- Buenas noches señor Malfoy ¿Qué lo trae por aquí? ¿Vino a disfrutar de esta bonita noche?
- Le escuché hablar con alguien ¿Con quién estaba? - La voz ronca de Draco lo estremeció hasta lograr ponerle los pelos de puntas, la magia vibraba a su alrededor de manera peligrosa, arrastrándose sigilosa a su alrededor de manera protectora al ver al chico frente aquel mago peligroso.
- Con nadie joven, estaba hablando solo, a veces es bueno meditar consigo mismo funciona para aclarar sus pensamiento...debería hacerlo cuando esté solo ¿Usted lo está?
- No, en el colegio hay mortifagos ellos, vienen en breves momentos.
- Oh...si es así...- En ese momento el director sacó la varita con la punta de está brillando en lo que se podía ver la luz de un hechizo, el rubio frunció el ceño mientras falsas lágrimas salían de sus ojos, quería llorar, quería llorar por no poder cruciar al viejo.
Harry se sobresaltó al ver la varita del viejo apuntar a su rubio, un movimiento en contra de su chico y todo el maldito plan le valdría un bledo porque Dumbledore pasaría a mejor vida si se le ocurría atacar a su dragón.
- Draco, estoy completamente seguro de que tú no eres un asesino, y también estoy seguro de que no quieres serlo. Por favor baja la varita muchacho.
- Usted no sabe de que soy capaz. - Contestó el rubio arrastrando las palabras mientras trataba de calmar el temblor en su mano, la magia ardía en sus venas al ver la falsa preocupación en el rostro del viejo, una maldición solo una maldición y el viejo estaría ante los pies de su pareja. - Usted no sabe absolutamente nada de mí.
- Claro que lo sé Draco, creo que se todo lo que ocurre en Hogwarts fuera y dentro de sus muros...
"No todo en realidad" - Pensó la pareja al mismo tiempo, sonriendo internamente al oír que los pasos de los mortífagos se acercaban.
- ¡Él me matará! ¡Matará a mi familia! Debo hacerlo...- Gritó el rubio apretando más el agarre de la varita, se estaba conteniendo enserio que si, pero la luz de un hechizo brillaba en la punta de su varita ansioso por chocar contra el cuerpo del viejo mago, el oji plata pensaba en lo divertido que sería ver la sangre salir de su cuerpo y el brillo de la vida abandonar sus ojos, oír sus súplicas tal y como su novio había suplicado cuando sus tíos le maltrataban, quería ver el maravilloso rayo color verde de la maldición asesina acabar con el anciano, bufo internamente cuando la voz del mago lo sacó de sus divertidos pensamientos, en algún momento se las cobraría.
- No tienes que hacer esto Malfoy, puedo ayudarte, podemos ayudarte. - Prometió el anciano tratando de acercarse al rubio, este retrocedió desarmando al anciano con un expelliarmus.
- Mi Lord...- Susurró una voz detrás de Harry, este se volteo sonriendo ampliamente al ver al hombre frente a él.
- Haznos los honores, Sev.
- Con todo gusto mi Lord. - Prometió el azabache inclinando la cabeza a Harry, este sonrió al verlo subir y suspiro aliviado cuando el profesor colocó a Draco tras su espalda, el rubio estaba protegido.
- ¡Oh! Severus ya ha llegado. - Saludó el anciano sonriéndole al azabache que le apuntaba con la varita con gran determinación. -Por favor mi muchacho, ya es momento.
- ¡Avada Kedavra! - Atacó el hombre viendo como la sonrisa de Dumbledore se congelaba en sus labios al sentir el rayo verde impactar contra su pecho, segundos después su cuerpo caía por la baranda hasta desaparecer en la fría niebla que rodeaba a la torre de astronomía.
- Ojalá fuese verdad. - Murmuró el rubio bufando con fastidio.
- Pronto Drag...
- ¡Asesinos! ¡Han matado a nuestro director! ¡Atrápenlos! - Gritó alguien haciendo que Draco y Severus levantaran su varita viendo hacia todos lados dispuestos a atacar a quien había gritado, un hechizo chocó con la espalda del rubio haciéndole caer golpeando su cabeza fuertemente con el piso, a su lado Snape trataba de ayudarle mientras su varita apuntaba en todas direcciones buscando a su atacante pero de repente el profesor cayó a su lado gracias a un golpe en su cabeza.
Los dos Slytherins se levantaron viendo como la comadreja de Ronald Wesley les fulminaba con la mirada para después sonreírles burlonamente al lanzar un cruciatus en dirección al rubio, Seamus Finnigan junto con Dean Thomas aparecieron logrando desarmar al profesor quien estuvo a punto de atacar al pelirrojo, los tres sonrieron perversamente al ver al rubio y al odioso profesor totalmente indefensos ante ellos.
