Cuando Amelia abrió los ojos, era tarde en la noche.Esforzándose por escuchar algo,
descubrió que estaban comenzando los preparativos para la celebración.Ella tenía pensado pasar la noche fuera ese día, por precaución.
Estaba cansada y singularmente poco entusiasmada por la celebración.
Todos los días, al menos una o dos veces por día, sentía como si arrancaran su corazón y apuñalaran su pecho.
Ella sintió como si fuera a enfermarse.
Cerró los ojos con fuerza y se acurrucó en un bola defensiva.
Su corazón estaba doliendo. Ardía y ella quería llorar. Podía escuchar a lo lejos el sonido de los elfos ayudar a preparar todo, pero luego lo bloqueaba.
Dolía más que cuando Bellatrix la apuñalo.
Hubo un largo silencio y ella se esforzó en pensar en algo que la calmara.
Pero pensar en Draco en ese momento empeoraba las cosas.Podía sentir el pinchazo de las lágrimas en el rabillo del ojo y sollozaba débilmente.
Quería rendirse, terminar de morir.
Irse. Romper el conjuro de el pergamino y luego ir a donde debió estar.
Se odiaba a sí misma por el daño que le había causado a Draco Malfoy. Ella se sintió responsable otra vez.
Cuando ella lo recordara, iría a donde él y le borraría los recuerdos de ella de su cabeza. Lo dejaría libre.
Quizás Draco estaba haciendo algo que hacía que su corazón doliera. Quizás seguían conectados y el la estaba dejando atrás y eso a ella inconscientemente le dolía.
•••
Draco estaba en su habitación recostado ligeramente mientras Astoria lo besaba salvajemente.
Estaban ebrios y Astoria lo convenció de que lo que pasara no saldría. Sería como si nunca hubiera pasado.
Lo que se digieran. Sería olvidado
-Te amo...Draco- dijo mientras juntaba sus frentes y respiraban.
-Te amo, te amo, te amo.Ella lo volvió a besar.
Y el no la detuvo.
-También Te amo, Astoria.
El anillo de el ardió en su mano y luego el anillo se quebró a la mitad a en su mano.
El anillo de el y Amelia.
Él lo dejó estar, tendría tiempo de deprimirse mañana o después.
•••
La piel de Amelia tuvo un destello de color y luego se desvaneció.
Y entonces,
Sintió como si la hubieran apuñalado lentamente en el corazón.
No respiró.
Su corazón había dejado de latir.
Y luego ella se sintió lentamente débil.
Y un "crack" la sorprendió, su anillo estaba roto.
No quería llorar. Pero su corazón la obligó a hacerlo.
Se levantó cuidadosamente y las letras en el pergamino se habían desvanecido un poco.
Trozos de la carta también lo habían hecho.
Y la primera parte de la carta se había ido, ya no estaba.
"Mi Amelia" había desaparecido.
Ella se sintió un poco más débil.
Al día siguiente, se obligó a levantarse de la cama y se acercó a la ventana. Y se tambaleó. Tomar su varita era demasiado esfuerzo y la luz del día le resultó ser una tortura.
Envió un mensaje a Minerva y se quedó en el frío suelo de el baño.
"Respira solo respira"
-
Cuando Draco se despertó, Astoria aún estaba a su lado abrazando su cuerpo.
Y recordó la última vez que durmió con Amelia.
Estaba igual que ella. En la misma posición y en el mismo lado de la cama.
El dolor de cabeza no era impedimento.
El se tambaleó y vio el anillo partido a la mitad en el suelo. Lo recogió y se desvaneció en sus manos.
Caminó hasta su escritorio y busco la foto de Amelia, se había desvanecido también. Solo quedaba el pie de la foto con la descripción errónea de ella.
Le había dicho te amo a Astoria.
Quería vomitar-
El solo-
Sintió culpa.
Se encerró en el baño y se miró al espejo.
"Querido Draco...
Amelia estaba detrás de él y su voz resonaba en su cabeza.
Se volteó y ella se había ido.
"Querido Draco, tú me estás dejando y eso, es bueno. Como dije, las desapariciones existen. El dolor se hace fantasma. La sangre deja de correr y la gente. La gente se va apagando lentamente. Tengo mucho más que decir, mucho más. Pero ahora; estoy volviendo.