Capitulo 41

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— Eres nuestra hija.

Al escuchar esas tres palabras todo lo que Hermione creía estable en su mundo se derrumbó.

¿Sus amorosos padres no eran realmente sus padres?

¿Quién la separó de su familia real?

¿Por qué hacerles pasar por esto?

— ¡James! Eso no fue muy sutil de tu parte. — Se quejó el mayor de los Riddle rodando los ojos al arrebato de impulsividad por parte de su esposo.

— Escucha atentamente Mione. Te explicaré cómo llegamos a esta conclusión, como también te plantearé la posible teoría del porqué nos estamos enterando de todo esto ahora. ¿Estás dispuesta? — Tom le sonrió con delicadeza motivandola a acercarse, ella dudosa, confundida y nerviosa aceptó la mano cálida que se le ofrecía, sus temblorosos dedos rodearon aquella mano y con suavidad fue guiada hasta sentarse en una de las sillas del comedor, al lado Harry se encontraba totalmente confundido y a punto de atacarlos con millones de preguntas solo que el movimiento de la mano de su padre y sus ojos rojos fijos en él lo detuvieron.— Tu te callas Harry Riddle solo escucha.

Empezaron a escuchar todo lo que el matrimonio Riddle tenía por decir, estaba realmente muy confundida pero a la vez sentía un gran alivio en su corazón.

Ya entendía el porque siempre sintió que no pertenecía al mundo de los muggles a pesar de que era una niña mágica criada por muggles.

Entendía su inexplicable pero asombrosa conexión con Harry desde un principio. Por Merlín, eran hermanos y para rematar mellizos, se formaron en el vientre de su madre al mismo tiempo y nacieron el mismo día, Harry realmente era su hermano, tal y como siempre lo quiso.

Ahora comprendía ese sentimiento de que algo le faltaba a su vida.

Ahora entendía el porque su magia se sentía incompleta, bloqueada, siempre sintió que podía dar más pero algo se lo impedía.

Comprendió porque a veces tenía borrosos y vagos recuerdos de lo que pudo ser su primer año de vida.

Entendió su conexión o confianza con sus Lords, bueno, sus padres. Siempre sintió esa familiaridad con ellos, el deseo de pertenecer a esa familia.

Siempre supo que sus padres Muggles le escondían algo, ya lo sabía. Pero se sentía realmente agradecida por la grandiosa vida que ellos le ofrecieron, cuando pudiera y el peligro acabara, los visitara y les daría un gran abrazo por todo ese amor que le dieron. Ellos siempre serían sus padres.

— Entonces tengo un hechizo que bloquea la pureza de mi magia y por eso no los reconocí. Además, también mi magia me protegió y me hizo cambiar mi real apariencia cuando tan solo tenía un año de edad. — Lo que había dicho no sonaba real. Estaba muy loco toda la situación.

— Se que es confuso cariño pero te prometo que te apoyaremos en descubrir quién te hizo esto y el cómo ayudarte a descubrir tu verdadera yo... Solo me gustaría que pudieras aceptarnos como tus padres, sé que los señores Granger han sido unos grandiosos padres y por supuesto siempre lo serán, no sabes cómo le agradecimos y siempre lo haremos por haberte criado y cuidado durante todos estos años. — James se acercó a ella tomando sus manos con suavidad, sentía el leve temblor y sudor frío en sus manos, él estaba tan nervioso como ella. Levantó la mirada fijando sus ojos en aquellos azules que le miraban con lágrimas de nostalgia, esperanza y alegría esperando su respuesta.

— Los Granger siempre serán mis padres Muggles. Les agradezco mucho y siempre los amaré, pero ustedes son mis padres biológicos y por supuesto estoy dispuesta a aceptarlos en mi vida como también estoy dispuesta a aceptar mis verdaderas raíces, espero no decepcionarlos. — Habló con determinación sin poder evitar una lágrima y un sollozo al terminar de hablar, el azabache hizo un puchero limpiando con delicadeza las lágrimas de la chica y en un segundo Hermione estaba siendo abrazada por James haciendo reír a los otros dos .

Mentiras entre rosas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora