Capitulo 63

445 16 0
                                    

SISI

-¿Tengo que estar preocupado de que mi vida esté en peligro?- susurró Ernesto mientras lo llevaba a la habitación, donde podía esperar durante el ensayo.

Mamá tenía un partido de fútbol reproduciéndose en una pantalla plana, aperitivos y bebidas.

-No. ¿Por qué?- pregunté.

Ernesto se rió- O estás completamente ciega o simplemente eres buena en ignorar las cosas. Cruz salió de la casa justo después de darme una mirada de muerte.

Me detuve y miré hacia atrás, a las puertas dobles que se encontraban abiertas y llevaban a la playa- ¿Cruz salió?

-Sí. Cuando nos abrazamos. Lo vio y algo que sólo podría describirse como furia iluminó su cara antes de que se fuera corriendo de aquí, como si lo estuvieran persiguiendo.

¿En serio?

Parecía tan desinteresado en hablar conmigo.

Todavía trataba de lidiar con el hecho de que lo irritaba.

Mi presencia era algo que realmente despreciaba.

-No creo que se fuera por tu culpa. No puede soportar estar cerca de mí. Probablemente se fue porque tenía miedo de que tratara de hablar con él nuevamente. Este fin de semana va a ser tan divertido. Tengo que caminar por el pasillo con él. Sentarme a su lado en la recepción y ambos tenemos que hacer los brindis.

Ernesto extendió la mano, tomó la mía y la apretó- Sisi, ese chico no te detesta. No sé lo que te ha dicho, pero puedo jurarte que lo que acabo de ver no fue desinterés o disgusto. Se veía dispuesto a llevarme aparte para golpearme por tocarte. Conozco a los chicos. Soy uno. Confía en mí.

Quería creerle. De verdad, pero era difícil.

Conocía bien a Cruz y podía ver el vacío y la carencia de emoción en sus ojos cuando me miró. Estaba muerta para él.

No podía tener esperanza de nada más. Dolía demasiado. No necesitaba añadir más dolor. No, si iba a encontrar una manera de pasar esto y vivir de nuevo.

-Me gustaría, pero no puedo. Lo conozco demasiado bien- me acerqué a la mesa- Puedes tomar todo lo que quieras para beber de aquí, o aperitivos de allí. Espero que te guste el fútbol de la conferencia del sureste, porque es lo único que vemos por aquí. Los otros equipos no son importantes en el gran esquema de las cosas.

Ernesto se echó a reír. —Así que la gente de la conferencia del sureste es tan odiosa como he oído.

-No somos odiosos. Sólo honestos. Los hechos son los hechos- contesté y le guiñé un ojo.

-Los hechos, ¿eh?

-Podemos repasar los últimos diez ganadores del campeonato nacional de la NCAA si deseas aclarar cualquier confusión- Iván arrastró las palabras, entrando en la habitación.

-Bien dicho. Si quieres hacer amigos, no vayas contra la conferencia del sureste- dije, señalando hacia Iván.

-Comprendido- respondió Ernesto.

-Hola, Sisi- dijo Sebas, siguiendo a Iván a la habitación.

-¡Hola! No sabía si te vería esta noche- le dije, y fui a abrazarlo.

Envolvió los brazos a mí alrededor y luego asintió hacia Iván-  Estoy aquí con Iván y Cande. Van a dejar que nos vayamos a vivir con ellos. Con Agustín incluso conseguimos lamparas y una Xbox. Cruz sigue ganándonos en el juego de fútbol que nos compró. Sin embargo, estoy practicando. Le voy a ganar la próxima vez.

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora