Capítulo 56

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SISI

Cuando abrí la puerta de mi casa, mi madre me esperaba.

Cualquier ira que había sentido, desapareció.

Fue sustituida por un dolor frío y adormecedor.

-¿Y?- preguntó.

-Nunca lo veré de nuevo, si te comprometes a nunca decirle a Benicio nada de esto. No quiero que lo sepa. Si le dices a Benicio, voy a volver a Cruz Navarro. No serás capaz de detenerme. Pero puedo prometerte que nunca hablaré con él de nuevo si me prometes que nunca le dirás a nadie una palabra de esto. Especialmente a mi hermano. No necesita saberlo.

Mamá frunció el ceño- ¿Sabe lo de Cruz y tú? 

-Sí. Lo sabe. 

No le gustó- ¿Qué se supone que tengo que decirle si pregunta sobre tu ruptura? 

Me encogí de hombros.

-Dile que cambié de opinión y me di cuenta que después de todo, Cruz no era lo suficientemente bueno para mí. O dile que ahora estoy viendo a Ernesto Heredia. Pero no le digas la verdad.

También podría mentir sobre la forma en la que terminó todo.

Toda la relación fue una gran mentira.

Parecía apropiado.

Pasé junto a mi madre y subí las escaleras.

No conseguiría dormir mucho esta noche, pero quería estar sola.

Mi corazón roto necesitaba privacidad para llorar.

Los corazones no se dan cuenta de que les han mentido.

Siguen amando de todos modos.

*********

CRUZ

Iván se apoyaba contra mi Jeep cuando salí del gimnasio.

Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y llevaba gafas de aviador negras.

No lo había visto en más de una semana. Aparte de ir a clases, al gimnasio y adónde mi mamá para ver a los niños, no había visto a nadie. Y tampoco trabajado y casi no tenía dinero, pero nunca sería capaz de volver a lo que había estado haciendo.

-¿Me estás siguiendo?- le pregunté, echando la bolsa del gimnasio en la parte trasera del Jeep.

-Viendo cómo estás de escondido, tenía que venir encontrarte.

Tiré de la puerta- Bueno, me has encontrado. 

Iván abrió la puerta del lado del pasajero y se sentó.

No me dejaría salir de allí.

¿Qué sabía?

Estuve esperando toda la semana a que Benicio irrumpiera en mi apartamento y me golpeara hasta matarme.

Pero todo lo que oí de él fue un mensaje diciendo que mi cita para arreglar el esmoquin era el próximo jueves.

-Escuché que Sisi rompió contigo- me dijo, estudiando para ver mi reacción.

-Has oído bien.

-La cosa es, que no me creo la razón. No tiene sentido para mí. Benicio lo cree y es probablemente bueno, pero yo no me lo creo.

No podía estar seguro de cuál era la razón que le dio a Benicio.

Obviamente, no fue la verdad.

-No puedo evitar que es lo que crees.

-Simplemente me parece que el tipo que vi tan ferozmente decidido a tomar una posición en contra de su mejor amigo por una chica, no se quedaría ahí parado tan casualmente mientras lo olvida y va hacia otro tipo.

Agarré el volante con fuerza.

Eso no era lo que esperaba.

¿Sisi ya veía a alguien más?

Eso no parecía ser propio de ella.

-Esperaría que fueras a cazar a Ernesto Heredia y golpearle hasta matarlo, como querías hacerlo con Benicio. Me resulta muy difícil creer que te parezca bien dejar que la tenga sin una pelea.

¿Ernesto Heredia?

Mierda.

-Supongo que ella quería cosas que no podía darle - le corté y arranqué el Jeep. No quería escuchar más de esto.

-O tal vez eso no es lo que está pasando. Tal vez se enteró de tu trabajo y no pudo manejarlo.

¿Cómo lo sabía?

-¿Qué quieres decir?
Iván se encogió de hombros- Ya sabes, el trabajo que te ha permitido cuidar de tus hermanos y también pagar las cuentas. El que mantenías en secreto. Por el que tuve que hacer un serio trabajo de detective para averiguar.

Me siguió. Bastardo.

-¿Por qué no le dijiste esto a Benicio?

-Benicio no es mi único amigo. No tengo favoritos.

Dejé caer la cabeza en el respaldo y suspiro- ¿Hace cuánto lo sabes?

-Desde el viernes después de la fiesta de compromiso. Estaba seguro de que traficabas con drogas y te seguí.

-¿Así que lo sabías antes de que empezara a salir con Sisi?

Iván asintió- Sí.

-Entonces, ¿por qué demonios me dejaste salirme con la mía? No podía estar lejos de ella. Alguien tenía que detenerme.

-Porque sabía que te enamoraste de ella. Nunca te había visto enamorado. Y Sisi es una chica dulce. Pensé que si alguien podía hacerte volver al camino correcto, sería ella. Pero nunca dejaste de trabajar. No pude entenderlo.

-Tengo bocas que alimentar.

-Hay otros trabajos que no requieren actividad ilegal.

Dejé escapar una risa fuerte- Nada me paga lo suficiente y no estoy cualificado para los que sí.

-Eso es porque buscas en el lugar equivocado.

Volví la cabeza para mirarlo- ¿Adónde sugieres que vaya?

-Estás mirando hacia el lugar correcto ahora mismo- sonrió- Ve a Pensacola. Conozco a un tipo al que quiero presentarte.

-¿En Pensacola?

-Sip. Es dueño de un club. Solía trabajar para él. Les paga muy bien a los gorilas. Horas tardías y buen dinero.

¿Un gorila?

-¿Qué tan bueno es el dinero? 

Iván cerró la puerta y se abrochó el cinturón de seguridad- Cuanto mejor es el club, mejor es la paga. El lugar al que te voy a llevar paga más que la mayoría, 1000 pesos la hora y tendrás seis horas por noche. Tantas noches como puedas manejar.

Seismil pesos la noche. Podría trabajar de jueves a domingos por la noche y hacer veinticuatro mil pesos a la semana.

-¿Crees que puedes conseguirme este trabajo?

Iván se rió- Ya te lo dieron. Sólo voy a llevarte a conocer a tu nuevo jefe y hacer el papeleo. Comienzas este fin de semana.





Continuará....

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora