AnnetteHoy es la última prueba, cada campeón tenía su propia gradería como apoyo, y aunque yo iba con Cedric, tuve que sentarme en la de Krum junto a Draco y los demás, me daba cierta ternura como celebraba y alzaba su mano en forma de porra hacia el chico de Durmstrang, yo solo sonreí mientras lo miraba, y me sentaba recostando mi espalda en la parte de atrás.
Las reglas eran simples, entrar al laberinto y encontrar la copa, si alguien se quería retirar, lanzaría unas chispas rojas con su varita, y el primer campeón que toque la copa, será el ganador.
Los primeros debían ser Diggory y Harry, pues iban en los puestos más altos, luego Krum, y de último la señorita Fleur. Cedric y Potter se adentraron en el laberinto, seguidos por los otros dos campeones luego, y todos nosotros los espectadores simplemente nos quedamos a la espera de alguna señal, ya sea que alguien se rinda, o se llevara la copa.
— ¿Estás bien? Si te molesta estar aquí puedes ir a la gradería de Diggory, no hay problema, además allí están las personas de tu casa —Escuché decir a Draco con algo de preocupación en su voz, yo negué con la cabeza, pero no pude voltear a verlo—
— No no, no es eso —Dije desganada, jugando con el anillo que me regaló, dándole algunas vueltas alrededor de mi dedo, sin quitarmelo claro, y sintiendo como el corazón me latía a un ritmo extraño ¿Me iba a pasar algo? No podía percibir nada mal en mí, a excepción de ese aumento en mi pulso pero esta vez no era por culpa de Malfoy, ni siquiera a causa de algo similar— Tengo un mal presentimiento, eso es todo
— ¿Un mal presentimiento? ¿Segura que no es algo más? —Sonaba como si quisiera insinuar que estaba loca, o paranoica, y quizá así era, pero al mirarlo a los ojos, volví a mover la cabeza en señal de negación—
— No, siento que algo malo va a pasar, me siento muy agitada y me cuesta respirar, también mantenerme concentrada, espero estar equivocada
Ninguno de los dos dijo más al respecto, sin embargo, como estábamos todos los amigos, Crabbe, Goyle, Draco y yo, él en un tierno intento de calmarme y distraerme, mientras algo interesante pasaba en medio de la prueba, se dispuso a hacer conversación entre todos, bromeando de vez en cuando y asegurándose de incluirme.
Ya había pasado un rato, y mis pensamientos se despejaron, luego le agradecería a Draco por cuidarme tanto, la verdad, siento que le debía muchas cosas que no tendría como pagarle, en eso, un destello rojo salió de el laberinto, y el profesor Dumbledore aseguró que quien se había retirado de la competencia había sido Fleur, hice una mueca con algo de pena, pues tenía cierta de en que ella al menos llegaría al final del torneo, pero bueno, ahora solo quedaban los 3 chicos, pero tenía fe en que sería Hogwarts quien se llevaría la victoria, ya fuese por Harry o Cedric.
Al cabo de unos cuantos minutos más, no se exactamente cuántos, aparecieron dos personas en el suelo, con la copa, todos se levantaron a aplaudir y la música sonaba con fuerza, eran Potter y Diggory, ninguno de los dos se movía, nadie se dió cuenta de lo que sucedía hasta que Fleur gritó.
Varios bajamos de las graderías para celebrar con él campeón del torneo, pero nadie se esperaba ver esa escena.— ¡Cedric! —Salí corriendo hacia el medio del campo, casi no me dejaron pasar, obviamente, lo rodeaban muchos adultos pero tampoco me puse a su lado, solo lo ví de cerca, muerto en el piso, con los ojos abiertos y sin color en su piel, pude oír el llanto de Harry, como también los gritos del padre de Cedric al llegar a él—
Sentí las manos de Draco sujetar mis hombros, al parecer me había seguido en cuanto me fuí de su lado, oí un jadeo de sorpresa por su parte, mientras que yo temblaba sin saber que hacer, las lágrimas empezaron a bajar un ningún tipo de restricción, no éramos los más unidos, pero era mi amigo, y compañero de casa, lo conocía bien, era divertido y gentil...¿Que demonios le había pasado?
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𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈
Fanfiction- Cállate Hufflepuff - Callame Slytherin Sus manos recorrieron mi cuerpo, desde las rodillas hasta rodear mi cuello y robarme el aliento, su mirada, como su piel, ardían, delineó el filo de mis labios con la yema de su dedo. - Eres lo único que me...