enredada en su cintura.

El elevador llega a su destino, las puertas se abren. Dream se peina el cabello hacia atrás y camina fuera de allí, haciendo lo mismo, siguiéndole el paso por detrás.

Nota un par de líneas atrás de la camiseta, en su espalda,parecen trazar algo, pero no estaba seguro de que era, la camiseta no era tan transparentosa.

Dream va a su puerta, George se quedó en la suya, cuando la abre, su voz vuelve a los oídos– George.

– ¿Si?– escucha como deja un suspiro.

– Mm..– mete la llave en la cerradura, se muerde la mejilla– Nada, nos vemos después, descansa.

Entra y la puerta se cierra con un click silencio.

Entra y la puerta se cierra con un click silencio

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–... Y en especial tú!– algo se rompe en pedazos– Te largaste como si no fuera nada, ni siquiera la llamaste, ni un jodido mensaje!

Vaya que iba a descansar.

– Cállate, cállate!– la voz de una chica se alza por sobre la de él con más autoridad– Solo trataba de darle su espacio, no trates de echarme la culpa cuando TÚ pudiste hacer algo y no lo hiciste!– George no sabe que está ocurriendo del otro lado de la pared, pero siente que algo está mal cuando la voz de la chica cambia a una preocupada– Clay, yo no- es interrumpida por un fuerte portazo y es cuando ya no escucha nada más, todo se quedó en silencio.

George pasa los pies por un lado del colchón, mira la hora en el celular, eran recién las 12 de la madrugada.

Sus pies descalzos tocan el el frío suelo, se levanta con cuidado y da algunos pasos para salir de la habitación.

Todo estaba tan silencioso.

Se detiene cuando está al frente de la puerta. Solo echaría un vistazo fuera en el pasillo.

La abre a medias, lo suficiente para ver fuera, se asoma y ahí estaba, sentado en las escaleras.

Sale por completo, dejando la puerta entre abierta.

Casi de puntillas se acerca a el, sentándose al lado, parecía que estaba perdido en alguna parte de su revoltosa mente.

– Te desperté otra vez, verdad?– dice sin una pizca de sarcasmo, se escucha apagado.

– No– miente– creí que probablemente estarías aquí después de.. eso.

Dream ríe falsamente.

– Esas paredes no me favorecen.

Parecía tan cansado cada vez que hablaba, tan.. intranquilo, tan triste.

Cree que está vez sería mejor no hablar y solo actuar.

Abraza a Dream en silencio, esperando no ser mal visto por el después, solo quería ayudar de alguna forma, darle algún tipo de consuelo para todo lo que esté pasando por su cabeza en ese momento.

Vacila sobre si rodearle con sus brazos también, no quiere derrumbarse delante de él solo por una tonteria, pero lo hace.

Lo abraza contra el sin decir una sola palabra, con la cabeza recargada en su hombro,  siente que los ojos le arden en una advertencia de que podría derramar sus lágrimas contra la camiseta holgada de George en cualquier momento si no era lo suficientemente bueno en contenerlas. El se da cuenta de eso.

– Esta bien llorar, Dream..– se niega rotundamente, jamás le gusto la idea de llorar frente a personas que le importan ¿George le importaba? Si, había sido tan bueno con el a pesar del comportamiento de mierda que tuvo con el al inicio, las cosas extrañas que pensó sobre el y se atrevió a decirle cuando estuvo en la casa de su madre y no entendía porque no se alejaba, sigue sin entenderlo.

Pero en este momento se sentía en tanta confianza o talvez tenía tantas cosas que desahogar que no pudo contenerse.

Suaves sollozos salen de su garganta, lentamente su llanto crece, George trata de tranquilizarlo acariciando su espalda y diciendo una que otra palabra de consuelo. Siente que no merece su apoyo, siente que no merece a la persona que lo estaba abrazando y permitiendo que dejara su hombro lleno de lágrimas.

Después de un rato, Dream se tranquiliza, se siente más ligero, como si se hubiera quitado un peso de encima.

Y el suave olor a caramelo de la piel de su cuello lo relaja aún más cada que respira.



Golpes en la pared° DreamNotFoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora