Problemas...

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Narra Jimin

Mí fin de semana comienza súper bien...
No puedo creer lo que hice aún...
Desde que estoy con él he perdido totalmente la vergüenza, lo pienso y me arden las mejillas de la pena que me da.

Termino de vestirme y ahuyentando  mis cochinos pensamientos me encamino hacia la cocina para hacer el desayuno.
Cuando bajó me lo encuentro en la sala sentado con su computadora muy concentrado en lo que sea que esté haciendo.

—¿Desayunas conmigo? —le gritó a la pasada.

—¡Si... muero de hambre! —su tono es tan alegre como el mío.

Busco algunos ingredientes en la alacena y los coloco sobre la mesada... Definitivamente tenemos que ir de compras. Voy por algunos huevos al refrigerador y es ahí cuando mis ojos chocan con él... el misterioso paquete.

Lo tomo cuidadosamente y me pregunto si abrirlo o no. Quizás sea mejor decirle y ponerle fin a esto, pero no aguanto más y caigo en la incertidumbre de saber qué hay en su interior, nunca fui bueno manejando mí ansiedad.
Rompo su envoltorio y me encuentro con un estuche azul, lo abro y veo ante mí una preciosa cadena con un dije en forma de zapatilla de ballet...
Me quedo en blanco...
¿Quién ha mandado esto?
Busco alguna nota, alguna inscripción pero no encuentro nada, esto me suena demasiado parecido al ramo de rosas.
No me cabe la menor duda que se trata de la misma persona.

—¿Todo bien? —me sobresalto ante la sorpresa, no lo escuché venir.

—¡Si! Si todo bien... —trato de disumular la incomodidad que atraviesa mí cuerpo, pero creo que se da cuenta.

—¿Qué es eso? —me pregunta agarrando la cadena entre sus manos.

—Es un regalo... —le suelto.

No sé porque razón pero decido mentirle, es lo que me sale en el momento.
No quiero que esto termine donde acabaron las rosas, es demasiado bonita.

—Es muy bonito... ¿Quién te lo dio? —demonios...

¿Y si fue él y está poniéndome a prueba? No, no creo que sea de él.

—Fue Taehyung... —sé que solo la embarro más y más—. ¡Regalo de graduación!

—¡Guau! Qué generoso... Ven déjame ponértela. —se coloca detrás mío y cuando veo pasar la medalla frente a mis ojos me siento mal por la mentira que le he dicho, pero no aclaro la situación, no lo hago.

Una vez me la coloca deja un pequeño beso en el lunar de mí cuello y me voltea.

—Gracias... —acomoda el dije y me mira, algo está pensando.

—Yo no te he comprado nada aún... —¡uuf así que era eso! Suspiro de alivio—. Te queda preciosa.

Por inercia la toco y luego la reacomodo sobre mí pecho.

—No es necesario que me compres algo. Lo que hiciste anoche fue hermoso. Y ese fue el  mejor regalo. —sonríe y me besa suavemente.

—No te dejaré beber nunca más... —es verdad enseguida me pongo pedo.

—Lo siento, sé que lo eché a perder. —él se ríe y yo lloro porque seguro habría sido una noche perfecta.

Contrato de amor •|Kookmin AU|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora