Capitulo 11

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SISI

No iba a llorar.

Y detendré este estúpido temblor.

Un chico caliente, atractivo y famoso me esperaba.

No me hacía sentir barata y no deseada.

Tomando una respiración profunda, enderecé mis hombros, alisé las arrugas de mi vestido y luego caminé hacia las escaleras.

Escaneando la multitud, encontré a Ernesto inmediatamente. Estaba con Maggie y Román.

Probablemente hablaban de mí.

De seguro Maggie les explicaba mi comportamiento con Cruz.

Hablando con invitados mientras me abría paso entre la multitud, mantuve una sonrisa estampada en mi cara.

Nadie sabría que lo que acababa de hacer había sido por nadie más que Benicio. Nunca los dejaría ver que tenía sentimientos por Cruz.

Mi orgullo me mantendría a salvo.

-Lo siento mucho. Me preocupaba que si no intervenía y ayudaba, tendríamos una pelea en nuestras manos y no quiero que nada arruine esta noche de Benicio y Allegra- expliqué una vez que llegué a Ernesto, antes de que alguien pudiera decir algo.

Ernesto frunció el ceño, pero era uno preocupado.

-Está bien. Has hecho un buen trabajo al terminar las cosas.

-Por favor, dime que lo encerraron en una habitación para que no pueda salir- dijo Maggie.

Estaba molesta. Podía oírlo en su voz.

-Sí, está encerrado. Es probable que para este momento ya esté desmayado- aseguré.

-Lo siento. Tengo que preguntar esto, ¿el chico se acostó con la madre de alguien?- preguntó Ernesto.

Ramón se acercó y le dio un golpe en el brazo de Ernesto.

-Hermano. No lo hagas.

-Sólo tenía curiosidad.

-Es el mejor amigo de su hermano. Olvídalo.

-No. Está bien. Puede ser uno de los mejores amigos de Benicio, pero soy consciente de que tiene problemas. Y sí, Ernesto, probablemente lo hizo. Se te haría complicado encontrar una mujer aquí con la que Cruz no se haya acostado.

Las cejas de Maggie se dispararon y me di cuenta de lo que había dicho.

Me delaté.

Necesitaba cuidar mi boca.

Mi mamá siempre decía que "en boca cerrada no entran moscas". Era la voz de la razón. Tenía que ser más cuidadosa con lo que soltaba.

-¿No íbamos a la playa para ver la carpa y la banda?- pregunté, necesitando sacarles de la mente lo que acababa de decir.

Sí, así es- respondió Román, tomando el brazo de Maggie y llevándola hacia la puerta.

-Me parece una buena idea- concordó Ernesto y me ofreció su brazo.

Metí la mano en el hueco de su brazo y todos nos dirigimos afuera.

Benicio se encontraba de pie con Allegra en sus brazos, hablando con Andrés, Iván y Cande muy intensamente cuando atravesamos la puerta.

Francisco Blanco, el mejor amigo de Allegra, y su novia, Sofia, también habían llegado.

Deben haber estado informándoles de la situación.

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora