Capitulo 43

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SISI

-Te vistes así y es difícil no mirar- le contesté y me alejé de él para sacar el lavavajillas.

-¿Qué está nal con su ropa?- preguntó Taly, confundida.

Abrí la boca para decirle que nada, pero Cruz se me adelantó.

-Nada, Taly. Creo a Sisi le gusta cómo me veo en mi ropa.

Levanté la cabeza y sus centelleantes ojos se encontraron con los míos.

-Si le gusta, entonces debes usarlas todo el tiempo. Es dulce, divertida y hemosa. Y puedes usarlas cuando venga a vernos.

Su vocecita emocionada me dio ganas de ir a abrazarla con fuerza y asegurarle que me vería de nuevo.

Todavía no había dicho nada sobre su madre o incluso mencionado volver a casa.

Eso dice más que cualquier palabra que pudiera haber dicho. Eso me rompió el corazón.

-Es una buena idea, Taly. Tal vez debo usarlas todos los días. Podría conseguir que Sisi se quedara durante un rato. En algún momento, ella y yo podríamos ir a buscarlos a ti y los chicos y llevarles a conseguir una hamburguesa.

Taly saltó con entusiasmo sobre las puntas de sus pies- Sí, sí, po favo- se volvió hacia mí- ¿Él te gusta con ota ropa, o sólo con esa?- la sinceridad de su pregunta me hizo sonreír.

Iba a hacer lo que fuera para conseguir que Cruz llevara ese conjunto todos los días sólo para que pudiera verme de nuevo.

Si no lo hubiera hecho ya, se habría abierto paso a mi corazón, en ese momento.

-En realidad, Taly, creo que se ve bien todo el tiempo. Sólo me atrapó mirándole esta vez.

Los ojos de Taly se agrandaron y una sonrisa estalló en su cara cuando volvió a mirar a Cruz- Le gustas y ella es hemosa y divertida.

Taly miraba de mí a Cruz.

Eso podría haber sido lo más dulce que alguien me haya dicho.

-También huele bien y tengo algo por ese hermoso pelo castaño- agregó Cruz, echándose hacia atrás en su silla y estudiándome.

-De hecho, huele muy bien- concordó Taly- Y su jugo dulce es delicioso.

Cruz asintió- Sí, tiene todo delicioso.

Apreté los labios para no reír y apoyé una cadera contra el mostrador para ver como los dos me estudiaban.

-También puede cantar, me cantó todo tipo de canciones.

Los ojos de Cruz se agrandaron ante la declaración de Taly. No tenía intención de que se lo dijera a Cruz.

Canté para ella. Me lo pidió y creí que nadie le había cantado antes. La dejé arrastrarse encima de mi regazo y la canté todas las canciones que me pidió.

-¿En serio?- preguntó Cruz con una sonrisa pícara en su rostro- Mmm. No lo sabía. Supongo que va a ser el factor decisivo para mí. Sisi tendrá que cantar para decidir si quiero que siga cerca.

Taly parecía contenta con esto- ¡Sí! Lo harás. Canta muy bien.

Temía el momento en que estuviéramos solos.

El teléfono de Cruz sonó y se tensó inmediatamente.

El aspecto divertido en su rostro desapareció.

¿A quién esperaba?

Metió la mano en el bolsillo, descolgó su teléfono y luego dejó escapar un suspiro- La llevaré a casa dentro de un rato. Déjame comer primero.

Oh, no.

Era su madre.

No estaba dispuesta a que Taly volviera con esa mujer.

-Treinta minutos.

Colgó el teléfono y miró a Taly- Mamá está lista para que vuelvas a casa, Taly. ¿Por qué no vas a conseguir tus cosas mientras termino?

La carita de Taly cayó, pero no discutió. Asintió y se dirigió al dormitorio.
La observé hasta que la perdí de vista y luego volví a mirar a Cruz.

-¿Tiene que irse?- le pregunté en voz baja.

Cruz frunció el ceño y asintió- Sí- a él tampoco le gustaba la idea.

-¿Crees que estará bien? ¿Tu mamá recordará darle los antibióticos todos los días? Porque es muy importante que se los tome hasta que se hayan terminado.

- Agustin se asegurará de que se los tome todos. Es bueno con esas cosas.

Lágrimas picaban en mis ojos y tenía que irme antes de que me pusiera a llorar y Taly me viera.

Fui al baño y abrí el grifo para enmascarar mis lágrimas.

Era horrible la idea de enviar a Taly de nuevo a ese sucio y viejo remolque con una mamá a la que no le importaba.

-Oye- Cruz abrió la puerta del baño y entró- Ven aquí- me abrazó y apoyó la barbilla en mi cabeza- Sé que esto es una mierda, pero te prometo que estará bien. Conseguiré que te dejen volver a verla. Mierda, si dejas de llorar, también le conseguiré un teléfono para que puedan hablar.

Asentí. Me gustó esa idea- Está bien.

-¿Está bien, quieres que le consiga un teléfono?- me preguntó.

-Sí.

Cruz se rió entre dientes. -Hecho. Ahora deja de llorar. Puedo ir y comprobarlos más de una vez a la semana.

No quería que se sintiera como si estuviera fallando cuando era obvio que hacía todo lo posible para cuidarlos.

Si tenía un trabajo de verdad, no sabía cuál era.

Tenía la escuela y el béisbol.

Él había tenido algunos trabajos secundarios, pero nada cerca de aquí.

De alguna manera, tenía dinero. Empecé a preguntarle al respecto cuando se abrió la puerta del baño y Taly apareció con el ceño fruncido hacia nosotros.

-¿Qué ocude?

No podía hacerle saber por qué había estado llorando. Sonreí y me salí de los brazos de Cruz- Nada. Sólo tenía una basurita algo en el ojo y vine aquí para sacarla- me giré hacia el grifo y lo cerré.

-¿Por qué te abrazaba Cruz?

La niña no se perdía nada.

-Le saqué la basurita- respondió Cruz.

Taly pareció conforme con esta respuesta, por lo que asintió- Conseguí mis cosas, etoy lita para irme.

-Bien, mi Taly, déjame terminar de comer y luego iremos.

-Pero ¿qué pasa con su sopresa?- me preguntó Taly mirando a la heladera con anhelo.

-Creo que ahora sería un momento increíble para su sorpresa- contesté y dejó caer su bolso y corrió para recuperar la tarta de mantequilla de maní de la heladera.

Cruz me lanzó una mirada inquisitiva y se limitó a sonreír.

-Hice todo el trabajo dulo. Pregúntale a Sisi- le informó Taly mientras le tendía la tarta de mantequilla de maní con orgullo.

-¿Me hiciste una tarta?- preguntó Cruz con asombro en su voz mientras se agachaba a su nivel.

-Sí, lo hice. Matequilla de maní.

Cruz se inclinó y la besó en la mejilla- Apuesto a que va a ser la mejor tarta de mantequilla de maní que haya probado.

Taly le sonrió y en ese momento, Cruz Navarro era absolutamente perfecto.



Continuará.....

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora