XXXIX

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Annette

Si no fuera por lo cansada que estaba, físicamente, dudo haber logrado conciliar el sueño, sus palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez sin saber como sentirme.

"Yo te amo..."

Creí que jamás usaríamos ese termino, y puede ser por la constante idea de que somos aún muy pequeños como para sentir algo así, sin embargo, la fuerza latente establecida mi pecho cada que pensaba en él, lo veía, cuando sonreía o el simple hecho de tenerlo cerca bastaba, haciéndome sentir mariposas por todas partes. Mi mayor deseo siempre ha sido su felicidad, sea como sea, poco importa la razón, la persona, el camino que tome, aunque sea lejos de mi, no interesa, mientras él sonría como lo hace al mirarme, que ese brillo en sus ojos nunca se vaya y se de cuenta de cuanto vale realmente. Yo también lo amaba, no entendía porqué se me hace tan difícil admitirlo si no hay nada de malo en ello.

Necesitaba un tiempo para pensar, organizar mis ideas, entender mis sentimientos, por suerte ese día luego de despedirnos, no nos vimos durante todo el día, algo que me tenía tranquila era saber que todo estaba normal entre ambos, pues él aún piensa que al decirme esas palabras, yo me encontraba dormida, preferí no decirle nada, por ahora al menos, y así sentirme más segura cuando fuese yo quien se lo diga. En la noche no podría ir a su habitación ni dormir con él, tenía una cena con él profesor Horace, me parecía perfecto y muy oportuno, podría estar en paz por hoy, no quiero mantenerme distante de él , de hecho, todo lo contrario, al durar tanto sin verlo, saber si está bien, o escucharlo, empezaba a extrañarle, pero si me precipitaba los nervios podrían ganarme y decir cosas no debo, y llegue a lastimarlo sin querer.

Para la tranquilidad de Draco, o quizá no mucha, a la cena me acompañó Zabini, después de arreglarme, pasó por mi a la entrada de mi sala común, esperando que saliera.

— Maggie —Pronunció al verme— Te ves hermosa —Deslizó la mirada de arriba hacia abajo y viceversa, pasando por mi silueta y atuendo, un vestido café, no muy oscuro, de manga larga pero corto hasta las rodillas, algo ajustado—

— Muchas gracias —Dije con una sonrisa, caminando a su lado hasta llegar al lugar correspondiente—

Además de profesor, Blaise y yo, estaban otros estudiantes como Potter, Granger y algunos chicos más de Gryffindor y Ravenclaw, todos comiendo alrededor una mesa, hablando "cordialmente".

— Dime Cormac ¿Ves a tu tío Tiberius regularmente? —Habló el profesor, buscando hacer fluir la poca conversación—

— Si señor, de hecho, iré a cazar con él y con el Ministro en la vacaciones —Respondió el chico con una sonrisa arrogante que me hizo voltear los ojos, la única persona de la que aceptaba ese tipo de actitudes era Draco—

— Oh vaya, no olvides saludarme a ambos —El señor Horace volteó hacia otro estudiante— ¿Qué hay de tu tío Belby? Para lo que no lo sepan el tío de Marcus inventó la poción de matalobos ¿Está trabajando en algo nuevo?

A ese estudiante en especifico, Blaise no dejaba de verlo casi con odio por la forma tan poco educada en la que comía, aunque pasa ser sincera yo estaba intentando reprimir mi risa ante los gestos que hacía, tanto él como Zabini.

— No se, el y papá no se hablan, mi padre dice que sus pociones son basura, que la única poción que vale la pena es un trago al final del día

Creo que por decisión unánime, todos ignoramos ese comentario, incluido el pobre maestro quien parecía sorprendido, incomodo y decepcionado, al mismo tiempo. Cuando se giró hacia Granger, posiblemente pasa preguntarle por sus padres muggles, se detuvo en mi, notando e asombro en su rostro.

𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 ➵ 𝘿.𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora