Capitulo 16

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SISI

¿Un sueño?

¿De qué hablaba?

Ahora era yo la confundida.

-Sisi, por favor, dime que no lo hice...- se detuvo y tragó con fuerza, luego tomó una profunda respiración- Por favor, dime que no... no tuve sexo contigo en un cuarto de almacenamiento. Sobre cajas.

No podía decirle exactamente eso.

Así que no respondí.

Seguí conduciendo.

-¡Jódeme!- rugió Cruz e hizo puños sus manos sobre sus piernas.

-Ya lo hice. No terminó bien- le contesté.

-No digas eso. Por favor, no digas eso- la emoción en su voz me sorprendió.

¿Era tan importante que tuviéramos sexo?

No fui muy memorable para él, obviamente.

Así que ¿por qué ahora sufría un colapso por eso?

Era yo la que debería estar molesta. No él.

-Sólo estoy siendo honesta- le contesté mientras entraba en el estacionamiento de su edificio de apartamentos.

-Pensé que era un sueño- dijo en voz baja. Su cabeza seguía echada hacia atrás en el apoyacabezas y sus ojos se cerraron fuertemente.

Me sentí un poco apenada por él.

-No le diré a Benicio. Si quisiera decirle, ya lo habría hecho- le tranquilicé. No podía evitarlo. Odiaba verlo tan alterado.

Cruz abrió los ojos y me miró- No estoy molesto porque crea que le vas a decir a tu hermano- dejó escapar un suspiro irregular- Pero supongo que podrías pensar eso de mí. ¿Por qué no lo harías?

-Tienes sexo con chicas diferentes todas las noches. Fui una de ellas una noche. Tal vez sólo la primera de la noche. ¿Quién sabe?- la amargura en mi voz no ayudaba.

La expresión de Cruz se veía torturada- Sisi. Estaba borracho. Muy, muy borracho. Me desperté a la mañana siguiente y pensé que fue un sueño. De hecho, he revivido eso muchas veces en mis sueños desde entonces. Nunca me di cuenta de que... Dios, no puedo creer que te llevé a una unidad de almacenamiento detrás de un bar- pasó la mano por su cabello en señal de frustración.

Está bien.

No podía soportarlo más.

Se culpaba por esto y fue en parte culpa mía.

Fui la idiota, al salir a la calle con él y permitir que sucediera lo que sucedió. Podría haberle puesto fin.

-Pude haberlo detenido. No quise hacerlo- le dije.

No iba a decirle que durante años fantaseé sobre tener sexo con él.

Esa era la única pieza de este secreto que podía mantener para mí.

-¿Por qué? ¿Por qué me dejarías hacer eso? Te mereces mucho más que eso- se detuvo y me miró fijamente- Dime que no fue tu primera vez.

¿Miento?

¿O le digo la verdad?

Mentir nos haría sentir mejor a los dos.

O, al menos, le haría sentir mejor a él.

Yo pensaría en ello todo el tiempo.

-Decidí hacerlo. No bebí. Me encontraba completamente sobria esa noche y elegí que fueras tú.

Cruz se lanzó a abrir la puerta del coche y salió.

Me senté ahí y lo observé mientras se paseaba de un lado al otro delante del coche.

Pasó las manos por su cabello varias veces y me sorprendí deseando poder hacer eso.

Amé la forma en que su cabello se sentía.

Esa noche podría ser algo que lamentaré más tarde en la vida, cuando conozca al chico con el que me case, pero en este momento no me arrepentía.

Tenía un muy buen recuerdo de Cruz.

Incluso si no me había besado y se marchó dejándome cuando todo terminó.

Me senté en el coche y vi a Cruz lidiar con esta información más dramáticamente de lo que esperaba.

Cuando finalmente dejó de caminar y me miró, abrí la puerta del coche y salí.

-Fui el primero. Esa noche. Tomé tu virginidad en una unidad de almacenamiento de mierda sobre un montón de cajas- no era una pregunta. Declaraba los hechos.

Asentí.

-¿Sabías que estaba completamente borracho?

No, no lo sabía.

Sabía que estuvo bebiendo, pero aparentemente no supe que había bebido tanto.

Negué con la cabeza.

-Nunca voy a beber de nuevo. Eso es todo. Lo juro. He terminado- puso las manos sobre el capó de mi coche y bajó la cabeza- Nunca podré decirte lo mucho que lo siento. Deberías de odiarme por el resto de tu vida. Esa no es manera de que perdieras tu inocencia. Maldita sea, Sisi. Alguien tiene que pegarme un tiro.

No podía enojarme con él.

No cuando se encontraba así.

Cerré la puerta y me acerqué a su lado.

Tentativamente, le toqué el hombro- Quería que fueras tú. Ahora me doy cuenta que para que fueras tú, la forma en que sucedió, era la única manera en que alguna vez sucedería. Creo que estoy bien con eso.

Cruz levantó la cabeza y me miró- ¿Por qué yo? ¿Por qué me elegirías?

La cruda emoción en su voz fue la única razón por la que decidí ser honesta- Porque confiaba en ti. Te quería a ti. Te he querido por mucho tiempo.

Cruz negó con la cabeza y se levantó- No me quieres, Sisi. No me quieres. ¿Lo entiendes? No soy para ti.

Eso dolió.

Me obligué a asentir.

Lo entendí.

No quería que nada pase entre nosotros.

Tenía que seguir adelante.

-Lo sé- me las arreglé para decirlo con firmeza.

-No seré capaz de perdonarme.

Escucharlo decir eso dolió aún más.

Se enfadó por esto mucho más de lo que hubiera pensado.

Debí saber que no quería cruzar ninguna línea conmigo, pero me di cuenta de cuán sincero era ese deseo.

Nunca tuvo la intención de permitir que pasara algo entre nosotros.

Fue una comprensión dolorosa.

-No hay nada que perdonar. Obtuve lo que quería. Se acabó- le dije, luego me giré y caminé de regreso a mi coche.

Tenía que seguir adelante y olvidar esto.

Este fue mi cierre.

No dijo nada para detenerme.

Sólo se quedó ahí, viéndome alejarme.





Continuará....

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora