LII

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Annette

Todo el cansancio psicológico, acompañado del físico al soportar tanto miedo, me cayeron encima dejándome inconsciente, así fue como caí en esa cama, no sentí ni escuché a Draco en ningún momento, cambiarse, acostarse o abrazarme, no supe de él hasta que el sol se metió por la ventana, golpeando mi rostro, desganadas y fastidiada intenté cubrirlo con mi mano, y así poder abrir los ojos sin recibir daño alguno, cuando me senté, caí en cuenta de que estaba sola, fue hasta ese momento que tuve el impulso de mirar la hora, 8:00am. Me resultó aún más extraño el que Draco no estuviese a mi lado, sabía que había dormido allí, su lado estaba desordenado. No tuve mucho tiempo para darle vueltas al asunto, me apresuré a ducharme, pues debía bajar en un rato. Dejé mi cabello suelto, un maquillaje simple pero acorde a mi atuendo, un vestido, de nuevo y sin ser ninguna sorpresa, negro, de una tela más gruesa pero flexible, me llegaba hasta por debajo de las rodillas, tenía una abertura en la pierna izquierda, del centro muslo hacia abajo, un escote cuadrado con mangas abullonadas desde el hombro hasta la mitad del antebrazo, ya que lo siguiente, era ajustado al resto, llegando a la muñeca.

Terminé de ponerme los zapatos, unos tacones negros con cinta en el tobillo, ahora si pude bajar, usualmente me encuentro con Draco y sus padres hablando a los pies de la escalera, pero esta vez, lo que vi, antes de si quiera desayunar, me revolvió el estómago. Ahí estaba él, sujetando la mano de Malfoy, la parte interna de su antebrazo hacia arriba, y la punta se su varita empujando su piel, ese tono pálido fue teñido y envenenado por una sombra oscura, la marca tenebrosa. Puede que mi suela haya hecho mucho eco, sus miradas se posaron sobre mí en un segundo, Voldemort soltó a Draco, y este se acercó a mi.

— Es un alivio que se hayan puesto de acuerdo al final —Él, hizo su único comentario, el cual casi ignoré, si no fuese porque hice un gesto con la cabeza en señal de aceptación, para luego perderme en el celeste deslumbrante de los ojos que tenía justo de frente—

"Perdoname" vocalicé con los labios, sentí como mis ojos se cristalizaba y se interpuso entre mi rostro y el cambo de visión del Señor Tenebroso, así, con un dedo impidió que las lagrimas cayeran, me obligó a mirarlo, una tierna y cálida sonrisa se asomó en su rostro, como si entendiera todo lo que yo sentía, pero no lograba percibir la impotencia de haberle fallado, ver esa marca sobre su piel sería un infinito recordatorio no solo, de que cometió errores, también, que yo fui una cobarde por no ayudarlo a remediarlos. Viéndolo desde una perspectiva más objetiva, era bastante egoísta de mi parte considerarlo una tortura propia, cuando era Draco quien iba a llevar ese recuerdo, esa cruz, ese peso por el resto de su vida, aún si el no fue culpable, si no quiso participar en todo eso por cuenta propia, a nadie le interesaría la versión e intento de redención de lo que podría llegar a ser, muy posiblemente, un ex-mortífago. 

Nos quedamos solos, él, su madre y yo, tal parece, los demás tenían cosas que hacer y según lo que escuché ayer, me podía imaginar de que se trataba, no quise pensar mucho en ello, menos preguntar, por primera vez desde que llegué aquí me sentí como si todo fuese normal, desayunando en paz junto a Draco y Narcissa, parecía mentira que dentro de esa casa con paredes pulidas y piso marmolado, vivía el infierno. 

Durante los siguientes días fueron mucho más tranquilos, o al menos, así los habíamos visto nosotros, sin reuniones en la mansión, tampoco mortífagos, ni Voldemort, había demasiada paz, eso llegaba a resultar sospechoso, sin embargo, no nos quejamos. El viernes era el cumpleaños 17 de Draco, no estaba muy segura de que le hicieran algo especial, un pastel quizá, por suerte si sucedió así, su madre le preparó uno, estábamos solos los 3 y pudimos disfrutar de un momento feliz en medio de tanto caos, a nada de terminar la noche, Draco y yo nos quedamos en la habitación, listos para dormir, pero puede que yo tuviese otros planes en mente.

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora