No podía ser verdad, simplemente no podía ser cierto....
Tantos años de sacrificio, tantas veces en la que puso su vida en peligro, las noches en donde se la pasaba llorando en su cama pensando en el que hubiese pasado si sus padres estuviesen vivos, la confianza y cariño que les brindó a aquellos extraños que llegaron a su vida diciendo lo que él era, la decepción que sintió al saber que su solidaria tía quien le daba comida y un techo donde dormir le había mentido sobre la muerte de sus padres durante sus once años de vida.
Los constantes maltratos de su familia al volver de su primer año en aquella maravillosa escuela de magia, tantas burlas, tantos golpes y patadas.
El gran temor que sentía cuando veía como su tía y su primo se marchaban a dormir y horas después los pasos de su tío se acercaban a él en aquella oscura alacena, el gran dolor que sentía después de las visitas nocturnas de su solidario tío, la sumisión que le invadía cada vez que ponía un pie en aquella casa a donde tenía que volver cada vez que llegaban las vacaciones.
La emoción al saber que faltaba poco para volver a ver a sus amigos, el saber que la gente le temía porque sospechaban que era el tan temible heredero de Slytherin, su esfuerzo día a día para ser quien ellos querían que fuera, para ser ese salvador en el que tanto confiaban, para ser ese gran héroe que felizmente cargaba en su hombro el peso de salvar al mundo mágico de ese ser tan cruel que asesinó a sus padres.
Tanto que se esforzó en ocultar lo que sentía.
En evitar que su boca soltara todas las preguntas sin respuestas que rondaban por su mente al querer saber más de sus padres, la inseguridad que tenía al sentir ese no se que en lo más profundo de su interior que le pedía a gritos dejarlo salir pero que él sabía que no debía hacerlo porque aquellos que confiaban en él le temerán y no lo querrían más...
Sin olvidar lo mucho que se molestó al darse cuenta de lo otro que sentía.
Las noches en la torre de astronomía llorando mientras buscaba alguna manera de arrancarse del corazón eso que sentía cada vez que veía a cierto rubio presumido, tantas veces que se vio en el espejo del baño asqueado de lo que él era
¡Eso no estaba bien!
¡Su tía decía que era pecado!
El gran héroe del mundo mágico no podía ser un maldito marica ¡Por merlín santo!
¿Qué diría Dumbledore?
Mucho se molestaba el anciano mago en protegerlo para que él viniera y se enamorará del hijo de la mano derecha de quién mató a sus padres.
Ese amable mago anciano lo ayudaba sin pedir nada a cambio y él no podía decepcionar de esa manera tan asquerosa, la preocupación que sintió al saber que si sus amigos se enteraban de todo lo que pasaba por su mente se suicidaría por tener a tan despreciable y asquerosa persona como amigo, la enorme culpabilidad que sintió cuando ese rayo verde impacto en el pecho de su amigo tejón
¡Ah! no olvidemos ese enorme y helado hueco que se formó en su corazón al ver como la persona que quería como a un padre caía en aquel velo y no volvía más.
La culpabilidad que sentía lo llevó a admirar esa alta y hermosa caída que se podía ver desde la pacífica torre de astronomía solo que un hermoso ángel se lo impidió diciendo lo malditamente imbécil que era, si tal vez esas no eran las palabras correctas que se le debería decir a una persona que está a un paso de caer al vacío para acabar con su vida de mierda pero, ilógicamente la mano de quien lo insultaba impidió que él fuera a verse con sus padres...
Bueno, si es que los veía....
Después de esa noche todo fue mejorando poco a poco, su sonrisa volvía, el brillo en esa hermosa mirada esmeralda estaba de vuelta pues esos abrazos que aquel hermoso ángel le brindaba en las noches le daban a su corazón esa calidez que tanto necesito a lo largo de sus 15 años, pero después...
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Mentiras entre rosas negras
RandomHarry Potter y Draco Malfoy se enfrentaban al destino. El amor que compartían era su mayor fortaleza y su mayor debilidad. Se habían dejado envolver por peligrosas enredaderas de magia oscura que oprimian sus corazones que seguían anhelando el pode...