Draco sollozó con su hija en brazos mientras miraba los diminutos y afilados dedos de sus manos.
Amy...¡Amy, no, no, no!
Escuchaba a Hermione lanzar hechizos y a Luna correr de un lado a otro.
—Tu madre es fuerte.—sollozo.
—Ella lo es.Se balanceó con ella en sus brazos mientras él estaba sentado en el frío suelo.
Tiene que haber algo. Y-yo...
Quizás sirva...Vulnera Sanentur... ¡Eso es! Si...yo... vulnera sanentur... ¡Luna necesito Dittany!Amelia se estaba desangrando.
Fue la sangre de Malfoy, alguna deformación en el ADN... no es común que salgan mujeres en la línea. Las maldiciones de Montague, aún estaban frescas. Esto es un desastre, Luna, necesito más rebastecedoras de sangre.
Fueron las secuelas de Montague y el la fuerza de la sangre de los Malfoy. La línea mayormente era masculina, Amelia estando embarazada de una niña, la rareza de la sangre la arruinó un poco más.
Su culpa.
¡No,No, no! ¿Por que su actividad cardíaca y respiratoria disminuye tanto? Luna, necesito los viales que prepare aquí.
Draco se había puesto pálido y su expresión era más devastada que cualquier otra cosa. Sus manos comenzaron a temblar.
Se obligó a sí mismo a calmarse.
Tenía a su hija en sus brazos.
Su hija era la combinación perfecta entre Amelia y el.
La bebe apretó el dedo meñique de Draco con toda la fuerza que pudo y se quedó tranquila.
Él pareció pálido de horror.
Tu mamá estará bien. Ella estará bien.
Dos horas después,
Draco escuchó pasos acercándose, quitó las lágrimas de sus ojos y se obligó a estar bien.Fue Hermione.
—Ven a verla.
No quería. No se atrevía a verla.
Hermione y su expresión no daban demasiadas esperanzas. Estaba pálida y su expresión fue confusa.
Draco le entregó a la bebe a Hermione y movió su varita. La camisa de inmediato se abrochó y caminó por la casa hasta su habitación.
Olía a hospital. Fue aterrador.
Cruzo la habitación y Amelia estaba recostada. Realmente pálida y el bulto en su estómago ya no estaba.
—Está viva, pero realmente débil.— murmuró Luna.
Fue como ser abofeteado y sumergido en agua helada.
Habrían ciertos miedos que nunca se desvanecerían por completo.
No sabía como sentirse.
Respiró hondo mientras se sentaba en una silla frente a ella.
—Despertará en unos minutos.
La mente de Draco crujió.
Hermione era de el ministerio.
Asesino. "Profugo". Sospechoso.
Cuando Hermione y Luna cruzaron la barrera, antes de que se cerrara, Draco se paró detrás de ellas.
—Obliviate.
No lo hizo por egoísta.
No había querido dañarla. Nunca lo habría hecho. El no recordaba sobre eso en el momento. Y ella lo perdonaría de igual forma.