𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈

XXX

El capítulo es 30, no p0rno xD

Por si acaso.

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Draco

— No dejaré que dañes a mi hija, por mucho que ella te quiera —Sonaba firme, decidida, y eso en lugar de asustarme, solo me hizo asentir con la cabeza—

— Puede que no me crea, ya que siempre está la posibilidad de cometer errores, pero de todo corazón, lo que menos deseo en esta vida es lastimarla, aún más, si es que ya lo hice —La observé fijamente a los ojos, seguro de lo que estaba diciendo— Yo siento lo mismo que ella, lo único que quiero es que sea feliz, a mi lado si es posible

Su semblante se suavizó, y asintió con la cabeza antes de voltearse y entrar al salón junto con Anne, yo la seguí, perdiendome entre la gente, algunos se detenían para hablarme, a muchos los conocía por ser supuestas amistades de mi padre, me hacían varias preguntas, unas normales, sin ningún tipo de intención detrás, otros, por el contrario, parecían querer vestirse de pirañas y devorarme, sacándome toda la información posible sobre el caso de mi padre, intenté responder lo más educado que pude, evadiendo los detalles más específicos por obvias razones, y fue divertido ver la decepción reflejada en sus rostro al no obtener lo que querían de mí.

De repente todo el lugar quedó en un absoluto silencio, y nos indicaron colocarnos alrededor del centro del salón, igual que cuando salimos a bailar Anne y yo, en este caso, era por lo mismo, solo que ahora le tocaba hacerlo con su padre. Obviamente fue más emotivo al ser un vals padre-hija, pero nadie me quitaba de la cabeza que la única persona con la que ella puede bailar a la perfección, es conmigo, la conexión que tenemos va mucho más allá, tanto, que en una pista, y acompañados de una buena melodía, podemos crear arte.

Me quedé perdido en mis pensamientos unos minutos, hasta que sentí una mano sobre la mía, era ella, frente a mí, con una sonrisa en el rostro, deslumbrante, eufórica, me llevó con ella hacia el medio, y comenzó a sonar una música más movida, todos pasaron a bailar, dispersados en toda la pista, incluso, cerca de nosotros, se encontraban su padre y madre bailando muy animados, al principio estaba confundido, creí que se sentiría incómoda luego de ese beso, pero parece estar actuando muy natural, está fingiendo o simplemente no lo consideró relevante, cosa que dudo mucho.

Tuve que obligarme a dejar de pensar en todo eso, y simplemente disfrutar con ella, la felicidad en su rostro era contagiosa, mientras bailamos, no pude dejar de sonreír ni por un segundo, y ella tampoco, incluso, en ocasiones ambos soltabamos algunas carcajadas debido a los pasos ridículos que hacíamos, luego fue aún peor cuando su padre casi se tropieza y cae mientras bailaba con su madre, yo me reí solo porque ella también lo hizo, y supuse que no tendría problemas, la verdad, es que en medio de todo, por unos instantes me quedaba hipnotizado viéndola, detallando sus gestos, su mirada, sus reacciones, cuando reía o me miraba, mi corazón saltaba para luego detenerse, era hermosa, tanto fuera como por dentro, esa escencia, ese espíritu, la luz que se genera a su alrededor cuando simplemente es ella misma, son cosas que admiro, siempre lo he hecho, quizá eso fue uno de los detalles que me cautivaron desde que la ví, tocó algo en mi corazón, por eso no podía dejarla, nunca lo conseguí aunque lo intentara, me hizo suyo en un instante y no me di cuenta de ello hasta ahora.

Con el paso de las horas, la fiesta se fue acabando, Anne y sus padres terminaron de despedir al resto de los invitados, quedando solo nosotros 3, pude ver qué antes de acercarse a mí, el padre y la madre de Anne se quedaron hablando, ambos asintieron y voltearon a mirarme, incómodo.

— Bueno Draco, Jace se llevará a Anne a casa y yo te llevaré a la tuya por tus cosas ¿Te parece bien? —No me parecía mala idea en lo absoluto, solo afirmé con la cabeza y usando un gesto de mi mano, me despedí de Anne, viéndola con una suave sonrisa antes de que desapareciera.—