Harry furioso y sintiendo la magia arder en sus venas estaba dispuesto a subir para atacar a los imbéciles que se habían atrevido a golpear a su rubio pero al dar un paso unas suaves manos le agarraron de la espalda logrando detenerle, decidido a maldecir a quien le detenía volteo encontrándose con el rostro de Bellatrix viéndole preocupada.
- Tenemos que seguir con el plan Harry, si vas y los confrontas nos van a descubrir. - Se oyó decir a Hermione quien había aparecido detrás de Bellatrix, la castaña se sobresaltó un poco al ver cómo los ojos bicolores de su amigo se habían vuelto de un brillante rojo sangriento.
La chica se estremecio al escuchar un grito desgarrador que venía del salón arriba de sus cabezas, al reconocer la voz que habia gritado la magia recorrió sus venas de manera furiosa, la serpiente en su marca se revolvía inquieta mostrando sus filosos y grandes colmillos, otro jadeo llamo su atención, levantó la cabeza viendo por unas de las rendijas a Draco revolcarse en el piso mientras gritaba y a Severus Snape quejándose de dolor al sentir cada hechizo cortándole su piel, el negro azabache de los ojos del hombre chocaron con los suyos mientras el mago se levantaba siendo detenido por una patada que Dean Thomas le había dado en el rostro, a su lado Seamus Finnigan se reía a carcajadas mientras partía la vieja varita del profesor de pociones.
- ¿No escuchan? ¡Le están haciendo daño! ¡Me vale una mierda el plan Hermione, Draco es intocable! - Gruñó el moreno sintiendo la magia furiosa arder en las puntas de sus dedos, el aire se volvió pesado y con un movimiento logró soltarse del fuerte agarre de las dos brujas, cuando estuvo a punto de subir un hechizo por parte de Bella impacto en su espalda haciéndole voltear fijando sus rojos ojos en ella.
- ¿Enserio Bellatrix? - Preguntó el azabache en un suave susurró que podría compararse con el sisear de una serpiente, la varita en su mano empezó a brillar mientras la distancia entre el y la bruja se acortaba a cada paso que daba, la pelinegra trago grueso sintiendo a la magia intimidarle hasta hacerle inclinar la cabeza.
Volteo a mirar a la joven bruja quien asintió con la cabeza levemente, las dos levantaron su varita rápidamente y ambas lanzaron el mismo hechizo logrando que el Lord cayera inconsciente entre los brazos de la pelinegra.
- ¡Bella! ¿Bella está bien? - Preguntó Mione al ver cómo la bruja a su lado caía al piso mientras se sostenía su antebrazo izquierdo apretándose a su pecho, la piel de la bruja había tomado un tono mucho más pálido de lo normal mientras sentía a su magia revolverse débil en su interior.
- Tranquila, la magia de nuestro Lord es muy poderosa, hechizarle ha consumido mucho de mi energía y la marca ha reaccionado al haber atacado a mi Lord. - Dijo la pelinegra soltando una jadeo de dolor, la serpiente en su mano se arrastraba furiosa clavando su piel contra las filosas espinas de la rosa, un fuego de color verde apareció envolviendo por completo a la serpiente haciendo que la rosa se prendiera en fuego y la llama de está creciera hasta llegar a su hombro, la bruja sentía como si la estuvieran quemando viva mientras miles de cuchillas calientes se enterraran en todo su cuerpo.
- ¿Por qué no me ha afectado? - Preguntó la castaña frunciendo el ceño al ver la marca en su antebrazo, la serpiente le miraba con los ojos rojos y sus afilados colmillos amenazante, la chica no sentía ningún ardor tan solo una corriente de magia que le incitaba a subir y defender a su Lord.
- Seguramente porque eres más cercana al Lord, eres su mejor amiga y después de todo siempre has estado a su lado, estás acostumbrada a su magia.
- Nos matará cuando despierte. - Susurró la castaña en un profundo suspiro al ver cómo el moreno se removía aún inconsciente entre los brazos de la bruja.
- Lo sé querida, lo sé pero debemos seguir con el plan, asegúrese de que los chicos cumplan con su parte del plan. - Jadeó la pelinegra acercándose a su Lord, con cariño peino el cabello del moreno y tomando su varita los apareció cayendo de bruces contra el suelo de Malfoy Manor.
ESTÁS LEYENDO
Mentiras entre rosas negras
De TodoHarry Potter y Draco Malfoy se enfrentaban al destino. El amor que compartían era su mayor fortaleza y su mayor debilidad. Se habían dejado envolver por peligrosas enredaderas de magia oscura que oprimian sus corazones que seguían anhelando el pode...