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Annette

Volví a Hogwarts luego de navidad, en esos días me la pasé muy bien, pude viajar con mis padres para visitar algunos lugares, pero siendo sincera anhelaba volver. En el gran comedor me encontré llegando a mis amigos, aunque no pude saludarlos, estaban algo ocupados molestando a Neville, cuando este entró dando saltos, ellos se fueron, haciendo que los perdiera de vista. No quería ser parte de esas estúpidas travesuras a las que estaban acostumbradas, así que me la pasé en la biblioteca, escondida entre dos de las estanterías buscando algún libro interesante en especial, se me pasó tanto el tiempo que no me di cuenta cuando anocheció, cuando quise ir a mi sala común, choqué con algo, pero por suerte pude sostenerme de la escalera para mí caerme, cuando levanté la vista, me encontré con Draco, quien parecía tener prisa.

— Hola Draco, no te había podido saludar —Sonreí levemente, el ni siquiera me miró, parecía estar siguiendo a alguien con los ojos—

— Oh hola Anne, ¿Cómo te fue en las vacaciones? —Me preguntó algo desinteresado—

— Pues bien ¿Y a ti? —Intenté voltear o mirar de reojo, buscando aquello que el veía—

— Lo normal, escucha, necesito que vengas conmigo, los idiotas de Crabbe y Goyle ya están dormidos —No me dio oportunidad de responder o mucho menos de preguntar algo cuando ya me había tomado de la muñeca, arrastrándonos a las afueras del castillo—

— A donde v-

— Sshh —Me hizo callar, poniendo un dedo en sus labios para luego seguir guiándome—

Me llevó a jalones hacia la casa de Hagrid, nos apoyamos en el marco de una de las ventanas, dentro del lugar estaban Harry, Ron y Hermione hablando con Hagrid, que al parecer les estaba mostrando algo, no podía ver muy bien, solo la silueta de los 4 moviéndose. Para nuestra mala suerte, nos vieron, Draco se sobresaltó e inclinó para esconderse aunque fuese tarde, yo lo copié unos segundos después.

Nuevamente me llevó consigo hasta el salón de la profesora McGonagall, que por alguna desconocida razón seguía despierta, le dijo todo lo que vimos, o al menos él, ya que yo no pude distinguir mucho, debí suponer que seguir a esos tres solo sería una forma de Malfoy para perjudicarlos, unos minutos después entraron al castillo y la profesora salió para regañarlos, detrás de ella se hizo presente Draco, dando a entender que fue su culpa.

Estábamos los 6 en el salón, Harry, Ron, y Hermione frente al escritorio de la maestra McGonagall recibiendo su regaño, mientras que Draco y yo los mirábamos de un poco más lejos.

— Nada, repito, nada, justifica que un estudiante camine por la escuela en la noche, como penalización por sus actos, les quitaré 50 puntos —Sentenció la maestra—

— ¿¡50?! —Exclamó Harry—

— A cada uno —Apreté mis manos contra mi uniforme y apreté los dientes al oír eso— Y para cerciorarme de que no se repita, todos recibirán un castigo

Y así fue como por fin Draco se dio cuenta de que por buscar perjudicar a Potter, nosotros dos también saldríamos perdiendo de todo esto, dio un paso al frente, dirigiéndose a la maestra.

— Disculpe profesora, tal vez escuché mal, escuché que dijo ¿Los 5?

— Escuchó bien, señor Malfoy, a pesar de sus intenciones, y las de la señorita Blanchard, también estaban fuera de la cama a horas inadecuadas, al igual que sus compañeros serán castigados

Draco volteó hacia el trío con el ceño fruncido, de nuevo, como si los estuviera culpando y ellos sonriendo victoriosos de que no solo hayan sido ellos, yo por otro lado, estaba pensando en la manera de matar a un niño rubio de Slytherin sin levantar sospechas ante su próxima desaparición.

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora