𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈

XLVII

Annette

Demasiadas cosas en muy poco tiempo, esa era la única definición que podía darle a estos momentos, todo iba bien, todo estaba bien, de un segundo a otro fue como si algo estallara una reacción en cadena, nuestra pelea, esa confesión, ser atrapada por la mismísima Bellatrix Lestrange y estar a nada de ver a Draco matar a Dumbledore, en sus ojos se reflejaba el miedo, el terror, como deseaba llorar, escapar donde nada de esto tenga que pasar y con todas mis fuerzas deseaba lanzarme para abrazarlo, asegurarle como cada noche que todo estaría bien, que sujetara mi mano cuando más perdido se sintiera pero en una situación así todo lo que podría decirle serían mentiras, ni siquiera yo sé si estaremos bien.

Luego de que Dumbledore cayera, a Draco se lo llevaron escoltados varios mortífagos, y yo los seguí, claro que no estaba de acuerdo con ellos, con nada de lo que hacían, mucho menos con él, de ninguna forma existente, sin embargo no lo dejaría solo, nunca lo haría, no me importa que tan peligroso sea, cuanto miedo tenga Draco o tenga yo. Bajamos hacia el gran comedor, el cual Bellatrix destruyó con tan solo un movimiento de su varita, pude adelantarme hasta llegar a su lado, intenté tomar su mano pero antes de lograrlo se volteó alterado, al ver que se trataba de mi su semblante se suavizó, se aferró a mi mano fuerte y firmemente, sin dejar de caminar.

Nos adentramos en el bosque, camino a la casa de Hagrid, creí que estaba más tranquila, dentro de lo posible, pero la incendiaron, no pude evitar llorar porque sentía como se salían con la suya, como destruían este lugar que fue mi hogar, este lugar que amo, este en el que compartí toda mi historia con Draco, apreté nuestro agarre, buscando apoyo, el me miró pero en eso, una voz familiar vino desde atrás, era Harry.

— Largo —Nos ordenó Snape, y salimos corriendo—

De alguna forma terminamos en la mansión Malfoy, no vimos a nadie allí por lo que aproveché para subir a una de las habitaciones, siendo seguida por Draco.

— Dumbledore... —Susurré, mientras mis manos temblaban— La casa de Hagrid ellos... Y yo... Debo volver a Hogwarts

— ¿Que? ¿Para qué?

— Mis cosas, debo ir a mi casa, que mi madre esté tranquila, porque cuando sepa que los mortífagos estuvieron allí va a preocuparse por mí —Solté un sollozo— Necesito decirle que quiero apoyarte

— ¿Vas a seguir con eso? Ya viste todo lo que hicieron y no es ni la mínima parte de lo que son capaces de hacer, te quieres quedar aquí solo para protegerme ¡No necesito que me protejas!

— ¡Yo tampoco lo necesito! Lo hago porque te amo —Exclamé— Estás haciendo exactamente lo mismo que yo ¿No lo ves? Intentas alejarme para que yo no salga lastimada pero me quiero quedar a tu lado para que el lastimado no seas tú, si algo te pasa ¿Dime qué hago? ¿Qué hechizo uso para quitarle el dolor del pecho si te pierdo? —Una lágrima se escapó por mi mejilla, iniciando un llanto intenso— Lo que más temo en esta vida es perderte, y estando aquí, bajo las órdenes de él, las posibilidades de que eso pase son enormes, no me puedo quedar tranquila viendo por la ventana de mi habitación mientras tú estás en peligro

Suspiró, relajando su expresión y tono de voz, acercándose para tomar mis manos con suaves caricias.

— También temo perderte, y quedarte aquí no me va a ayudar en nada, solo me hará sentir culpable por haberte arrastrado al mismo infierno en el que me encerraron a mi

— Tu no me has arrastrado a nada, sigues sin darte cuenta —Dije casi harta, pero con una sonrisa, viéndolo a los ojos— Lo hago de corazón, lo hago porque es mi decisión cuidar de ti. Siempre te he apoyado y estado contigo cuando más lo has necesitado ¿No es así? —Apretó los labios, asintiendo— Esta no será a excepción