Tenía miedo, un profundo y aterrador miedo. No debió hacerlo, no debió levantar la varita y atacar hasta que la sangre saliera a montones de su cuerpo, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo, si no lo hacía todo se descubriría y eso no lo iba a permitir, juró protegerlo de todo y de todos y de eso se estaba encargando, aún no era el momento para que la verdad sea revelada.
Al ver los ojos vacíos sin la vida brillando en ellos le hizo sentir una sensación de alivio que le hizo suspirar feliz, no tenía miedo de haberle matado, solo tenía miedo de que le descubrieran y todo saliera a la luz, pero él se encargaría de que nada se supiera, total, era alguien que nadie tomaba en cuenta y que estuvo en el momento y en lugar equivocado.
- Lo siento mucho querida primita, pero no vas a arruinar los planes de mi chico eso sí que no lo permitiré. - Le susurró al cadáver frente a él mientras que con un movimiento de varita observaba cómo el cuerpo se quemaba completamente por el poderoso fuego maldito que había convocado, después de unos pocos minutos vio cómo el cuerpo de la chica había quedado en pequeñas cenizas que se esparcieron con el frío viento que había aparecido, dió la vuelta encontrándose con los hermosos ojos que tanto amaba, sonriendo corrió feliz a montarse encima del moreno enrollando sus piernas en la cintura de este.
- ¿Qué has hecho cariño? ¿Esa era Tonks?- Preguntó el moreno limpiando con su mano una gota de sangre que manchaba la blanca piel del mentón del chico. Este le sonrió de manera inocente dejando un beso en sus labios.
- En la mansión tu padre me pidió que estuviera muy atento cuando saliéramos de Hogwarts para encontrarnos con él, sospechó que Dumbledore vigilaría cada uno de tus movimientos y tú padre no se equivocó, resulta que bajo la capa observé que mi primita te seguía mientras escuchaba cada cosa de la que hablabas con nuestros padres, cuando terminaron ella pensó que sería una buena idea ir con el vejete y contarle todo, obviamente no lo permití así que...solo me deshice de un clavo suelto amor, nada importante. - Susurró el rubio en su oído oyendo una risita por parte del azabache.
- De todos modos tarde o temprano ella iba a caer, también es una traidora así que me parece excelente que la hayas eliminado cariño, no sabes lo mucho que me enorgulleces mi rey, pero ahora debemos regresar a Hogwarts y...y... Draco basta...-Jadeó el chico al sentir las pequeñas mordidas del rubio en su cuello, el moreno bajó las manos de la espalda del rubio apretando los redondos y perfectos glúteos de su chico.
- Creo que Hogwarts puede esperar al menos una hora ¿No crees? - Dijo el rubio mordiendo el lóbulo de su oreja y soltando un gemido cuando el moreno apretó más sus glúteos haciendo que sus miembros se rozaran por un breve instante.
- Mmm no, tu y yo sabemos que no, debemos seguir con el plan de Dumbledore para no levantar sospechas, pero si sigues así yo...no, olvídalo, por favor detente por que si no lo haces mandaré todo a la mierda y amaneceremos aquí. - Susurró el moreno en su oído oyendo un gemido de protesta por parte del rubio quien soltando gruñidos y algunas maldiciones se bajó de su cintura para después empezar a caminar dándole la espalda.
El azabache sonrió enormemente al ver el berrinche de su chico, camino abrazándolo por la espalda juntando su pecho a esta mientras el chico se juntaba más a él logrando un rose que les sacó un fuerte suspiro a ambos.
- Te prometo que después de hoy seré todo tuyo por todos estos días. Solo no te molestes conmigo precioso. - Murmuró en el oído del chico sintiendo como este soltaba un suspiro rendido para después darse la vuelta en el mismo abrazo fijando sus ojos platas en los bicolores que con tanta adoración le observaban.
- ¿Lo prometes? - Preguntó con un lindo puchero al que Harry no pudo resistirse de morder logrando sacar un poco de sangre que después limpio con otro beso logrando sacarle una pequeña carcajada al Slytherin.
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Mentiras entre rosas negras
RandomHarry Potter y Draco Malfoy se enfrentaban al destino. El amor que compartían era su mayor fortaleza y su mayor debilidad. Se habían dejado envolver por peligrosas enredaderas de magia oscura que oprimian sus corazones que seguían anhelando el pode...