Contrato de amor •|Kookmin AU|•

En buena compañía

Narra Jimin

Una vez que termino de acomodar mi ropa en el minúsculo lugar que me cedió él en su enorme clóset sigo por el calzado... Corro algunos suyos para hacer lugar y ubicar los míos...
Tiene mucha ropa, trajes, chaquetas, camisas, ropa deportiva y hasta una vitrina para exhibir sus corbatas y sus caros relojes...

Estoy  ensimismado curioseando entre sus cosas cuando suena mi teléfono haciéndome sobresaltar.

Por un momento se me cruza la posibilidad de que me esté observando, pero al comprobar mí celular descubro que se trata de Taehyung.

—Hola Tae... —contesto aliviado.

—Minnie... ¡Perdona que llame recién a esta hora es que acabo de volver a la vida!

—¡No te preocupes estoy respirando aún! —le digo riéndome.

—¡No es gracioso Jimin! Juro que abrí los ojos y lo primero que hice fue llamarte Estaba preocupado por ti Mimi.

—Pues aquí me oyes, en verdad estoy bien. Cálmate. No me ha asesinado aún.

—Qué noche la de anoche amigo. —menciona suspirando—. Es como que tu flamante esposo chupa más que una esponja Minnie. Espero que no se haya sobrepasado contigo.

—No, nada de eso Tae. Luego de que Namjoon y Jackson lo dejaran en la cama él simplemente durmió toda la noche, no se despertó para nada.

Evitó contarle la parte de los gritos en mitad de la noche. No lo creo necesario.

—Bueno, mejor por un lado. Estaba preocupado de que se despertara en el medio de la noche y se te fuera encima Jimin.

—No exageres Taehyung. —me quejo—. Mejor cuéntame, ¿Qué hiciste tu?

—Pues a mí me fue de maravilla. Fíjate que estuve toda la noche bailando y platicando con Hoseok... es un encanto de chico.

—¿Hoseok? —trato de ponerle rostro a su nombre.

—Si, el chico guapo de cabello rojo. —me explica él.

—Ya lo tengo... ¡Guau, tú si que no pierdes el tiempo Kim Taehyung!

—Por supuesto que no... Es más quedamos en vernos nuevamente. Él me gusta para pasar el rato.

—Sólo ten cuidado... Tú eres muy afecto a que te rompan el corazón seguido. —le advierto.

—No sé porqué pero esta vez siento que encontré a mi persona especial Minnie...

—Creo haberte oído decir eso antes. Solo ve con cuidado, si? —odio verlo hecho pedazos después.

—Lo prometo... Sabes hoy no podremos tener nuestra tarde de cine. Juro que lo olvidé y acepté salir con mí madre, perdón.

—No te preocupes por eso. ¡Tú disfruta que te lo mereces! Yo... yo aprovecharé para practicar un poco mi coreografía, con todo esto lo he dejado totalmente de lado.

—Ok... Escúchame Minnie cualquier cosa no dudes en llamarme, sí?

—Claro que sí, despreocúpate. Adiós

—Adiós amigo. Te quiero Mimi.

—Y yo a ti... —corto la llamada y de pronto mi estómago ruge—. Bien Jimin, veamos que hay para preparar aquí.

Camino buscando la cocina y una vez la ubico corro hacia la nevera.
Mmm no hay mucho. En realidad no hay nada decente para comer, por lo tanto tomo una sopa instantánea y creo que con esto bastará.

Abro las cortinas del gran ventanal que da hacia el balcón y me siento en el suelo a disfrutar de mi almuerzo.
Afuera el día es gris. Hay una leve llovizna que llena aún más de nostalgia este  domingo. El silencio es mí único compañero y aunque le da una pizca más de tristeza a este día, no está tan mal.
Me ayuda a pensar.