Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Encuentros Inesperados

Narra Jimin

Estaba tranquilo, recostado en el asiento de su auto con la mirada perdida hacia algún lugar en el camino, recordando una frase que leí en uno de mis libros favoritos hace un tiempo atrás...

"Aceptamos el amor que creemos merecer"

Si algo tenía en claro justo ahora, después de lo que había pasado a lo largo de mí corta vida, era que yo, definitivamente lo merecía.

Por mucho tiempo pensé y me convencí a mi mismo que todo aquello era simplemente mi destino, en definitiva: lo que me merecía.
Silenciosamente lo acepté y me convencí de  que no se puede luchar contra el destino todo el tiempo, que lo que tiene que ser... Será.
Pero al parecer al fin había llegado el momento: mí momento para amar. Pero sobre todo que me amen de la manera que él lo hacía, así, con cada latido de su corazón.

Estaba completamente enamorado de este hombre que iba a mi lado. Fascinado con la forma en que me envolvía en su amor, de hacerme sentir especial y  único ante sus ojos, de su manera de cuidarme, de mirarme pero sobre todo de la forma en que él mismo me transformaba en el ser más precioso sobre esta tierra.

Me había vuelto su niño consentido y yo era plenamente consciente que abusaba de eso la mayor parte del tiempo, pero él no se quejaba, sino que todo lo contrario, cumplía cada uno de mis caprichos. En parte sabía que era su culpa, pues él mismo me hizo así; me moldeó a su divino antojo.

Y aquí estábamos, aprendiendo juntos en cada paso, nadie dijo que fuera fácil, pero nos amábamos y cuando hay amor todo, absolutamente todo se puede.

—Quisiera tomarte una foto justo en este momento... —mencionó de pronto capturando toda mí atención.

—¿Por qué?

—Te ves hermoso con esa expresión... —alguna vez quisiera poder mirarme desde su perspectiva, y así descubrir que tanto veía en mi.

—Estoy en paz... —inspiro profundo y cierro mis ojos, nada podría arruinar esto, me sentía fuerte como nunca antes.

—¿Te dejé de cama cariño?  —retiro lo dicho—. ¿Es eso verdad?

Jeon Jungkook es capaz de romper tu esquema en un segundo. Nunca sabe uno con qué te va a salir.

Volteo a verlo nuevamente y sonrío al observarlo con esa expresión de autosuficiencia y la vista fija al frente.
Entonces le pego donde sé que más le duele...

—Tú, hace un momento atrás, no has hecho absolutamente NA DA. Soy yo el que  debería preguntarte eso a ti.

¡Toma eso Jeon!
Automáticamente su sonrisa desaparece y se obliga a pasar saliva.

—¿No puedes con eso Jeon? —pregunto abre su repentino silencio.

Di justo donde quería...

—Puedo con lo que sea bebé... —su orgullo está claramente herido—. Creo que es hora de que recuerdes quién manda aquí, te has divertido demasiado.

—Si tú lo dices... —en realidad sabe que hará lo que le pida.

Sonríe y no dice nada más, simplemente coloca su mano sobre la mía y se dedica a trazar suaves círculos sobre mi piel el resto del camino.

...

Unos cuantos minutos más tarde al fin llegamos a la casa de sus padres.

La señora Jeon siempre nos recibía con una gran sonrisa y luego de apretujar a su hijo obviamente llegaba mi esperado turno...
Me gustaba la sensación de estar entre sus brazos, es lo más parecido que he tenido al abrazo de una madre. En mi interior se lo agradezco, me reconfortaba su calidez  y amaba ser testigo directo de cómo la relación con su hijo iba mejorando con el tiempo.