LVI

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Draco

Lo dije, por fin lo dije.

— ¿A-ah?

Entendía su confusión, pero no me había explicado bien. Reí suavemente, buscando las palabras adecuadas.

— Espera, tranquila, no te estoy proponiendo matrimonio —La luz en sus ojos parpadeó decepcionada por un instante, y tragué saliva— No, ósea si es así, pero no del todo

— Draco —Regañó—

— No es una propuesta para algo pronto, solo quiero saber si en un panorama general, a largo plazo... ¿Te gustaría casarte conmigo?

Desvío la mirada con lentitud, buscando entre su cabeza el procesador que le daría la respuesta, yo empecé a jugar con la piel de la parte interior de mi labio, nervioso, entonces respondió alzando una sonrisa.

— Si —Lo miré incrédulo, frunciendo el ceño— Si, Draco, si me gustaría

Annette Margareth Blanchard de Malfoy

Suena como un sueño hecho realidad, y si, ella no perdería su apellido original, las mujeres de su familia no lo hacían, por ello, el nombre de su madre es Grace Blanchard de Avery.

— Pero ¿Porqué preguntarme esto ahora sí no es una propuesta?

Sabía que le gustaría una respuesta para eso, sin embargo, no quería dársela, mi rostro pasó a uno mucho más pensativo, por no decir serio, y mi respiración más pesada.

— Porque no sé si dentro de 10 años, o menos, pueda hacerlo —Su expresión se volvió afligida, así que apreté un poco su mano— Si algo me pasa... Al menos pude cumplir con preguntártelo

— ¿Y si algo me pasa a mi?

Imaginarlo estuvo a nada de hacerme llorar, ya lo había vivido, verla desvanecer sobre el suelo, entre mis brazos, solo que si la próxima vez podría ser definitiva, no volver a estar con ella, admirarla, escucharla o abrazarla, desaparecería de mi vida en segundo dejándome solo, perdido y con un profundo dolor por el resto de mis días.

— Si algo te pasa... —Balbucee—Me quedaré sabiendo cuál habría sido tu respuesta... —Le dediqué una ligera, aunque triste, sonrisa, pasando mi pulgar por el dorso de su mano, sin embargo, ella se incorporó, sentada, con la mirada fija en mis ojos, firme y a la vez temblorosa, vidriosa, amenazando con derramar las primeras lágrimas—

— No quiero esto —Sentenció— No quiero que me lo preguntes por si acaso, por si no llegas a hacerlo a su debido tiempo, no quiero que me ilusiones si piensas que vamos a morir, yo quiero que cumplas, que dentro de 8 o 10 años me lo pidas de verdad, llorar, decirte que si para verme vestida de novia yendo a casarme contigo —La primera gota rebasó su párpado inferior, deslizándose por su piel— No quiero imaginarlo Draco, quiero vivirlo. Así que prométeme... —Sollozó— Prométeme que no te va a pasar nada...

No podía ¿Quién lo aseguraba? Nadie sabía si saldríamos vivos de esta guerra, me juré a mi mismo jamás mentirle a ella, al menos no más de las veces que ya lo hice, pero en este caso, fue necesario, con una caricia, limpié la lágrima de su rostro, acercándola a mí.

— Nada me va a pasar mi amor —Dicté en un tono convencido— Vamos a estar juntos por siempre

Ella se quedó tranquila, o eso parecía, pues no dijo nada más, solo rodeó mi torso con sus brazos en un abrazo, para luego quedarse profunda y plácidamente dormida contra mi pecho. Yo también logré conciliar el sueño, cuando por fin dejé de darle vueltas en mi cabeza a las múltiples probabilidades de nuestro futuro, si seguía así terminaría loco, torturado por mi mismo, y ahora lo único que deseaba era aprovechar la poca paz que disponía estando en casa, al lado de Anne.

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora