Percy casi aparece de forma heroica para salvar el día una vez más. Digo casi porque la Señorita O'Leary se orinó sobre la cabeza de la estatua de Nerón, los sabuesos del infierno y las alturas no se llevan bien. Percy saltó del lomo de su perra, empuñando heroicamente su espada Contracorriente, pero resbaló heroicamente con la orina y casi se cae de la cabeza de la estatua. Gracias a Lury por el ojo de Orión que hace que no me pierda de estas cosas.
En fin, cuando el coloso intentó sacudirse a Percy y la Señorita O'Leary, el hijo de Poseidón cortó una de las espinas de la corona solar de la estatua y se la clavó en la frente. No creo que pudiera sentir dolor, sin embargo, se tambaleó ante el hecho de que le había crecido un cuerno de unicornio.
Luego cortó otro y comenzó a mofarse de la estatua.
—¡Hey, feo! No necesitas estos, ¿verdad? Voy a llevarme uno a la playa. ¡Señorita O'Leary, atrápalo!
Arrojó la púa y la Señorita O'Leary saltó para atraparla entre sus fauces, luego se fundió con las sombras y apareció en la arena moviendo la cola.
—Bien, empieza a encantar —indicó Percy a Lester.
Entonces saltó de la cabeza y aterrizó sobre el hombro del coloso, luego se deslizó sobre su brazo hasta que llegó al poste de su arma y lo usó para llegar a la playa. Presumido.
—¡Hey, Trasero de Bronce! —gritó Percy-. ¡Ven por mí!
La estatua parecía bastante irritada con él porque lo siguió hacia la playa. Los demás nos unimos a él, lanzando cosas y llamando de mil maneras a la estatua o burlándonos de la pipí en su cabeza. Le disparé flechas explosivas e incendiarias, traté de apuntar a su cuello, pues después de todas los dardos que tenía clavados, seguramente sería el punto más dañado y débil.
Vi a Lester en el carro volador sosteniendo dos flechas, estaba acompañado de mis hermanos, Kayla y Austin. Lester parecía estar haciendo un mantra o un cántico, aunque no entiendo cómo alienar sus chacras va a ayudarnos. Seguí disparando flechas explosivas con la esperanza de que su cuello se debilitara lo suficiente.
Vi otra vez a mi padre en el carro volador. Ahora, una de las flechas que sostenía tenía un color verde ponzoñoso y emitía humo del mismo color.
—¿Qué rayos es eso? —dije.
Fuera lo que fuese, parecía tener un efecto negativo en los semidioses. Vi a Kayla y Austin desplomarse sobre el carro y a mi padre soltando las riendas para intentar ayudarlos. Siendo el dios que conduce el Carro Solar, uno esperaría que no cometiera errores de novato. Sin embargo, el carro se desplomó a tierra con todo y pasajeros, Lester logró sujetar a tiempo las riendas para nivelar su caída y evitar un choque directo.
Corrí hacia ellos, preocupado por el bienestar de mis hermanos (y tal vez un poco por mi padre, pero no se lo digan). Rebotaron en una duna y la fuerza del impacto los mandó volando a los tres contra la arena. Los pegasos se asustaron y despegaron, arrastrando el carro consigo. Percy también vino surfeando hasta Lester, mientras la Señorita O'Leary distraía al coloso.
—¡La flecha de plaga está lista! —anunció Lester—. Necesitamos dispararla en la oreja del Coloso.
—¿Y con qué piensas disparar? —le pregunté.
Lester miró hacia todos lados y maldijo en griego antiguo. Luego miré a mis hermanos, inconscientes y temblorosos.
—¿Es contagioso? —preguntó Cecil.
—No —dijo mi padre—. Bueno, probablemente no. Son los vapores de la flecha...
Todos dimos un paso atrás.
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No es fácil ser un semidiós. Parte III. Ojalá que sea la última.
FanfictionLa diosa Gaia y sus gigantes han sido derrotados gracias al esfuerzo del Campamento Mestizo y el Campamento Júpiter, peleando juntos. Ahora los romanos y griegos han establecido una relación de amistad y cooperación. Pero pronto descubrirán que la p...