Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Una nueva historia...

Narra Jungkook

Tres días...
Han pasado tres benditos días de la cirugía.
Si bien todo marcha bien con la niña y con Jimin, aún él no ha despertado.
Su médico el día de ayer ha bajado la dosis que lo mantenía profundamente dormido para que su cuerpo empezara a reaccionar, pero nada ha pasado.
Esa calma me desespera.

He venido a nuestro departamento a tomar una ducha rápida, cambiarme de ropa y afeitarme.
Mí aspecto es un desastre. Llevo metido en esos pasillos tantas horas que he perdido la noción del tiempo, y estaría allí justo ahora sí no hubiese sido por Taehyung que insistió en quedarse él para que yo pudiera cambiar de aire un poco.
Literalmente me dijo que parecía un muerto vivo. Se aprovecha de la situación para decirme todo lo que le viene en gana.
Algún día me las cobraré.

Estoy por tomar mí abrigo y salir nuevamente para el hospital cuando el timbre del departamento llama mí atención.
Me dirijo hacia la puerta y cuando miro por el visor del portero me sorprendo al  reconocer a la persona que espera parada ahí fuera.
La nana de Jimin.
Fruncí mí ceño y me pregunté que hacía esa mujer aquí...
La verdad es que no la conozco más de lo que Jimin me ha contado sobre ella.

Inmediatamente decidí acabar con la incertidumbre y abrí la puerta sorprendiéndola con mí acción un tanto brusca.

—¿Señora Soo? ¿Qué hace aquí? —en los primeros segundos no obtengo respuesta alguna. Solo observo que no deja de retorcer sus dedos y que está blanca como un papel.

—Señor... —pronuncia  temerosa—. Señor yo... yo me he atrevido a venir hasta aquí ya que no he tenido noticias de mí niño.

—¿Se siente bien? —ella niega y a mí la situación me parece cada vez más rara.

—La casa es un verdadero desastre señor... —me cuenta—. Le he preguntado a la señora sobre Jimin cuando ha llegado, pero entonces le ha agarrado un ataque de nervios y se las ha tomado conmigo... —de pronto comienza a llorar y yo no sé que hacer—. Me ha gritado, me ha golpeado y justo ha llegado el señor Park. Todo empeoró y yo he salido corriendo de ese lugar...

—Tranquila señora Soo... —la abrazo, no me queda de otra que consolar a esta mujer que Jimin adora tanto.

Lo reconozco, no soy bueno para esta clase de situaciones, pero ella parece encontrar el consuelo que necesita en mí.

— Yo solo quiero saber acerca de mí niño señor... —se separa un poco para limpiar sus lágrimas y yo le brindo mí pañuelo, el cual acepta sin dudar.

—Él sigue recuperándose... —le digo mientras acomoda sus anteojos—, solo hay que esperar que despierte y además... Hanna ha nacido. —me mira atónita—. Jimin y yo ya somos padres.

—¡Dios...! —exclama sorprendida—. ¡Mí niño, pobre de mí niño!

Tomo a la señora Soo por los hombros y la adentro a la casa. Siento que esta mujer con tantas emociones pronto se derrumbará ante mis ojos.

—Ella también se encuentra bien, y evoluciona favorablemente.  Pronto podremos tenerla en nuestros brazos... —la invito a sentarse en el sofa con una señal de cabeza. Ella se acomoda mientras yo me dirijo a la cocina por un vaso de agua.

Cuando llego a la sala aún sigue lagrimeando.

—No puedo creer todo lo que ha pasado con Jimin. —menciona un poco ida en su tristeza—. Mí niño siempre ha sido tan lindo conmigo, tan amable, tan bondadoso y yo... yo no he podido hacer nada por él, jamás.

—Jimin la quiere mucho... —menciono mientras pongo el vaso frente suyo sobre la mesita—. Usted está casi siempre presente en alguna que otra anécdota que me ha contado sobre su infancia...