XII

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Annette

Podía oír el coro en el gran comedor desde la entrada, luego de dejar mis cosas en la escalera principal, corrí lo más que pude hasta ver la enorme puerta abierta, la música había dejado de sonar y ahora Dumbledore se encargaba de dar la bienvenida a este, el que sería mi tercer año en Hogwarts, como la ya era costumbre, sin embargo, logré pasar desapercibida hasta poder llegar a mi mesa, como si nada hubiese pasado, o al menos eso pensaba, después de todo, no dudo que alguien se haya dado cuenta que llegué tarde al banquete.

— Me alegra recibir al profesor R. J Lupin, quien ha accedido a ser el profesor de defensa contra las artes oscuras, suerte profesor, suerte profesor —El ya antes nombrado, nuevo maestro, se levantó para recibir los aplausos correspondientes, pero me fue inevitable no reír ante el comentario de Dumbledore, deseándole suerte, pues en primer año, Quirrell desapareció, y en segundo, Lockhart perdió la memoria, volviéndose loco. Vaya que necesitaría suerte.—

También se nos informó que Hagrid impartiría la clase de cuidado de criaturas mágicas, después, avisó respecto a los dementores custodiando el colegio a causa de la fuga en Azkaban, de eso yo ya sabía, pues mi padre me lo dijo antes de que me fuera de casa. Al terminar el banquete, nos dejaron ir, y mientras caminaba hacia la salida, sentí un abrazo desde la espalda, ese aroma que llegó a mis fosas nasales de golpe, era inconfundible, reí levemente, y me voltee, encontrándome con Malfoy, y claro, sus dos infaltables amigos detrás de él, por alguna razón, se veía distinto a los dos primeros años que he pasado con él.

— Pero miren quien apareció, pensé que este año no vendrías ¿Qué te pasó? —Dijo, con una sonrisa en el rostro, una que era tan contagiosa que me hizo sonreír a mi también—

— Ah ¿Cómo crees que podría faltar? No te vas a deshacer de mí 

— No podría aunque quisiera, pero es que nunca llegaste a la plataforma, no te vi en el tren, por eso me pareció extraño 

— Ah, bueno, me fui de vacaciones con mis padres, el problema fue, cuando el ministerio llamó de emergencia a mi padre y el se tuvo que devolver, nos dijo, a mi madre y a mi, que podíamos terminar las vacaciones y que el volvería para recogernos, pero vaya sorpresa, nunca llegó, tuvimos que correr para encontrar una forma de irnos de allí, cuando por fin llegamos a casa, yo aún no había comprado las cosas que necesitaban, por eso me atrasé tanto en venir —Al voltear a ver a Draco, me di cuenta que estaba apretando los labios, conteniendo la risa, a lo que lo golpee con el dorso de mi mano, aunque nada muy fuerte— No es gracioso, no te burles

— Bien bien, y ¿Porqué llamó el ministerio a tu padre?

— Por Sirius Black, el prisionero de Azkaban, necesitaban a mi padre para reunirse con el resto del ministerio y saber que hacer —Ahí terminó la conversación, pues yo debía separarme para ir a mi sala común, por lo que al despedirnos, Draco me miró mientras sonreía—

— Nos vemos mañana 

— Nos vemos mañana —Ladee una sonrisa también, y me acerqué un ultimo momento para dejar un beso sobre su mejilla antes de bajar las escaleras hacia la sala común de Hufflepuff—

A la mañana siguiente, no había compartido aún ninguna clase con él, hasta que llegó la de Hagrid, bajamos hasta su casa, esperando a que nos diera indicaciones.

— Acérquense más, vengan, y no quiero que hablen, les tengo una gran sorpresa hoy, una gran lección, síganme —Eso nos ordenó Hagrid, para luego guiarnos hasta una parte del bosque— Bien chicos, menos charla, formen un grupo por allá, abran su libro en la pagina 49

Mientras esquivaba rocas y ramas por el camino, me encontré con Draco, quien parecía batallar con su libro.

— ¿Y como abrimos esto? —Antes de que Hagrid le respondiera, yo terminé de llegar hasta él para poder ayudarle—

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora