Capitulo 18

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Todos en la mesa habían quedado en absoluto silencio después de la gran noticia de su joven Lord. Tom Riddle sonreía orgullosamente, Lucius miraba con adoración a su Lord y Narcissa solo miraba con preocupación a su pequeño rubio que se encontraba mordiendo sus labios fuertemente y apretando con sus manos la gran mesa de porcelana, las ventanas empezaron a vibrar y el piso a temblar. Un suspiro profundo se oyó en todo el salón, todos voltearon observando como su joven Lord miraba con una ceja enarcada al rubio que se encontraba fulminando con la mirada, todos jadearon de la sorpresa al ver qué una chispa roja había brillado en los plateados ojos del chico, pero este ajeno a los demás se levantó lentamente de la mesa observando que su pareja le miraba atentamente y con una ceja alzada.

- Potter por favor...

- Dragon...

- Potter...- El rubio susurró el apellido de forma sutil pero con un suave tono amenazante que no pasó por desapercibido ante nadie, el joven Lord tragó grueso al sentir peligro en ese tono de voz y soltando un suspiro soltó los cubiertos disculpándose ante sus familiares por retirarse.

Todos en el comedor bajaron la mirada y siguieron con su comida en absoluto silencio mientras el rubio se marchaba con el Moreno siguiéndole sus pasos hasta dirigirse a su habitación.

- No vas a ir. - Habló Draco con tono firme al entrar a la habitación, detrás de este Harry soltó un bufido y cerró la puerta sintiendo como la magia de ambos vibraba furiosa entre las paredes de la habitación.

- Voy a ir. - Afirmó el pelinegro dirigiéndose al baño mientras que con un movimiento de varita una poca cantidad de ropa salía de su armario y flotaba por la habitación hasta doblarse por sí sola en una maleta que había parecido en su cama.

- ¡No quiero que vayas a esa mugrosa casa! Te pueden enfermar, contagiar, hechizar o asesinar.

- Dragon sé cuidarme, sabes que aún no pueden hacerme nada me necesitan vivo para cumplir sus planes. - Explicó Harry haciendo un gesto de fastidio a su reflejo en el espejo.

- ¿Y la comadreja menor? ¡Esa perra estará allí! Y seguro buscará el momento más oportuno para clavar sus garras sobre ti y podrá darte una poción o hechizarte y maldecirte para hacerte suyo.

- Dragon por favor ya detente. - Advirtió el pelinegro al sentir las ondas de magia furiosas de su pareja descontrolarse en su interior. - Si me dan alguna poción, mi magia y nuestra conexión la anulará, si me hechiza también pasará lo mismo y si me maldicen mi magia la bloqueará. Siempre seré tuyo amor, no tienes porqué preocuparte. - Aseguró el moreno con tono de voz suave mientras caminaba y se acercaba al molesto rubio que caminaba de un lado a otro y sacaba cada prenda que Harry metía en su maleta tratando de impedir que se marchara.

- ¿No tengo nada por qué preocuparme? ¿Enserio Harry? ¿Crees que me quedaré aquí tranquilo mientras tu estás encerrado en una mugrosa cas...choza con todas las personas que se han encargado de joderte la vida? ¿Quieres que me quedé tranquilo sabiendo que el hombre al que amo, mi pareja está allí ofreciéndose en bandeja de oro para que esas víboras tengan la suficiente libertad para hacerte daño?

- Mi Rey solo será unos días...además, estaré con los gemelos y con Mione. Nos cuidaremos entre nosotros como siempre hemos hecho.

- Puedo ir yo disfrazado de Hermione, le diré a mi padrino que me haga mucha poción multijugos y....

- ¿Enserio tomarás cada dos horas esa horrible poción?

- Por estar a tu lado y estar pendiente de que todas esas malditas comadrejas no te hagan nada SI. - Susurró Draco haciendo un tierno puchero que fue besado por los labios de Harry.

Mentiras entre rosas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora