EL FINAL

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Narra Jimin

¿Cómo explicarles con exactitud como me sentía en este momento?

En realidad no tenía la palabra justa para describir el sentimiento que me atravesaba justo ahora.

Jungkook me deslizaba suavemente sobre la silla de ruedas por el interminable pasillo que me llevaba a la sala de neonatología donde Hanna me esperaba.
Habían pasado dos días desde el momento en que la fuerza de su amor me atrapó de nuevo hasta arrastrarme por completo a este mundo nuevamente.

Tengo el leve recuerdo de su aroma impregnando todos mis sentidos, tan adictivo como su piel.
Y no me dí por vencido...
Debía volver a mí lugar en el mundo, a su lado, a él.

Mí cuerpo temblaba.
Eran espasmos por la ansiedad de saber que en minutos cargaría por primera vez a nuestra hija.
Mis brazos serían su cobijo desde hoy para siempre, ya nadie nos iba a separar.

—Cariño... —Jungkook pasa por delante mío deteniendo nuestra marcha—. Debes calmarte cielo.

Se agacha hasta quedar frente mío y me acaricia con esa delicadeza típica de él por estos días.

—Trato, lo juro pero no puedo controlarlo... —me sonríe y de la manera más dulce me besa en los labios.

Una vez él me contó que yo tenía un poder especial sobre su cuerpo y su mente.
Que apenas lo tocaba o me sentía cerca calmaba todos sus miedos, sus inseguridades y preocupaciones.
En ese momento me reí, no le creía. También recuerdo haberlo tratado de exagerado y charlatán.
Hasta que me tocó a mí experimentarlo.
¡Qué maravilloso era el amor!

Desde que estaba plenamente consiente él era el encargado de calmar todos mis temores. No se había separado ni un segundo de mí, más que para ir a ver a Hanna en los minutos que se le eran permitido y luego volvía para contarme todo sobre nuestra hija.

—Todo irá bien... —susurra—. Estoy aquí para lo que necesites.

Asiento.
Sé que por siempre será así.

Finalmente llegamos...

Jungkook camina de aquí para allá quizás un tanto más nervioso de lo que yo estoy.
La enfermera encargada del servicio se ocupa de ir en busca de Hanna y yo no paro de retorcer mis dedos.
Las manos me sudan y el corazón desbocado me da un vuelco cuando veo a la mujer acercarse con mí pequeña en sus brazos.

Suelto el aire que contengo en mis pulmones y sonrío con mis ojos cargados de emociones.

—Aquí llegó la pequeña Hanna... —menciona ella con su dulce voz.

Jungkook se aproxima para darme el apoyo que necesito en este momento.

—¿Estás listo para sostenerla? —me pregunta—. Tu esposo te lo habrá dicho seguramente, pero es mí deber advertirte sobre el cuidado con su piernita.

Vuelvo a asentir...

—Si, ya lo hizo... —le comento, ya quiero cargarla.

—Muy bien... —sin retrasar más el momento ella simplemente la coloca en mis brazos.

El mundo ahora se siente correcto.
Mí corazón encuentra la pieza que le faltaba y todo vuelve a ser perfecto.
Mis lágrimas brotan, mis labios tiemblan y ni siquiera puedo ver bien a mí hija.

—Cielo... —Kookie se nos arrima y no puedo describir lo que leo en su mirada en ese momento—. Al fin estamos los tres juntos cariño.

Acurruco suavemente a mí pequeña contra mí cuerpo, mientras reconozco su suave aroma, mientras los latidos de nuestros corazones vuelven a encontrarse.
Me pierdo en sus casi inaudibles soniditos, en su pequeño y frágil cuerpecito.
Se me llena el alma de ternura y Jungkook nos envuelve entre sus brazos en una promesa silenciosa, una promesa de amor la cual se siente como un paño cálido sobre mí alma.

Contrato de amor •|Kookmin AU|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora