Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Sólo mío...

Narra Jungkook

Quisiera que este momento se haga eterno... Los dos aquí, con esta proximidad que me envuelve en una calma que jamás sentí.
Acariciando sus brazos por encima del agua, y a su vez pensando en cuánto me asusta el poder que tiene su piel sobre mí.
Apenas lo conozco y algo muy dentro mío, me grita que ya no podré vivir sin él.

Está totalmente relajado con su cabeza apoyada en mi pecho mientras lo recorro suavemente con mis manos. No quiero perderme detalle de su cuerpo ni de sus gestos.

Este momento es sumamente precioso.

Paso mi brazo alrededor de su vientre y lo pegó más a mi. No quiero ninguna distancia entre él y yo.
Estoy tan excitado que tengo miedo de perder la cabeza en cualquier momento, pero sé que debo controlarme e ir lento.

Acerco mi boca a su cuello para comenzar a besarlo, mientras estimulo su pezón con mi dedo pulgar, atrapando a la vez el lóbulo de su oreja entre mis dientes, jugueteando con mí lengua.

Se le escapa un pequeño jadeo de entre sus labios,  dejándome saber que se está conteniendo...
No quiero eso, quiero que exprese todo su  placer.

—Deja que tu cuerpo hable. No hay placer más grande para mí que el saber que lo estás disfrutando, cariño... —susurro mientras bajo mi mano por su vientre.

—Jungkook... —jadea—. Me gusta, me gusta como se siente ésto. —confiesa mientras acaricia mis piernas.

Tomo su rostro y lo volteo para besarlo a la vez que tomo suavemente su miembro entre mí mano. Su cuerpo se estremece al sentir mi tacto y su respiración se acelera... Me encanta saber que soy yo el motivo.

—Mi niño... me volveré loco por ti.

Nuestras lenguas se encuentran y me sorprendo al ver que voltea y se sube sobre mis piernas sin dejar de besarme.
Nuestros miembros se rozan y gemimos por la sensación que nos provoca.
Acaricia mi rostro, entierra sus dedos en mi pelo y baja lentamente por mis hombros. Mi corazón late enloquecido en mi pecho por las miles de sensaciones que me recorren en este instante.
Poso mis manos en su pequeña cintura y lo pego por completo a mi torso para salir de la bañera. No puedo más...

—Vamos a la cama... —envuelvo su pequeño cuerpo con mi bata y me lo llevo conmigo.

No habla...
No dice nada, pero su mirada inocente y sonrojada me llevan a un sitio desconocido para mi. Esto es totalmente nuevo y me gusta, me enloquece.
Son sus labios, sus maravillosos y adictivos labios quienes me besan con desespero mientras nos dirigimos a la habitación y al llegar, es él quien deja caer la salida de baño al suelo quedando totalmente desnudo ante mí.

—Hazme el amor... —me pide en una exhalación que me estremece todo el cuerpo.

Lo recuesto en la cama y recorro su hermoso cuerpo con la mirada.
Su piel nívea me pide tocarla y caigo sobre su cuerpo devorando sus labios mientras me aprieto con fuerza contra él creando un roce delicioso entre ambos.
Mi polla, gruesa y punzante, desespera por su liberación  pero me controlo aún no.
Así no. Quiero disfrutar de este momento junto a él.

—Eres precioso... —susurro—. Mi niño precioso. Solo mío.

Bajo con mi boca por su cuello, por su pecho. Chupo y succiono su pezón y luego el otro mientras le meto un dedo en el interior de su boca, para que lo humedezca con su saliva. Él lo acepta, lo chupa, lo absorbe por completo y yo levanto mi mirada para no perderme ningún detalle de lo que hace con su peligrosa boca.

—Tengo que prepararte. —le digo totalmente perdido en lo que veo.

Llevo mis húmedos dedos a su entrada mientras mordisqueo sus labios.