LXIV (Final Real)

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Este final es el Canon, original o como quieran decirle, háganle caso a la cronología de este y asegúrense de leerlo para entender el epílogo :D

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Annette

No supe cómo, si se trataba de un milagro, suerte, o esa parte de mí que anhelaba salir viva, cuando abrí los ojos, solo vi rojo, sin una sola grieta, hendija, fisura o agujero por el cual la magia de colara, respiré aliviada, viendo cómo la atención de Voldemort pasaba a Harry, quien intentaba correr lejos de él, Draco y yo nos apartamos, atentos a lo que sucedía, al menos, me mantuve así unos segundos hasta que sus manos me tomaron por los hombros obligándome a verlo, sujetó mis mejillas, alineando mis ojos a los suyos.

— ¿Estás demente? ¿Cómo se te ocurre interponerte frente a un Avada Kedavra? Pudiste morir al instante, esto no es un Sectumsempra, o Crucio... Ya deja de poner en riesgo tu vida para cuidarme a mi

Sonreí, eufórica de alegría, lo había conseguido, estaba vivo y bien, la mirada me brilló, por la felicidad y las lágrimas acumuladas, me lancé sobre él, abrazándolo, rodeando su cuello, ladeado mi cabeza para dejar un beso en su mejilla, con mis labios cerca de su oído.

— Te dije que era tu escudo... —Susurré, sin poder contener mi sonrisa—

Escuché como soltaba un suspiro, resignado y divertido, me alejó de su cuerpo, pasando el pulgar por uno de mis pómulos.

— Estás loca...

Un estruendo nos devolvió a la realidad, todo se encontraba estallando a nuestro alrededor debido a los ataques de Voldemort hacia Harry, provocando que escombros volasen doquier, los mortífagos empezaron a huir, mientras Potter y los demás entraron al castillo, a excepción de una persona, mi madre, ella salió corriendo de allí hasta llegar a mí, abrazándome con tanta fuerza que se me dificultó respirar durante unos segundos, después se alejó, alterada.

— Por favor ya deja de hacerte la heroína Anne, no estoy vieja pero dudo que mi corazón aguante mucho más

— El mío tampoco y soy de su misma edad —Comentó Draco—

No pude evitar reír, volviendo a los brazos de mi madre, hubo un tiempo, encerrada en esa mansión, durante el que llegué a pensar que jamás la abrazaría de nuevo, pero ahora todo se veía de un color diferente, mucho más claro del que pude esperar o desear, estaba con ella, y con Draco, por fin, luego de un tortuoso año, me sentí segura.

La tranquilidad y ganas de procesar las cosas poco a poco desaparecieron, Lucius quería huir, igual que otra gran cantidad de mortífagos, así que él y Narcissa se acercaron a Draco, asegurando que debían irse, ambos nos miramos impotentes, sin saber que hacer para evitarlo, cuando finalmente logramos liberarnos de Voldemort, debíamos separarnos, claro está, no sería por mucho, sin embargo, no dejaba de ser molesto. Mi madre vio como a pesar de la forma en la que Narcissa le tomaba el brazo a Draco para llevarlo con ella, nuestras manos se negaban a separarse, igual que mis ojos junto a los suyos, tuvo que tomarme de la muñeca, llamando mi atención.

— Esto no es un adiós Anne, podrán verse pronto, nosotras también debemos ir, hay que buscar a tu padre 

Apreté los labios resignada, viendo una vez más a Draco, los dos asentimos, comprensivos ante la situación, nuestro agarre se separó y se fue alejando entre los brazos de su madre, como yo de la mía. Hicimos una breve parada en el Ministerio de Magia, yendo con mi padre, todo en aquellas oficinas era un desastre, pues también había mortífagos, unos luchando en un intercambio de hechizos, otros, corriendo por sus vidas, fue apenas un pestañeo lo que estuvimos allí, al instante siguiente, reconocí la sala de mi casa y las velas en cada una de las habitaciones se encendieron en señal de nuestra llegada.

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora