Capítulo 24: Lo que dejamos atrás

1.3K 172 22
                                    

El bosque de Sherwood era, sin lugar a dudas, uno de los bosques más hermosos del mundo. Destacaba mucho por su follaje verde y frondoso. No todos los bosques tenían un paisaje tan colorido y lleno de vida todo el año. Aun en otoño, se podía apreciar la vitalidad de aquel lugar. El invierno era más duro, pero, aun así, aquel bosque siempre se veía hermoso, y en cuanto la primavera llegaba todo se llenaba de luz. Era un bosque lleno de secretos, tenía cuevas escondidas que conducían a túneles bajo el pueblo de Nottingham. Sin duda, el mejor lugar para esconderse, en especial si lo conoces bien.

El bosque de Nottingham era pequeño y muy común, sin nada impresionante. Tras una cascada había un túnel que llevaba a Sherwood. Para llegar siempre se accedía mediante entradas secretas. Nadie sabía por qué, pero había muchas leyendas sobre él. Algunos aseguraban que se trataba de un bosque encantado. Pero Robín había vivido en Sherwood por año y podía garantizar que no había nada de magia en él, aunque sí que se sentía como un lugar mágico a veces, debido a lo acogedor y hermoso que podía llegar a ser.

Antaño los Hood vivían en Sherwood y se asentaban cerca del río. Tenían cuatro tiendas para dormir, y durante el invierno se resguardaban en una cueva, ya que todos los años solía haber al menos una nevada, y sus tiendas no eran el mejor refugio para una ventisca.

Una tarde, John se encontraba junto a sus hermanos en el campamento, a excepción de Robín, Domy y Marc. Marc andaba por el bosque patrullando; siempre estaban alerta para prevenir cualquier posible ataque. Pero John no sabía dónde se encontraba Domy, ni a donde había ido Robín, quien se había marchado de repente.

John soltó un gruñido al mirar al sol y comprobar que ya eran más de las cinco de la tarde y aún no sabía nada de Domy.

—Tranquilo, John. Robín estará por ahí besuqueando a su novia —dijo Long.

—Creo que no está preocupado precisamente por Robín —comentó Mera, divertida. Como bromeando sobre que Domy podría estar con otro.

—Uhhhh —se rio Long.

—Qué os den —contestó John, provocando la risa de todos.

John era un hombre astuto y precavido, los años le habían vuelto bastante perspicaz y podía intuir cuando algo no iba bien. Y aquel era uno de esos momentos. En cuestión de minutos, la presencia de una agitada Marian corriendo hacia él corroboró sus sospechas.

Marian era una mujer joven, de veinte años por aquel entonces. Tenía la piel bronceada, los ojos marrones y el pelo castaño oscuro. Era preciosa, con una expresión gentil y dulce.

—¡John! —Corrió hacia él bastante agitada.

—Marian, ¿qué ocurre?

Marian apenas pudo recuperar el aliento antes de continuar.

—El sheriff viene hacia aquí. Tenéis que iros, ya.

—¿Qué?

—¿Cómo nos han encontrado? —preguntó Jay, alterado.

John conocía a Marian desde hacía años, y por el miedo y la culpa en su rostro podía deducir lo que había pasado.

—Marian, ¿qué has hecho? —le preguntó preocupado.

Marian no fue capaz de mirarla a los ojos.

—No tenía otra opción...

—Marian... ¿Dónde está Robín? —Por su salida repentina, intuía que había ido con ella.

—El príncipe lo ha capturado.

Se podía notar el dolor y la culpa en el rostro de la joven, pero no tanto como el terror que se reflejó en el de John.

Robín y Arturo: El heraldo de Nottingham [LRDN #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora