Cuarenta

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Astoria se había rendido. Se había dejado caer y estaba buscando la forma de sobresalir otra vez.

Muy pocas personas la seguían queriendo.

Ella seguía siendo una amenaza, pero ahora no era demasiado importante.

Quedaba menos de una semana para el cumpleaños de Draco.

Eso a él no le emociono.

Había oído rumores sobre que su padre ya estaba buscando otra prometida para el.

A lucius solo le importaba la reputación de los Malfoy.

Draco miró hacia otro lado y negó con la cabeza. El mismo podía sentir la fría rabia emanar de él.

Se acercó a Lili y acomodo su cabeza en el pecho de ella. Escuchando los latidos de su corazón.

Está completamente desesperado.

La necesidad de hablar con ella era enorme.

Quizás, ella ni si quiera sabía que él no se había casado con Astoria.

Que había ido a buscarla.

Que quería estar con ella otra vez.

El pensamiento le dolió hasta la médula.

Tres días después Narcissa fue por primera vez a visitarlo.

Lucius había salido de el país y estaría en Bélgica una semana.

Narcissa lo abrazó tan fuerte que las manos de ella le dolieron.

—¿Estas bien?— ella se fijó en el cuerpo aterradoramente tranquilo de Amelia y suspiró —¿Aún nada?

—No.

—Ella...¿Ella tiene instrucciones? Es decir, aveces la gente...

—¿Instrucciones para rendirse? ¿Desconectarla? —Su tono fue mortal. —Si. Las tiene. Pero, se que va a despertar.

—Draco...

—No. Madre. No lo digas. No digas que padre fue a buscar a otra chica a Bélgica y volverá con la gran sorpresa. No otra vez.

—Pero...¿La quieres? ¿Realmente lo haces?

—La amo. Madre.

—¿Crees que a ella le gustaría que te quedaras abatido? Es decir, puedes visitarla...pero...Podrías, volver a casa... solo un tiempo. Una semana tal vez...

—No.

—Solo esta semana...Para estar tiempo juntos...tu padre no estará y pronto será tu cumpleaños... Una semana completa juntos y luego puedes venir aquí...¿puedes hacerlo?

No.No.No

Bien.

Narcissa sonrió y volvió a abrazarlo. Ella guardó toda la ropa de Draco y mandó a elfos a que la llevaran a la mansión.

El no quería irse.

Pero su madre se veía entusiasmada.

Cuando atardeció, Draco le dio el último beso a Amelia de la semana y se apreció en la mansión Malfoy.

Darling Malfoy ; Parte DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora