Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Celos

Narra Jungkook

Estoy cabreado...
La furia me recorre las venas cuando entro en ese salón de ensayos y encuentro a Jimin demasiado cerca, para mí gusto, de otro tipo...

¿Quién diablos es él? 

No espero un segundo más e interrumpo su entretenida conversación.
Me importa un carajo lo que sea que estén haciendo.

—Perdón... ¿Interrumpo algo? —ambos giran a verme y la cara de sorpresa de Jimin es todo un poema.

—Sólo un ensayo... —suelta con ironía el cabrón y luego se aleja para agarrar una botella de agua.

—Hola... ¿Qué haces aquí? —pregunta Jimin mientras se acerca correteando a mí.

¿Cómo que qué hago aquí?
Pensé que se pondría contento al verme involucrándome en sus cosas, pero al parecer me equivoqué.

—¿A caso no puedo venir a buscarte? Hace cuatro horas que estás metido aquí. —me choca la situación. Siento que él está incómodo con mí presencia.

—Claro que puedes... So-solo que aún no termino. —está nervioso puedo percibirlo, y eso no me gusta porque significa que entre ellos estaba pasando algo.
No soy tonto.

—No me gusta lo que acabo de ver... ¿Quién es él? —se lo digo directamente sin rodeos.

—Él es mí profesor Jungkook, y estábamos ensayando... —parecía algo más que un simple ensayo.

—Creí que era un baile no una obra teatral... —estoy enojado y cuando me enojo no paro.

—¿A qué te refieres? Se claro... —ahí está. Se pone a la defensiva porque evidentemente pasa algo.

—No me interesa quién carajo sea, estaba demasiado cerca de ti, y tú se lo permites. —yo sé bien las intenciones de ese idiota.

—Estás interpretando mal las cosas Kookie... —como era de esperarse ahora soy yo el que vio mal, el que me hago la película.

—Claro... ¡Soy yo el equivocado! —odio que me tomen por estúpido—. ¿Vas a negarme que te estaba coqueteando?

—¿Qué dices? Por supuesto que estás equivocado, y ahora sí me perdonas tengo que volver a ensayar... —a mí no me va a ver la cara de tonto.

—No me voy de aquí sin ti... —le aviso—. Así que despídete y nos vamos a casa. —me mira sorprendido por lo que acabo de decir y regalándome una falsa sonrisa redobla la apuesta.

—El que se irá a casa serás tú... Y yo iré cuando culmine mí ensayo. —está loco si piensa que lo dejaré con ese sujeto de nuevo.

—No me hagas enojar Jimin porque te voy a sacar de aquí en ancas... —sabe que soy muy capaz de hacerlo.

—Jimin... —la voz de ese tipo interrumpe nuestra pequeña discusión—. ¿Está todo bien?

—¡Si! Voy enseguida... —me mira con ojos suplicantes—. Tengo que regresar, por favor no armes un escándalo.

—¿Tú bailas con él? —¡Maldición! Y yo tan tranquilo en mí casa.

—Si, a parte de ser mí profesor será mí compañero de baile en esta presentación.

—Bien, me quedaré aquí y cuando acabes nos iremos a casa. —soy plenamente consciente de que estoy haciendo este berrinche porque me siento celoso.

—Está bien, hazlo, pero luego no quiero quejas. —¿Quejas? ¿Por qué habría de quejarme?

Se aleja y me deja parado como un bobo viendo como su profesor le sonríe y se acomodan para comenzar de nuevo.
La melodía hace su presencia y me quedo duro mirando lo que hacen...
Sufro y aprieto mí mandíbula al observar sus movimientos, y creo que la vena de la  frente me va a estallar del coraje que me da al ver sus asquerosas manos tocar el cuerpo de mí chico. Es el momento exacto en que sus dedos rozan lentamente la piel de su cuello que me doy por vencido y salgo pegando un portazo de aquel salón.