LXIII

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Annette

El reflejo azul iluminó mi rostro, me aferré al brazo de Draco que me rodeaba e intenté reaccionar de inmediato, sin embargo, él o la responsable de lanzar el hechizo que nos quitó a ese mortífago de encima, se me adelantó, al girarme, los ojos se me cristalizaron, no sabía si exaltarme más, o aliviarme de que estuviese allí, débil por haber recibido un maleficio Cruciatus, avancé a rastras hacia adelante, dejando por el camino varios escombros tirados donde, hasta hace unos segundos, estaba sentada, quise levantarme, no lo logré, sentía el cuerpo adolorido, así que fue ella quien me abrazó, casi cubriéndome con su silueta.

— Mamá —Jadee, alejándome para ver su rostro— No puedo creer que seas tu...

— Te dije que vendría cariño —Acarició mi mejilla con su pulgar, sin quitar sus ojos de los míos—

— Y yo te dije que no lo hicieras, si él te ve atacando mortífagos sabrá que mi apoyo fue una farsa

— ¿De verdad crees que te haría caso? —Alzó una ceja— Según tu ¿De quien sacaste lo terca?

Los tres reímos, por un momento olvidé la presencia de Draco ahí, aunque suene mal, pero como evitarlo, tenía casi un año de no ver a mi madre, dudo que pueda culparme. Ella se dirigió al rubio, mientras sujetaba mis brazos.

— ¿Está bien? —Le cuestionó—

— Creo que si, recibió dos Crucios y usó durante mucho tiempo su hemokinesisAsintió, aunque pude ver la rabia, culpa e impotencia en su rostro, apreté los labios, deseando decir algo para consolarla, pero Draco lo hizo por mi— Su hija es un orgullo, señora Grace, lo hizo de maravilla

Nos miramos mutuamente, dedicándonos una sonrisa, percibí como todo a mi alrededor dejaba de importar, y las fuerzas que perdí, volvían cual descarga eléctrica, siempre lo dije, a su lado soy invencible, sus ojos, son la puerta a un mundo donde nada me hace daño.

— Por favor no la beses frente a mi o soy capaz de golpearte —Le dijo mi madre a Draco, haciéndome reír, al igual que él— ¿Puedes caminar? —Esta vez, la pregunta era para mi—

En lugar de responderle, lo hice, sin mayor dificultad que un leve mareo durante el transcurso,  pero Draco se encargó de sujetar mi brazo, sirviéndome como punto de apoyo, alcé la cabeza, respirando hondo, mirando a los ojos de mi madre.

— Estoy bien —La comisura izquierda de sus labios tembló en un gesto parecido a una sonrisa incrédula, preocupada, pero orgullosa también. Ya que las heridas en mi piel seguían abiertas, volví a sacar la sangre de estas, sujetando entre mi otra mano, mi varita— Y estoy lista para seguir peleando 

— Anne no creo... —Apeló Draco, sin embargo, mi madre me apoyó, aunque su tono de voz no sonaba del todo segura, y la entendía—

— Dejala, tiene razón, además... —Quitó su atención del rubio, poniéndola sobre mi— Ya no está sola

Una vez todos de acuerdo, dejamos atrás el pasillo vacío, regresando a lo poco que quedaba del gran comedor, aún había mortífagos, sin intención de alardear, asesiné a muchos, y la cantidad no disminuía ¿De donde diablos salían tantos? En cuanto nos decidimos a atacar, una voz sedosa, cínica y serpenteante se coló en mi cabeza, pude ver que en el resto también, a excepción de mi madre.

Han peleado con valentía, pero en vano, yo no deseo esto, cada gota de sangre mágica derramada es una grave perdida, por lo tanto le ordeno a mis fuerzas que se retiren, en su ausencia, dispongan de sus muertos con dignidad. Harry Potter, ahora me dirijo directamente a ti, esta noche, permitiste que tus amigos murieran por ti en lugar de enfrentarme en persona, no hay una peor deshonra, encuéntrame en el bosque prohibido y hazle frente a tu destino, si no accedes a esto, mataré... Hasta al ultimo hombre, mujer y niño, que trate de esconderte de mi...

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora