Narra Mia
Caminaba en círculos por la habitación, Marizza y Pilar no habían vuelto anoche y faltaba poco para que comience la primera clase. Preferí quedarme a esperarlas en el cuarto en vez de ir a comer algo, esto estaba logrando cerrarme el estómago.
¿Solo eso?
Suspiré y me senté en mí cama. No me animaba a salir del cuarto sola, no podía aguantar todas las burlas yo sola. Casi nunca salgo del cuarto sin ellas, la vez que si lo hice fue para buscar la llave y la vez que fui a ayudar a Tomas pero en ese entonces no había nadie en el colegio o no estaba en el colegio. Acá es diferente, las miradas, los susurros, las sonrisas burlescas, todo eso me esta afectando cada vez más. Tal vez estoy un poco paranoica pero hay una voz en mí cabeza que dicen que hablan de mí y que no son cosas buenas.
Obvio que no son cosas buenas si se burlan de vos
Sentía que estaba al borde del colapao, bueno tal vez exageró pero no me sentía muy capaz de ir sola al aula.
Me acosté en mí cama y me dedique a mirar el techo, unos segundos pasaron hasta que el sonido de la puerta siendo golpeada llamó mí atención y rápidamente me acerque con la esperanza de que sea alguna de ellas.
No, no era ni Marizza ni Pilar sino...
— Marcos. —lo mire de pies a cabeza, estaba como siempre pero me sorprendió verlo ahí parado— ¿que haces en el sector de las mujeres? ¿No sabes que esta prohibido que los varones estén en este sector?
— Si, si sé que está prohibido ¿Me dejas pasar? —me hizo una seña con la mano y abrí un poco más la puerta— Vine porque no las vi en el bar.
— No siempre estamos en el bar. —me excuse aunque la mayoría de las veces si lo estábamos.
— Tampoco estaban en los pasillos. —analizo la habitación y frunció el ceño— ¿y Marizza y Pilar?
— Ellas... Están en el baño. —mordi disimuladamente mí labio y asentí, el repitió el gesto.
— Sabías que mientes muy mal. —bufé.
— Ya van a venir. —me senté en la cama sin mirarlo.
— ¿No vas a desayunar? —negue y lo mire— Yo sí ¿Querés venir?
Me quedé pensando, no tenía hambre pero había posibilidad de que ninguna de ellas vendría y tendría que ir sola al aula, caminar por los pasillos llenos de gente que te mira, que susurra cosas sobre vos qué... te molesta.
— Sí vamos, espera que me revise. —agarre mí espejo de manos y luego de pararme lo guardé en mí bolsillo.
— No sé porque te fijas cómo estás sí no te tenés que arreglar. —solto una pequeña risa y desvío la mirada.
— Era para ver si tenía puesto los anteojos. —trate de disimular de vuelta al morder mí labio pero él ni siquiera me miró.
Que descortés
— Vamos. —sono como una pregunta pero sabía que no lo era ya que abrió la puerta esperando a que salga.
Al caminar me quede muy cerca de él, como si fuera mí escudo. La gente nos miraba...
Te miran mejor dicho
Él parece que noto mí incomodidad e inicio una conversación.
— ¿En donde están si puedo saber? —siguió caminando y trate de seguirle el paso.
— No. —se detuvo y se dio la vuelta con el ceño fruncido, había sonado un poco desesperada al responderte entonces intente controlar mis nervios— No, no puedes porque... —soy muy mala mintiendo, lo sé y también sé que él lo debió saber por tardar en responder.
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La Apuesta: Rebelde Way [Cancelada]
Teen Fiction2 grupos de amigos. 2 apuestas distintas que cumplir. ¿Podrán lograrlas? ¿Se arrepentirán de hacerlas?