Amelia estaba de pie en el jardín de la madriguera. El viento le enfrió la piel de la cara y movió su cabello.Se había alejado un poco, estaba a seis o siete metros más lejos de el jardín.
Los demás estaban jugando en el jardín o simplemente hablando.
Si nada hubiera pasado, quizás sería ella la que estaría comprometida.
En la casa que Draco le prometió, mantas, besos de buenos días y de buenas noches.
No separarse. Nunca.
Ella sería de él y El de ella.
Ahora, ella iba a la habitación que era de el en Hogwarts y lloraba.
Hablaba con cientos de alumnos y fingía estar bien mientras su corazón se destruía un poco más.
Se giró sobre sus talones y miró hacia el jardín de los Weasley.
Ginny tenía la cabeza apoyada en el regazo de Harry mientras él jugaba con un mechón rojo enroscandolo en su dedo.
Hermione y Ron estaban bailando una especie de Vals mientras reían de ves en cuando.
Todos tenían a alguien.
Ella tuvo a alguien. Ahora, estaba sola.
•••
Draco se arrepintió y pensó mejor las cosas.
No se lo diría en diciembre, no iba a arruinarle uno de sus meses favoritos con una confesión estupida. Además, quizás ella se iría fuera de el país con la persona que estaba saliendo por navidad.
Quizás lo haría en Enero, así tendría menos tiempo para deprimirse y podría enfocarse en su boda.
Luego pensó,
¿Que pasaría si Amelia correspondía? Es decir, no podría llevarla a la mansión y decir que ya no habría boda por Amelia.
Ella estaría en peligro.
¿Dejaría plantada a Astoria en el altar?
¿Lo hablaría con ella?
Luego dejó de pensar en ello, se estaba ilusionando.
Odiaba la sensación de estar tan enamorando que dolía. La odiaba a ella. A sus ojos y a su sonrisa. Pero a la vez...la amaba.
No supo saber que era peor.
Si ella no hubiera vuelto, quizás, hasta podría haber intentado algo con Astoria.
Quizás una amistad.
Pero ella estaba de vuelta. Y lo hacía feliz. Pero a la vez lo estaba matando.
Por que ella estaba saliendo con alguien y él se iba a casar.
•••
Amelia llegó a Hogwarts casi a media noche.
Graham estaba esperándola sentado fuera de su habitación jugando con su varita en sus manos.
Cuando la vio, se puso de pie de inmediato.
-Aqui estás... Me estabas asustando -Dijo y la abrazó con fuerza. —Estás helada, ¿Te sientes bien?
-Si... Es solo...afuera hace frío. Es todo.
Ella abrió su habitación y lo invitó a pasar.
Ella se sentó sobre su cama y el la siguió. Le pasó un brazo por la espalda y la cubrió con una manta.
Draco hacía lo mismo cuando estaban juntos.
Fue aterrador. Pero no hizo nada, no se sentía incómoda.
Cuando estaba casi dormida, Montague se acercó un poco más y le susurró,
-No quiero que te pase nada malo, Lili.
Ella pensó que era Draco.
Se acurruco un poco más a su lado y lo abrazo.
-¿Todavía me amas Lili?
Ella asintió, -Todavía lo hago...
Graham sonrió con victoria, la aturdió y se deslizó hasta la salida.