Las cosas comenzaron a suceder, mucho más rápido.
Se hicieron densas. Amelia apenas podía respirar de ves en cuando.
Al final de la primera semana, Graham volvió a visitarla. Todos los días hasta la mitad de la segunda semana.
Se hicieron cercanos.
Cuando ella estaba dando sus clases y no podía respirar, un alumno corría y traía a Neville. El la calmaba y le daba una flor con propiedades calmantes para oler.
Se hizo una rutina.
El Lunes de la tercera semana, a la hora de el desayuno, el plato de frutas y pastelitos llegó a su habitación.
Fue sorprendente y extraño.
En esa semana, Draco se casaría.
Se iría de su vida. Pero no de su corazón.
Observó la bandeja sobre su escritorio, el hechizo de calentamiento había desaparecido.
Amelia consideró saltarse el desayuno. Pero necesitaba energía. No podía quedarse abatida en medio de una clase.
No había sido entrenada para ser profesora, pero, sabía que estaba fuera de lugar.
Aunque todos sus alumnos la amaban y le decían que no les importaba. Que así como ella cuidaba de ellos, ellos cuidarían de ella.
Ella suspiró y con poco entusiasmo tomó la pequeña jarra de crema para verterla sobre su café y cuando todo la copa con café, sintió una presión el pecho.
Draco, Draco. Draco...
Sintió la fuerte sacudida detrás de su ombligo y de nuevo, estaba cayendo a través de un tubo.
Su dormitorio desapareció y reapareció en el aire, cayendo hacía delante y golpeándose la cabeza contra el suelo mientras su estómago dolía.
Casi vomito, si vomitaba, expulsaría sangre. Estaba casi segura de ello. Mientras se agarraba el abdomen con fuerza, una de sus manos se deslizó hasta su pantorrilla y una leve sensación de alivio le cruzó la mente.
Tenía su varita y tenia la daga que siempre llevaba.
Ella dio varios jadeos irregulares mientras luchaba por respirar.
Se obligó a levantarse temblorosa.
Graham estaba sentado a varios pies de distancia, reclinado en una silla con una copa en la mano.
—Ahí tienes, mi amada Amelia.
Amelia lo miró fijamente con horror mientras observaba su entorno.
—Tengo algunas preguntas para ti, Lili.
Ella se movió hacia atrás y su mano se pegó en el suelo.
La copa, también había sido un traslador.
Ella lo miró obligándose a respirar con regularidad. Solo necesitaba mantener la calma.
Él era su amigo...
Oh...Que estupida.
Tonta. Tonta. Tonta.
—Primero, quiero hacer esto.— el se acercó, la acorraló contra la pared y la beso por un segundo antes de que ella se apartara.
—¿Graham...que estás...?
Eso pareció enfurecerlo.
—¿No sabias? Pensé que eras inteligente, ¿No sabias que yo y Astoria somos...amantes? Ella me ordenó esto, y como, la amo, accedí. Meses siendo tu amigo, soportando tu felicidad y ternura.
Debo decir que me interese por ti en algún momento, pero, no te gusta follar. Al menos conmigo.Amelia se humedeció los labios con nerviosismo.
Draco estoy...Graham me tiene...Draco...te amo.
—¿No has notado el fenómeno?
—Y-Yo...no salgo demasiado de los terrenos de Hogwarts...
—Malfoy, Draco Malfoy, sigue completamente enamorado de ti. Y eso a mi Astoria, le complica, ella no lo ama, pero, si tú accedes y correspondes cuando hoy él te diga todo lo que siente, a sólo uno o dos días de su boda, Tendré que matarlo.
—¿Q-Que? Es decir...¿El vendrá?
—Puede cancelar la boda y mi Astoria no estará en la punta de la pureza y riqueza de el mundo mágico. Eso es lo que ella quiere.
Eso es lo que tendrá.El se acercó y la empujó hacia atrás. Ella se golpeó la cabeza y su nariz comenzó a sangrar.
—Yo estoy todo el día en la habitación de Astoria, follandomela, escucho cosas, logré escuchar los pensamientos de Draco hoy por la madrugada, hoy, irá a Hogwarts y te dirá todo.
—¡No lo mates! N-No lo hagas...No le hagas nada a él...Que quieres que y-yo haga...
—Rechazarlo. Se que lo amas. Recházalo, dile que ya no lo amas. Que lo intentaste pero, no pudiste. Vamos Lili, se que puedes idear algo...
Amelia ni si quiera respiró.
Se encogió y sintió que se congelaba. No valía la pena luchar, ella accedería.
Amelia trago saliva.
Ella lo haría. Si Draco seguía vivo, ella lo haría.
Luego Graham se acercó y volvió a besarla. Ella no pudo hacer nada y se quedó abatida de pie. El le mordía el cuello y chupaba.
Aguantaría todo eso por Draco.
Luego, iría a Hogwarts, ocultaría las marcas, haría sus clases, esperaría a Draco.
Le mentiría.