Entre la espada y la lanza y otra espada y más lanzas. "Bethany"

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La mañana siguiente llegó. Me desperté alrededor de las nueve de la mañana, las dríadas también empezaron a salir de sus plantas y a salir de la Cisterna. Lury estaba dormido de lado y sujetando la espada de Jason como si fuera un oso de peluche; en el relato de ayer nos dijo que perdió su arma Telum cuando lo capturaron en los yates y que se quedó en las ataduras de Incitatus, el caballo de Calígula. Axel tenía medio cuerpo fuera de su saco de dormir y su cabeza colgaba de la orilla del estanque, un poco más y se caería. 

Decidí dejarlos dormir, así que me cambié a unos pantalones de mezclilla y una playera algo ajustada, me puse mis tenis, enrollé mi saco de dormir y salí de la Cisterna. El día era igual de caluroso que antes, encontré al sátiro Grover sentado sobre una roca y masticando una lata. 

—Hola —dije casualmente—. ¿Dormiste bien? 

Se encogió de hombros.

—No he tenido un sueño placentero desde que estos incendios comenzaron —dijo con pesar—. Pan confió en mí para preservar la naturaleza y estoy fallando. Debió confiar en otro sátiro más capaz, más sabio y con más experiencia. 

Dio otro mordisco a la lata y bajó la cabeza. 

—Lo siento —dijo—. No debería abrumarte con mis malas  vivencias. 

—No te disculpes —respondí—. A veces ayuda sentirse escuchado. 

—Si hoy no detenemos los planes de Calígula, Helios convertirá todo California en un desierto inhabitable. La naturaleza se perderá. 

Mordisco de lata y resignación. Yo no conocía a las versiones griegas de los faunos excepto por Gleeson Hedge. Por las cosas que me contó Lury, eran personas muy comprometidas con la seguridad de los semidioses y la preservación de la naturaleza, trabajadores y acomedidos. No eran nada como los faunos romanos, que eran flojos, vagos y siempre pedían dinero. También escuché sobre Pan, Lury me habló de cuando acompañó a Percy, Annabeth, Grover y Tyson al Laberinto y encontraron al dios perdido. Dijo que la naturaleza estaba tan dañada que el dios ya no podía existir y que "murió", aunque su esencia fue absorbida por Grover, Percy, Annabeth y Lury. 

Le puse la mano en el hombro.

—No te concentres tanto en qué pasará si fracasas —le dije—. Si fracasas, no podrás hacer nada para regresar el tiempo. Yo creo que eres un sátiro muy capaz, Grover. Guiarás a Apolo en su misión y todos tendrán éxito. 

—Quisiera contar con ustedes como refuerzo —dijo Grover—. Conozco a Lury desde hace mucho tiempo, es mi amigo. Y ustedes son muy agradables. 

Me sonrió y me ofreció un poco de su lata.

—No gracias —dije amablemente—. Yo también quisiera hacer más por ustedes, de hecho no he hecho nada. Pero Lury dijo que demos regresar a casa, si intervenimos más en la misión de Apolo, podemos enfurecer a Júpiter. 

—Enfurecer al señor de los cielos nunca es buena idea —dijo Grover con unas sonrisa—. Buena suerte en su camino. Espero que... bueno, que el ataque no haya causado graves daños. 

—Yo también. Bona fortuna, Grover. Estoy segura que lo lograrán. 

Me dedicó una última sonrisa y devoró el resto de su lata. 

—Iré por unas enchiladas con queso para todos. ¿Quieres acompañarme? 

—Claro, yo las invito. 

—Oh, para nada. Ustedes son nuestros huéspedes. 

—Es lo menos que puedo hacer para agradecer por cuidarnos a mí y Axel, también a Lury. 

No es fácil ser un semidiós. Parte III. Ojalá que sea la última.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora