18 cap.

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Narra Marizza
Al llegar al frente del colegio nos escondimos atrás de un auto y volvimos a hacer lo del pedido que aunque no lo crean funcionó; rápidamente corrimos al estacionamiento porqué estaba Blas dirigiéndose con el guardia al lugar dónde estaba el chico morocho con la comida que al pasar a su lado solo se limitó a darnos una sonrisa mientras nos veía escondidas. Que bien me caía.

Menos mal que entramos antes porqué sino tendríamos que dormir en el departamento y el director se enteraría de que nos escapamos.

Esperamos a que el guardia con el del delivery discutan con Blas sobre quién habrá sido y nos fuimos a nuestro cuarto sigilosamente, sin que nadie nos vea y apenas entramos cerré la puerta. Gire sobre mis talones y encare a Mia para que hablará.

— Ya mismo nos decís que acaba de pasar en el bar —me acerqué apuntándole con el dedo indice.

— Yo...yo —balbuceó.

— Le dijiste a Manuel sobre la apuesta —traté de completar la oración con una sonrisa amarga.

— Espera Marizza, deja que hablé —la miró Pilar con tranquilidad— desde el principio.

— Bu-bueno, todo pasó desde que fui a buscar el maquillaje al departamento —asentí para que siga con la historia, esa parte ya sabíamos y que no sea directa no ayudaba con la alteración que volvía a sentir— había ido a mí casa para buscar la llave y al ir cómo me molestaba el suéter, me lo quite... —susurró al último para seguir— juntó con los anteojos —cerró un poco los ojos haciendo una mueca.

— ¡Cómo vas a hacer eso! —grité.

Habíamos puesto reglas antes de hacer la apuesta, una de ellas era seguir fingiendo ser nerds fuera del colegio. El por qué... no lo sé, capaz porqué un compañero nuestro nos puede ver y se lo contaría a todo el colegio diciendo que éramos raritas y seguro que por eso nos molestarian más que ahora.
 Hace un instante dudé si era malo que nos descubrieran, que te molesten y que no puedas hacer nada es estresante, más si lo hacen en los momentos más inoportunos.

— Espera Marizza que termine de explicar.

— Al llegar a la recepción estaba llamando al elevador. Alguien me había tocado el hombro y antes de que me fijé quién era respondí ¿what?

— ¿Y que paso? —preguntó Pilar.

— Me dí vuelta y ví a Tomás, junto a Pablo y Manuel.

Lo soltó de una, tan de golpe que solo pensé que no sabríamos cómo resolver este problema. Nunca se nos pasó por la cabeza que haríamos después del colegio, si seguir viviendo en el departamento era una buena o mala idea con esta apuesta. Pensamos que hacer esto era tan fácil que solo planeando lo necesario bastaría para poder hacerla, pero parece que no lo fue.

Parece que en esta vida nada es fácil

— Esto es peor de lo que pensé —exclamé colocando una mano en mí frente y respirando un poco pesado.

— Esperen, pero ellos al no reconocerme pensaron que era extranjera.

La alteración disminuyó y pude respirar normalmente para pensar con claridad. No la habían reconocido y eso era bueno, el disfraz había funcionado tan bien que vistiendonos normal no nos reconocerían.

— Bueno no está tan mal cómo pensamos ¿pero que hacían ellos ahí? —hizo una pregunta capciosa Pilar.

— Ah sí, ellos son nuestros nuevos vecinos —sonrió inocentemente y con Pilar abrimos los ojos.

La Apuesta: Rebelde Way [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora