Agosto de 1998. Tres meses después de la muerte de Amelia.
-Los dientes de Amelia rechinaron de frustración mientras observaba el nombre escrito en el pergamino. Ella acababa de llegar desde la Biblioteca.
A veces se preguntaba si realmente estaba en el mundo real o simplemente era su mente creando un escenario antes de morir completamente.
Amelia examinó todos los libros que había comprado y conseguido durante cada hora libre que tenía. Busco cada texto que fuera sobre la memoria, encantos de olvido, obliviate. Todo.
Draco Malfoy era su incógnita. Con el escribió todas esas promesas.
Pero ella no lo recordaba. Sabía de Lucius y Narcissa. Pero no de su hijo.
Ella sabía que tenía recuerdos con el. Pero en algún momento los arrastro hasta el final de su mente. Casi antes de sus recuerdos de bebé.
Y había olvidado la forma de liberarlos.
Se culpó a su misma. Estaba a un paso de volver. Pero a cien de recordar.
No estaba segura de si la información sería realmente útil, pero estaba completamente perdida en cuanto a cómo abrir esos recuerdos.
-McGonagall envió un mensaje a Harry de que lo necesitaba en Hogwarts a primera hora de el viernes. Amelia se preparó y esperaba que fuera una conversación más fácil que la que había tenido con Minerva.
Ella y Harry habían sido amigos. Eso ella lo recordaba con claridad.
Su amistad nació demostrando su respeto mutuo con pequeños gestos.
Cuando Harry llegó a Hogwarts. Encontró la puerta de la segunda oficina de McGonagall entreabierta para el y Minerva estaba de espaldas mirando la ventana nerviosa.
-¿Todo bien, profesora?- dijo el después de verla acurrucarse sobre su asiento.
-Espero que sea una noticia grata para ti.- respondió en un tono nervioso.
-¿Que es? ¿Sobre que es?
-Amelia Le Blanc.
Harry apretó los labios y respiró hondo. La piel aún se le erizaba cuando escuchaba su nombre.
Ella había sido mencionada rara vez. Siempre acompañada de una leve noticia de Malfoy.
-Tienen treinta minutos.- dijo pasando por delante de el hacia la puerta.
Harry la observo irse y luego el se volteó confundido.
-Hola...
El se volteó lentamente, casi temblando. Sus ojos se abrieron -¿A-Amy?
Amelia espero.
Ella no esperaba que él corriera a ella y la abrazara.
El se acercó.
La observo y estaba lentamente sacando su varita.
El pensó que era un Boggart.
-Oh por favor. Soy...Yo, ¿Como podría ser un boggart? -Ella le roso el hombro al avanzar y al sentir su tacto el palideció.
-¿Como? E-Es decir...T-Tu...Eres un fantasma, y acabas de tocarme el hombro. Y eres Amelia Le Blanc...
El respiro con fuerza.
-No puede ser.- abrió los ojos y palideció una vez más -Luna tenía razón entonces...
Ella se quedó abatida en su lugar.
-Oh Dios Amy... Estoy tan feliz de que estés...De vuelta.
El la abrazo con toda la fuerza que pudo.
Ella estaba de vuelta otra vez.