XXV

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Este capítulo hace referencia a situaciones +18, no muy explícitas, si te incomoda, puedes saltarlo.

~ = Inicio de "+18"
✨ = Fin de "+18"

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Draco

El miedo casi no me dejó dormir, tantas ideas, tantos pensamientos y sentimientos distintos bombardeando mi mente sin piedad alguna estuvieron a nada de ahogarme, pero ahí estaba ella, siempre a la entrada, salida, de mi infierno, lista para extender su mano, verme a los ojos, iluminarme con esas luz que es solo suya, tomar mi mano y decirme con firmeza.

"Todo estará bien, yo estoy contigo y no te dejaré"

Pero no lo entiende, la mantengo ciega ante todo lo que nos rodea porque no quiero que la sonrisa que me da vida muera junto con ella, no quiero que sepa la clase de persona en la que me voy a convertir porque todo eso que siente por mí se transformará en una amarga y dolorosa decepción, podría perderla, no sería capaz de verla así de rota a causa mía, por eso necesito que se aleje, que me espere en algún lugar donde pueda escapar con ella cuando todo esto acabe y no pensar más, sin preocuparme de nadie y por más nadie que no sea ella y sus caricias, sus besos, ese destello en su mirada cada que sonríe, es lo único que me mantiene en pie por ahora.

La mierda en la que estoy envuelto es muy peligrosa, estamos hablando del mismísimo Señor Tenebroso y yo siguiendo una de sus órdenes, por mucho que odie la idea, o me tiemble el pulso, si no lo hago, muero yo junto a mi familia, sin embrago, muy en el fondo de mi corazón, y aunque suene una tontería que lo diga un chico de casi 17 años, sé que hay algo aún peor, si hundo a Anne conmigo a este castigo, y algo le pasa, jamás me lo perdonaría y viviría con su muerte en mi consciencia, de haber perdido a la dueña de mi jodido corazón, de mi podrida alma que no tiene ya perdón.

Amaneció, a cierto punto de la noche simplemente perdí consciencia de todo, y como no, si ya estaba harto de pensar sin parar, creo que llegó a dolerme la cabeza. Levanté la mirada, encontrándome a Anne aún dormida, se veía tan hermosa, ella siempre lo era, y también tranquila, como si nada pudiese hacerle daño nunca, y sonreí, imaginando que es posible protegerla de cualquier cosa, salvarla de él, si ella sigue cerca de mí podría salir afectada ¿Cómo demonios la aparto de mi lado sin dañarla? No solo a ella, yo también me volvería loco si se va.

Empecé a acariciar su rostro con la punta de mis dedos, quitando los mechones de cabello que descansaban sobre su mejilla, hasta dejarlos tras su oreja, mientras más tiempo la miraba, esa sonrisa de idiota que tenían mis labios no se iba, siempre me sucedía lo mismo, de alguna manera me dejaba hipnotizado con su belleza. Asomé la cabeza por encima de su hombro para ver la hora, aún teníamos tiempo de tomar una ducha, ponernos el uniforme e irnos a clases, así era más rápido, ella se bañaba acá, trayendo su ropa cada vez que se quedaba, y por las mañanas simplemente aparecíamos fuera de la sala común.

— Hey, Anne —Llamé, besando su mejilla— Vamos, despierta

— Hhm... —Respiró profundamente, para luego voltear la cabeza y bostezar, abriendo los ojos— ¿Ya es de día?

— Si, y es temprano, podemos llegar a tiempo a clases

Me miró, alzando una sonrisa con sus labios, y acercando una de sus manos para acariciar mi mejilla.

— Buenos días guapo —Susurró con suavidad en su voz—

— Buenos días linda —Me incliné sobre ella, besando sus labios rápidamente, después le alejé, sentándome sobre la cama, y dando unas palmadas sobre su pierna— Arriba

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora