Capítulo 30

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SISI

Seguí a Allegra hacia Bash Secrets Bar.

Benicio le había enviado un mensaje y ella le dijo que me traería aquí. Él la esperaba mientras bebía algunos tragos con Cruz.

Lo cual era el por qué yo también vine. Sólo necesitaba ver su rostro otra vez antes de que respondiera al mensaje de texto de Ernesto. 

Cruz era como una droga de la cual parecía no poder alejarme- Ahí está Benicio- dijo Allegra, caminando a través de la multitud hacia la mesa que ocupaban siempre.

Nadie más se encontraba en la mesa a excepción de Benicio, lo cual era raro. Normalmente, uno de los otros tipos se encontraba aquí.

Sabía que Cruz estaba aquí. Benicio le había enviado un mensaje a Allegra.

Si no se hallaba en la mesa o en el bar, entonces estaba con una chica.

Rechacé echar un vistazo a la pista de baile. Todavía no. Primero necesitaba componerme. 

-Hola, bebé- Benicio le sonrió a Allegra y se levantó para llevarla hacia sus brazos. Inmediatamente comenzó el besuqueo.

No quería mirar a mi hermano meter su lengua en la boca de alguien, así que tomé asiento y mentalmente me debatí si debía o no buscar a Cruz.

¿Y si se cogia a una chica?

¿Podría manejarlo?

Es decir, no tenía ningún control sobre él, pero, ¿dolería tanto? Sí, probablemente. 

-Te extrañé- dijo Benicio, retrocediendo de su ataque contra el rostro de Allegra.

-Yo también te extrañé, pero tengo un vestido que creo que te va a gustar mucho- respondió y luego me echó un vistazo- No sé como manejaría todo esto sin Sisi. Estoy tan feliz de que no se fuera. 

Benicio giró su atención hacia mí  y guiñó- Estoy feliz que de esté aquí.

-Nosotras, eh hoy hablamos sobre el lugar de la boda y Sisi dijo que deberíamos hacerla donde desee. No debo permitirle a tu madre convencerme de lo contrario. 

Benicio frunció el ceño y giró para mirar fijamente a Allegra- Tiene razón. Esta es nuestra boda. Pensé que te gustaba la idea de la iglesia de mamá, pero si no quieres, entonces dímelo. Nos casaremos donde quieras. 

Ese era mi hermano. Era perfecto. Tipos como él eran difíciles de encontrar. 

-Deseo casarme en la playa- le dijo. 

-Entonces será así. Le diré a mamá que cancele la iglesia y comenzaremos a buscar casas de playa para alquilar. 

Allegra chilló, agarró su rostro y empezó a besarlo otra vez.

Aparté mi atención de ellos y miré hacia la pista de baile.

No me tomó mucho tiempo encontrar a Cruz.

Su cabello rubio siempre en punta. La chica casi desnuda con la que bailaba también tenía su peinado. Sabía que debería alejar mi mirada, pero no podía.

Quería verlo con alguien más. Sabía que él me trató diferente, pero deseaba ver exactamente cuán diferente. 

La chica recorrió sus manos a través de su cabello, y si él la dejaba, estaba segura que se lo cogería ahí mismo.

No podían estar más cerca. Cuando atrajo su cabeza para encontrarse con sus labios, moví de un tirón mi mirada. No quería ver eso. 

-¿Quieres una coca cola, Sisi?- preguntó Benicio, y le di un vistazo dándome cuenta de que  él y Allegra se sentaron y no se besaban.

Tenía más ganas de irme, pero decidí quedarme y observar a Cruz con otra chica podría ser lo que necesitaba para sacarlo de mi sistema. 

-Sí, gracias- respondí.

-¿Donde están los demás?- preguntó Allegra. 

Benicio asintió hacia la pista de baile- Cruz está bailando. Andrés está en camino. Iván y Cande están pasando el rato fuera. Francisco y Sofia probablemente en el apartamento de Juan, donde siempre están últimamente. 

Allegra se rió- Déjalos solos. Me encanta ver así a Francisco. Es tan feliz.

-Confía en mí, bebé, a mí también me encanta verlo obsesionado con alguien más. Se me hace más fácil respirar. 

Allegra rodó los ojos. 

Cuando terminó la canción, volví a mirar hacia la pista de baile para ver a Cruz caminando hacia nosotros con la chica siguiéndolo de cerca. Al menos no la tocaba.

Normalmente, Cruz tenía sus manos por todas partes en el cuerpo de las chicas con las que tonteaba. 

Su concentración se hallaba en mí y me sentí extremadamente agradecida de que la espalda de Benicio no daba a la pista de baile.

La camarera colocó un portavasos y mi coca cola en la mesa en frente de mí. Aparté la mirada de Cruz y tomé un trago de soda fría. 

-Hola, Allegra- dijo una vez que llegó a la mesa- Sisi.

No levanté la mirada hacia él. Simplemente contesté “hola” y seguí bebiendo. 

-Hola, Cruz- dijo Allegra efusivamente- Todavía no te he visto en el campus. No debimos tener clases juntos. 

-Supongo que no- respondió. 

-Quiero una cerveza- dijo la chica mientras tomaba el asiento vacío a mi lado

-Hola, soy Brenda- tomó todo mi control no empujarla del taburete. 

- Soy Sisi. Es un gusto conocerte- respondí. La amabilidad fue entrenada en mí.

Mi madre la había perforado en mi cabeza. Podía sentir los ojos de Cruz en mí. Me observaba.

¿Pensó que sería grosera con ella?

¿Sólo porque eligió cogersela esta noche en lugar de a mí?

Tendría que disgustarme la ciudad entera si ese fuera el caso. Se ha costado con la mayoría de las mujeres aquí. 

-Oh, eres la hermanita de Benicio. Recuerdo verte con Maggie.

¿Conocía a Maggie- ¿Cómo conoces a Maggie?- porque ella no era el tipo de amigas de Maggie. 

-No la conozco. Sé de ella. Soy una gran fan de Román Heredia.

Eso tenía más sentido.

-Sisi está saliendo con el hermano de Román- canturreó Allegra, sonriendo brillantemente. 

-¿Sí?- preguntó la chica con voz incrédula. 

-No, en realidad no- contesté, sacudiendo la cabeza y deseándole a Dios que Allegra se callara. 

-Él lo está intentando mucho. Hoy le envió mensajes de texto y la hizo sonreír terriblemente. 

Esta era mi señal para irme. Alcancé mi cartera y no hice contacto visual con nadie. 

-¿Ernesto Heredia sigue contactándote? ¿No se fue con Maggie y Román?- preguntó Benicio con curiosidad.

Mierda.

No iba a conseguir salir de esto. 

-¿Sigues hablando con Ernesto?- preguntó Cruz, para mi sorpresa.

No esperaba que hiciera comentarios en esta conversación.

No con Benicio aquí.

Miré a Benicio para responder. No miraría a Cruz. Estos no eran sus asuntos. 

-Sip, está en Los Ángeles. Sólo quiere ver si podemos encontrarnos de nuevo alguna vez. 

Allegra cubrió su risa con una tos.

Le di una mirada rogándole por favor que no dijera nada más.

Entendió y asintió. 










Continuará....

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