Me quedé paralizado cuando Lury se lanzó al Inframundo con el Escribano. Estaba solo con el cuerpo sin vida de Gibran y no tenía idea de cómo salir a la superficie.
—¿Qué hiciste, tonto? —maldije entre dientes—. Tonto, tonto, tonto.
Me eché a llorar por la impotencia. De nada serviría que yo me arrojará, aunque ganas no me faltaron. Sin embargo, si hacía eso, nuestros amigos no podrían encontrarnos. Gibran merecía un funeral digno de los romanos más valientes. Me limpié las lágrimas, recogí todo lo que pude llevar y con gran dificultad me eché a Gibran a la espalda para sacarlo de las alcantarillas. Trepé la escalera de metal y me adentré en el túnel.
Caminar cansado y cargando una persona muerta no es tarea fácil. Tampoco es que fuera muy difícil salir, pues había muchas escaleras que subían a las tapas de las coladeras, el problema era que ya podía ver la luz del día y escuchar los pasos de los londinenses que iban por las calles. No podía simplemente salir por la tapa cargando un cadáver, me llevarían a prisión.
No me quedaba más opción que seguir adelante hasta encontrar una calle donde no hubiera nadie, sólo esperaba no salir de Westminster y perderme por la ciudad, aunque tampoco es que hubiera sabido regresar desde la superficie. Mi otra opción era esperar hasta el anochecer, lo cual tampoco era muy práctico.
Se me ocurrió otra idea: un mensaje-iris. Siempre llevo un drama para casos de emergencia y puedo crear un arcoiris con sólo un poco de agua, aunque sea de alcantarilla.
—Oh, diosa Iris, acepta mi ofrenda —dije—. Tzamn Schmidt.
El arcoiris empezó a parpadear hasta formar una imagen medio borrosa del hijo de Hefesto, parecía estar en la calle.
—¡Hey, Tzamn! —exclamé para atraer su atención.
Él giró y se sorprendió al verme.
—Wo seid ihr? —preguntó en alemán, creo que estaba molesto—. Los hemos buscado por todas partes.
—No tengo tiempo de explicarlo ahora —dije—. Lo lamento por irnos así, pero necesito ayuda, estoy en el sistema de alcantarillas.
—Eso no reduce mucho la búsqueda. Sólo la cambia de ubicación.
—Lo sé, lo sé. Por eso quería saber si Bucéfalo podría encontrarnos con su nariz. Bajamos por una alcantarilla sobre la calle de Viejo Pye, dejé un pequeño sol grabado en el metal. Lo malo es que no sé cuánto nos alejamos ni hacia donde nos movimos. Aunque estoy casi seguro que no salimos de Devil's Acre.
—Hmmm... veré qué podemos hacer. ¿No hay forma en que puedas darnos una señal?
Negué con la cabeza.
—No estoy herido, al menos no de gravedad, pero moverme es... complicado.
—Sigues hablando en singular —notó Tzamn—. ¿Te separaste de Lury y Gibran?
Desvié la mirada.
—Algo así... Sólo apresúrense, por favor. Lo siento mucho...
El mensaje terminó y la luz se disipó, luego me entregué al llanto una vez más...
***
Al cabo de unas horas me hallaron. No faltaron los llantos y el bombardeo de preguntas cuando vieron el cuerpo sin vida de nuestro amigo, el hijo de Bellona. "¿Qué pasó, James?", "¿Dónde está Lury?", "¿Fue el Escribano?". Cosas de esa naturaleza. En ese momento deseé poder desmayarme y que el médico del equipo me atendiera, pero desgraciadamente yo era el médico.
Logré convencerlos de volver a la casa Harington para explicar todo ahí y de paso yo pudiera descansar y tratar mis heridas. Alan me dejó montar a Bucéfalo y juntos volvimos a casa de la señora Harington.
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No es fácil ser un semidiós. Parte III. Ojalá que sea la última.
FanficLa diosa Gaia y sus gigantes han sido derrotados gracias al esfuerzo del Campamento Mestizo y el Campamento Júpiter, peleando juntos. Ahora los romanos y griegos han establecido una relación de amistad y cooperación. Pero pronto descubrirán que la p...