21: Contra pensar de Mi

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Todo mundo compartía la misma mesa con metros eternos, a acepción de los líderes que compartían una mesa congresista.

Después de un brindis, camareros comenzaron a llenar el salón, colocando la cena frente a los comensales; Eiden quién desde que llegó comenzó a comerse las pasas y los aperitivos que habían en la mesa miró a su alrededor precavida.

—¿Que vamos a comer?— pregunto en voz baja

—se paciente—  Sofía le respondió preparando su tenedor

Eiden sintió los pasos de los camareros y con ilusión cerró los ojos sintiendo el olor extravagante y llamativo.
Al escuchar el delicado sonido del plato tocar la mesa frente a ella, abrió los ojos presenciando una langosta con puré de papas.

—¡Aaah!—gritó chillando llamando la atención —¡¿Que es eso?!—

—es una langosta— Zack rió

—Eiden todos están sentados en esta mesa, no puedes gritar así— Gael le susurró

—¿Todos?— la rubia se puso derecha buscando a alguien con la mirada

Cómo por arte del hambre Eiden comió aquel puré de papas y al sentir su sabor, hizo una cara asqueada.

Con desespero buscó el pañuelo que se suele colocar en las piernas, pero no estaba; con discreción tomó el elegante mantel blanco de la mesa y escupió la comida en él limpiando su lengua.

—¡Eiden, no puedes hacer eso!—  murmuró Sofia

—¿Hacer qué?— la rubia miró a ambos lados haciéndose la estúpida

Eiden miró la criatura en su plato, se veia aterradora; con el tenedor movió una de sus grandes pinzas y dio un respingo por cómo se movieron sus ojos.

Desconcertada miró a los demás copiando como comían su langosta.
Buscó con la mirada donde había dejado esos utensilios recordando haber estado jugando con ellos a la hora del brindis; ubicó la pinza y el tenedor casi al centro de la mesa, teniendo que levantarse un poco para alcanzarlo; su langosta se resbaló sobre su vestido, con disimulo devolvió la langosta al plato.

Ignoró las miradas extrañas que todos le daban, tomó la langosta con las pinzas buscando una forma de masticarla.

Soltó al animal en el plato y con el tenedor lo apuñaló logrando contenerla.

Comenzó a buscar una manera de atacar con sus dientes aquella cosa, pero algo de su extraño caparazón, salió volando de sus pinzas, cayendo en en el plato de Mallory. Eiden cerró los ojos con fuerza y al abrirlos vio donde había llegado su comida.

—pide otra— la alentó Myke

Eiden ojeo la mesa viendo a todos comer a acepción de Erick que solo tomaba champagne.
Él ya la estaba viendo a ella, así que Eiden le sostuvo la mirada.

—¿Que me ves?— Eiden leyó sus labios, y rodó los ojos reconociendo la indiferencia de el chico

Se levantó para ir a la cocina, y unos pasos lejos de la mesa escucho platos romperse; se dió la vuelta extrañada encontrando a  todos manchados en comida, y platos con comida vertida en el piso.

—¿pero que...— Eiden arrugó las cejas viendo el desorden

La rubia notó el trozo de mantel que empuñaba y lo soltó rápidamente, al darse cuenta.

—lo siento—

Después de una limpieza ofrecida por los mayordomos y demás sirvientes, la velada continuó.

Eiden saciaba su hambre en la mesa de bocadillos, junto a Zack, a quien le habían encargado vigilar a la rubia pero, Zack miraba distraído hacia Mallory quien de vuelta era molestada por Kurt Wipport.

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