Contrato de amor •|Kookmin AU|•

El yin y el yang

Narra Jungkook

Esto es muy gracioso...
Trato de no reírme pero me es imposible. No creí que fuera tan divertido, en verdad.
Es increíble como este niño entra en pánico cuando me tiene cerca, lo que me confirma que será muy fácil persuadirlo una vez que lo tenga en mis manos... Esto es pan comido.

Entramos a la sastrería del hombre que por años ha vestido a mi familia,  para elegir el modelo que usaremos el día de la dichosa boda.
Mientras nuestras respectivas madres no dejan de hablar ni un segundo yo apoyo mi mano sobre la nuca de Jimin y lo guío a mi lado...
Está tenso, duro como una roca puedo sentirlo, y me encanta que así sea.
Lo disfruto demasiado.

—¿Podrías soltarme? —me pregunta despacito para que nadie lo escuche.

—No. Estoy en papel de futuro marido protector y cariñoso... Así que no te soltaré. Deberías relajarte... cualquiera diría que estás aterrado.

—Sé caminar sólo... —me dice quitando mi mano de su cuello.

¡Rebelde el chico! Me encanta.

—Chicos..  —mi madre habla llamando nuestra atención—, entremos... y Jungkook —dice apuntándome con el dedo—, compórtate.

—Madre... No tienes de que preocuparte ya te lo dije. Seré el novio perfecto. —le digo sonriendo, pero ella me conoce. Es mí madre.

Entramos al local y luego de esperar  diez minutos al señor William finalmente aparece ante nosotros.

—Buenas tardes y disculpen el retraso. —dice él saludando a mi madre y a la señora Park primero.

—Buenas tardes señor William... —se acerca mi madre saludándolo—. ¿Cómo ha estado?

—Muy bien señora Jeon... Con mucho trabajo por suerte. ¿Así que el más joven de los Jeon al fin sienta cabeza? —menciona sonriendo.

—Así es y hemos venido a contrarreloj a buscar su asesoramiento para que ese día estén, ambos, más radiantes que nunca.

Me acerco a él y haciéndole una reverencia lo saludo...

—¿Cómo ha estado señor William? Es un placer volver a verlo.

—Joven Jeon... Ha crecido. Recuerdo la última vez que lo vi... Fue para su graduación en el instituto si mal no recuerdo. —me pregunta.

—Así es... Ha pasado un tiempo. Permítame presentarle a mi futuro esposo —digo volteando en busca de Jimin, el cual se acerca obediente a saludar.

—Hola... Un placer conocerlo señor. —dice él.

Lo abrazo por la cintura y otra vez siento su incomodidad ni bien lo toco.

—Él es Jimin. Park Jimin. —y aprovecho la ocasión para bromear—, por ahora... muy pronto Jeon Jimin. ¿No cariño?

Él me mira para luego bajar la mirada, está rojo como un tomate. No por la vergüenza, sino que de furia.

—El placer es mío. —contesta el buen hombre—. Eres muy joven Jimin, me alegra ver gente tan contemporánea apostando al matrimonio. Ya no se eso hoy en día.

—Así es señor William... Jimin me flechó a primera vista. Hicimos click. —agrego.

—Señor William... —habla su madre—. Soy la madre de Jimin, un gusto conocerlo —dice mientras se saludan—. Como verá... buscamos asesoramiento a contra reloj porque estos niños quieren contraer matrimonio cuanto antes. Sí bien tenemos algo en mente con la señora Jeon, pero estamos abiertos a nuevas ideas.