Capítulo 38 (+18)

1K 26 0
                                    

SISI

Cruz se mantuvo sobre mi cuerpo mientras me miraba- Esa noche. En el almacén. Nunca me perdonaré por eso. Nunca va a ser así otra vez entre nosotros.

Extendí la mano y metí el cabello que caía frente a sus ojos detrás de su oreja- Pero se sintió bien. En serio, muy bien. Mejor que cualquiera de las veces que fantaseé sobre ello.

Cruz se congeló- ¿Cuando dices "fantasear"... quieres decir que piensas en mí cuando te tocas?

Mi cara se puso instantáneamente roja, supe que vio mi rubor y sabía la respuesta.

No ganaba nada negándolo.

Asentí.

-Mierda- exhaló- No voy a ser capaz de sacar esa imagen de mi mente. Inclinó la cabeza y me besó suavemente en los labios- Quiero estar dentro de ti. Pero si quieres que paremos aquí, lo haremos.

No.

Me hallaba lo suficientemente desesperada que podría atarlo si trataba de escapar- También te quiero dentro de mí.

Cruz se mordió el labio inferior y cerró los ojos con fuerza- Cariño, entre decirme que te tocas pensando en mí y que me quieres dentro de ti, puede que jodidamente explote incluso antes de estar dentro de ti.

Riendo, moví mis caderas bajo las suyas, queriendo sentirlo sin nada entre nosotros- Mmm, aún no- dijo e inclinó la cabeza para besar mis labios.

Después bajó a besar cada pezón. Tiró de cada uno de ellos en su boca antes de dejar un rastro de besos bajando por mi estómago. Cuando sus manos tocaron la parte interna de mis muslos y las abrió más, dejé de respirar.

El primer contacto de la lengua de Cruz contra mi clítoris y tuve que morderme fuertemente el labio inferior para evitar gritar su nombre.

Agarré un puñado de su cabello mientras él continuaba probando y lamiendo.

Saber que hacía esto completamente sobrio, lo hizo incluso mejor.

Mi cuerpo empezó a temblar y supe que me acercaba. No iba a poder evitar gritar.

La boca de Cruz me dejó y me encontraba punto de rogarle cuando oí la rotura del aluminio y miré para verlo deslizarse un condón.

Oh... no importa.

Quería eso.

Sus ojos se encontraron con los míos- Eso fue increíble. Nada ha sabido tan bien como tú.

Decidí que la charla sucia era algo en lo que sobresalía.

Estaba bastante segura de que él podía llevarme al orgasmo con sólo hablarme sucio en la oreja.

Me pregunté si iba a intentarlo en algún momento.

Cuando Cruz se bajó sobre mí, detuvo mi hilo de pensamientos.

Cerró los ojos con fuerza mientras la punta de su erección se encontraba con mi entrada- No quiero hacerte daño- dijo con un susurro desigual.

-No lo harás. Por favor- rogué y elevé las caderas.

Cruz se deslizó lentamente dentro de mí.

-Eres tan apretada. Jodido cielo.

Cuando se encontraba completamente dentro, lo dos gemimos.

Estaba dentro de mí.

Quería mantenerlo ahí.

Nunca antes me sentí tan unida a alguien.

Supe ahora lo desconectado que él había estado la primera vez que hicimos esto.

Esta vez era tan diferente.

Estaba aquí conmigo.

Sintiendo todo lo que yo sentía.

-Eres tan caliente y apretada. Quiero quedarme aquí- dijo antes de cubrir su boca con la mía. Su lengua entró en mi boca y la chupé fuertemente.

Cruz empezó a moverse. Mis caderas se movían con él mientras se deslizaba dentro y fuera de mí.

Me besó y susurró palabras de aprobación mientras sus movimientos se hacían más rápidos y más fuertes.

Subí con él. Necesitaba más.

Esta vez sabía lo que venía y lo quería.

Justo cuando me golpeó mi orgasmo, Cruz agarró mis caderas y empujó fuertemente una última vez, gritando mi nombre.

Fue perfecto.






Continuará....

Sólo por ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora