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Draco

Aunque estuviese muerto del miedo y la ansiedad, aunque le haya pedido al cielo un milagro que evitara lo que estaba apunto de suceder, jamás pensé que escucharía esas palabras, fue como sentenciarse, para mí, fue sobrepasar un límite solo por querer protegerme, no supe si admirarla gracias a ello, u odiarme al ser el culpable.

— No —Su voz hizo eco debido al silencio, resonando en cada una de las paredes— Yo seré quien lleve la marca

Voldemort giró la cabeza para verla, yo sentí que el mundo se me venía encima, Anne se había vuelto loca, perdió la razón, no estaba en sus cabales, se le había nublado la razón o alguien le lanzó un Imperius sin que yo me diera cuenta, no daba fé a lo que escuché, estaba furioso con ella por ser tan inconsciente, pero también, y aún más, conmigo, porque yo sé, que hace todo esto por amor a mi, así como yo sería capaz de todo por ella.

— ¿Que? —Salté, intentando ignorar lo nervioso que estaba, no éramos solo los 3, no, teníamos las miradas de todos sus seguidores sobre nosotros, atentos a nuestros movimientos o palabras, quizá esperando a que su amo les diera una orden—

— Si uno de nosotros llevará la marca, seré yo —Sus tacones golpearon el piso pulido de la sala, con cada paso que daba para acercarse, extendiendo su brazo descubierto—

— Yo fui quien se la ganó, es mía —No entendía el porqué de su insistencia, lo que si noté, fue el miedo reflejado en sus opacos ojos verdes, y como le temblaba el pulso—

— Que conmovedora escena, la joven pareja peleando por el honor de llevar la marca —Pronunció Voldemort, alejándose de ambos— Tienen suerte, al tomarme de tan buen humor, dejaré que se decidan en privado y mañana, uno de los dos tendrá la marca

Mis recuerdos son borrosos a partir de allí, él, y todos los demás mortífagos además de mis padres y Bellatrix se fueron, seguro tenían cosas que hacer, mi madre me miraba con cierta preocupación pero yo solo estaba pendiente de Anne, avancé hacia ella, colocándome a su lado, la tomé de la cintura para suavemente llevarla hacia arriba, pasando por al lado de ellos, aceleré el paso, no quería que me preguntasen nada respecto a lo sucedido, o ser regañado por padre al si fue que me comporté de una manera poco apropiada frente al Señor Tenebroso, las cosas por ahora lucían calmadas, así que evité algún posible sermón, terminando en mi habitación, a puerta cerrada, junto a Anne.

— ¿En qué demonios estabas pensando? Me estoy empezando a preocupar por ti, no eres mi jodido escudo humano Anne, no tienes que recibir todo por mi, entiéndelo de una vez

— Si te pone la marca tenebrosa, aunque nos libremos de todo esto serás visto como una lacra el resto de tu vida —Sus ojos brillaban por como las lágrimas se le acumulaban, cuando discutíamos de esa manera, siempre mantenía un tono firme y decidido ante sus palabras, pero está vez, la notaba perdida—

— Me han tratado como una lacra toda mi vida Anne, no es algo nuevo para mí —Ladeó la cabeza, regalándome un gesto compasivo, apretando los labios— Tu eres una princesa, ese día, juraste cuidar y honrar tu título, tu sangre y a tu familia, si te pone la marca a tí, vas a hundir tu apellido, serás vista como cómplice de todo lo que ese hombre ha hecho

— Pero... —Fue interrumpida por un sollozo, también, al tomar una bocanada de aire— Tu solo fuiste manipulado por él, no tenías opción, te amenazaron con matarte o a tus padres... Tendrás que cargar con una marca y una reputación toda tu vida de algo que no fue tu culpa

— Tu también —Su semblante cambió, cayó en cuenta de que yo tenía razón— Anne, se que quieres protegerme, como yo quise hacerlo contigo intentando borrarte la memoria para alejarte de mí, por más que te pedí no seguirme aquí, lo hiciste, hasta este punto te agradezco todo lo que has sacrificado por mantenerme a salvo, pero esto es demasiado, no dejaré que arruines tu vida por buscar la manera de sacar la mía a flote, esa marca es una cruz que llevarías para siempre, y tú no hiciste nada, el Ministerio te condenaría, pensando que fuiste su aliada, tu familia perdería todo el respeto que han obtenido, también su nobleza —La respiración se le volvió inestable y desesperada, sus suaves mejilla estaban inundadas en lágrimas que salían desbordadas sin cesar— Tu madre tuvo que escaparse para que no la relacionaran con el Señor Tenebroso, y tú te ofreces a portar su marca... No mi amor...

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora