28 cap.

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Narrador omnisciente

En la cita, luego del extraño atentado hacia Tomas, todo anduvo de maravilla para Pilar, que quedo fascinada con todo luego de haberlo visto a Tomas. El morocho, al darse cuenta de eso en el momento que ella se quedo atónita por su presencia en aquella esquina, no pudo evitar sentirse victorioso, Manuel había acertado sobre que Pilar gustaba de él y tener esa ventaja lo acercaba cada vez mas a ganar esta apuesta.

Él antes de ir a esa esquina estaba practicando la cita, en que decir, como actuar, hasta en como sonreír. Escuchar el sonido de su alarma lo altero, llegaba tarde al lugar, posiblemente ella ya se habría ido, seguro ni siquiera se digno a ir, las inseguridades aparecieron y le temblaron las manos al querer insertar las llaves del auto que Pablo le presto. 

No dejaba de hacerse la cabeza, él no tuvo tiempo de cambiarse la ropa por la hora ¿y si ella va formal? El auto se sentía frio, el invierno cada vez se hacia notar, prendió la calefacción y las inseguridades aumentaron ¿se habrá abrigado? si no lo estaba podría haberse ido del lugar por eso, seguro no estaba en la esquina y estaba en el colegio en su cama durmiendo.

 Estaciono el auto y golpeo su cabeza contra el manubrio, debía tranquilizarse, era solo una chica, no es como si se fuera enamorar de ella.

Se bajo decidido a buscarla en la esquina estuviera o no y camino por las oscuras veredas, también lo oscuro del lugar podría haber sido una de las razones para que se hubiera ido.

Soltó aire y trato de quitarse los nervios hablando con el mismo.

— Es solo una chica Tomas, mejor dicho una apuesta, tu apuesta. —caminaba a paso nervioso tanto que sentía que quería saltar de los nervios—Vos no la elegiste, vos no querías salir con ella, ni siquiera te gusta entonces no tenes ninguna razón para estar nervioso, pff —sonrió ladeado— ni que fuera a lastimarte, ella no te usa, vos la vas a usar a ella. —endureció el rostro y las palabras de Pablo lo hicieron sentir mas seguro— Nadie va a volver a lastimarme. —repitió Tomas las palabras que su amigo lo obligo a decir.

El camino hasta esa esquina fue silencio, frío y sobre todo oscuro. Hubo muchas veces que se tropezó al caminar  y aunque las posibilidades de que ella no este dejaron de atormentarlo, estaba tan metido en sus pensamientos —que eran más recuerdos— que al detenerse levantó la vista y a unos pasos de distancia vio a una chica en la esquina. Él supo de inmediato que era ella y no sólo por la ropa. Una sonrisa se le planto en la cara, al principio era porque si vino, pero después se convirtió en una mas arrogante en el momento que ella se giro y se quedo embobada viéndolo.

Más que claro tenía que la apuesta la ganaba entonces no se sintió presionado por tener que esforzarse, dejo los nervios a un lado y actuó normal sin la necesidad de esforzarse.

Antes de hablar le dio una sonrisa la cual ella se la devolvió y seguida de esa una rosa sin espinas, esta vez había utilizado las herramientas de jardinería que tenia su mama para no lastimarse, hablaron un poco y se dispusieron a caminar.

El camino todavía seguía siendo silencioso, frio y oscuro pero no fue incomodo para ninguno. Mientras Tomas trataba de visualizar el camino Pilar de vez en cuando se le plantaba en el rostro una sonrisa de felicidad, no lograba del todo comprender que Tomas el chico que le gustaba desde el primer día la haya invitado a salir, ella admitiría que Mia tenia razón sobre que Tomas estaba enamorado de ella pero... nunca hablaron, la habrá invitado a salir porque le parece linda o porque quiere conocerla. Las dudas la nublaron, instintivamente su mano paso a su nariz, esto la lograba poner nerviosa. Sintió como Tomas dejo de caminar y salio de sus pensamientos topándose con un galpón algo abandonado.

El ruido de la puerta abriéndose por Tomas se lo corroboro, él le hizo un gesto para que pasara y lo hizo sin importar lo oscuro que se veía por dentro. Dio un paso adentrándose al oscuro lugar pero al oír un quejido de parte de Tomas la hizo retroceder y girar viéndolo a él agarrándose la cabeza gesticulando una mueca de dolor. Su mirada paso a una piedra en el suelo y escucho de nuevo un quejido del moreno, entonces rápidamente lo ayudo a entrar al galpón. Tomas prendió las luces y se dirigió con ayuda de Pilar a una silla.

La Apuesta: Rebelde Way [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora